La decisión del Tribunal Constitucional polaco, que resolvió ayer jueves que la Constitución nacional prevalece sobre el derecho comunitario declarando ilegales algunos de los artículos del Tratado de la UE, es una andanada contra los cimientos de la UE y abre la puerta al llamado polexit.
De acuerdo con esa sentencia, el Gobierno polaco queda ahora legitimado jurídicamente para desobedecer las sentencias y las leyes europeas que contradigan o sean incompatibles con el derecho interno polaco.
La decisión del Constitucional se produce tras una iniciativa del primer ministro, Mateusz Morawiecki, del partido conservador Ley y Justicia. Este había solicitado que el máximo intérprete de la Constitución decidiera si en el caso de las reformas judiciales polacas que la UE considera contrarias a las leyes comunitarias deben primar estas o el derecho interno.
La decisión no deja lugar a dudas. De acuerdo con el Constitucional polaco, la Carta Magna nacional prevalece en caso de conflicto sobre el derecho comunitario. En la práctica, lo que ha hecho el Constitucional polaco es afirmar la supremacía de la soberanía nacional sobre el Tribunal de Justicia de la UE y las leyes comunitarias.
Prima la soberanía nacional
La crítica a esa decisión del Tribunal Constitucional, que hará las delicias de populistas y partidos antieuropeos, es obvia: también los tratados firmados por el Gobierno polaco con la UE son producto de la soberanía nacional puesto que han sido firmados por los representantes políticos de los polacos, elegidos de forma libre en unas elecciones democráticas (que son la máxima expresión de la mencionada soberanía nacional).
El Gobierno polaco ha afirmado sin embargo por boca del secretario de Estado de Justicia Sebastian Kaleta que "la legislación de la UE sigue en vigor en Polonia". En su cuenta de Twitter, Kaleta ha afirmado luego que no se aplicarán en Polonia "los actos/decisiones que se salgan de las competencias transferidas a la UE".
"Como el Tribunal de Justicia de la UE está intentando atribuirse ilegalmente competencias en el ámbito del Poder Judicial aunque los tratados no lo prevén", ha añadido Kaleta, "el Tribunal Constitucional ha bloqueado hoy esta usurpación".
Respaldo al euroescepticismo
La decisión del Constitucional polaco supone un respaldo al euroescepticismo del Grupo de Visegrado, formado por la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia.
Supone también un respaldo a las tesis populistas que defienden la tesis de que la UE no defiende la identidad europea, sino los valores de un globalismo progresista contrario e incompatible con la idea de Occidente como producto de la cultura cristiana y la herencia intelectual y política grecorromana.
La sentencia del Constitucional polaco no carece sin embargo de precedentes. El 5 de mayo de 2020, el Tribunal Constitucional Federal Alemán (TCFA) reiteró, respecto a un caso relacionado con el programa de compra de bonos del sector público, su conocida tesis de que sólo él es competente para proteger los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución alemana, incluso cuando el ataque a dichos derechos haya sido ejecutado por jueces alemanes basándose en el derecho comunitario.
No existe un peligro inminente de abandono de la UE por parte de Polonia. Pero la decisión del Constitucional polaco resquebraja la estructura jurídica comunitaria y abre la puerta a que otros países decidan hacer caso omiso de las leyes o las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE cuando estas contradigan las leyes nacionales. La UE es hoy más débil que ayer.