La incorporación de Inés Arrimadas al Congreso de los Diputados sería una gran noticia para Ciudadanos, pero también para el Parlamento y para la causa constitucionalista, necesitados todos ellos de impulso. El partido, porque tiene una oportunidad histórica de conseguir la hegemonía en el centroderecha; la Cámara porque, como se ha puesto de manifiesto en los últimos tiempos, no anda sobrada de talento; y el constitucionalismo, porque España y el Estado de derecho se juegan su propia existencia en la próxima legislatura.
Se mire por donde se mire, la llegada de Arrimadas a Madrid sería muy positiva. Existen reticencias en algunos dirigentes de Cs a dar ese paso, básicamente por el temor a descabezar la organización en Cataluña, pero no tendría por qué ser así si Arrimadas se presentara como cabeza de lista por Barcelona y mantuviera su actual estatus orgánico.
Tándem con Rivera
Es cierto que Arrimadas es el mejor portavoz que puede tener Cs en el Parlament, pero la mayoría separatista le ha puesto sordina a la Cámara y aplica el rodillo un día sí y otro también. Además, Carlos Carrizosa ha demostrado que puede desempeñar un gran papel en ese puesto.
La realidad es que Juan Carlos Girauta, otro de los grandes referentes de Cs, será en las próximas elecciones cabeza de lista por Toledo, dejando libre su puesto natural en Barcelona, y que, tal y como hoy informa EL ESPAÑOL, Albert Rivera ha dado el visto bueno a la operación Arrimadas, convencido de que ambos podrían formar un tándem perfecto. La decisión queda ahora en manos de ella.
Referente moral
Rivera sabe de la importancia de las elecciones del 26 de mayo y quiere optimizar sus recursos. Como también es consciente de que Cs corre el peligro de verse estrujado entre un PSOE al alza por el empujón que la Moncloa le ha dado a Pedro Sánchez, y un PP que ha encontrado en Pablo Casado al líder capaz de cambiar la cara triste al partido que recibió de Rajoy.
Arrimadas ha dado muestras de su tirón electoral con su triunfo histórico en Cataluña y también con la gran campaña en apoyo de Juan Marín en las andaluzas. Pero más allá de su potencial como activo en unos comicios está el hecho de haberse convertido en un icono, en un referente moral para miles de españoles por su valentía frente al nacionalismo. Y ese capital Cs no puede ni debe desaprovecharlo.