El desarrollo de los acontecimientos concernientes a la negociación sobre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en los últimos días avala el análisis que viene haciendo este periódico. Que se haya frustrado el acuerdo para su renovación erosiona el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, pero quien amenaza con salir realmente tocado de este embrollo es Pedro Sánchez. La encuesta que publica hoy viernes EL ESPAÑOL cuantifica ese daño.
Es cierto que la decisión de Feijóo de romper un pacto a falta de firma sólo servirá para agravar una crisis institucional que linda ya con la crisis constitucional. No sólo porque perpetúa la insostenible interinidad del órgano de gobierno de los jueces y de los tribunales con vacantes sin cubrir. También porque supone que los dos grandes partidos suspenden sus relaciones. Es una pésima noticia que los ciudadanos no vayan a poder contar con ningún pacto de Estado hasta 2024, con un consecuente cierre de legislatura a cara de perro.
Cabe insistir en la equivocación de un Feijóo que, vulnerable a las presiones mediáticas y regionales, verá resentida su imagen como aspirante a la presidencia del Gobierno. El líder popular ha reincidido en los errores de su predecesor, Pablo Casado, ligando la renovación del CGPJ a cuestiones ajenas.
Haber roto la baraja resulta contradictorio con las declaraciones de Cuca Gamarra del pasado miércoles, cuando aseguró que nada tenía que ver el pacto con la reforma de la sedición. Pero, además, aun concediendo que la cuestión de la sedición no haya sido un vano pretexto para suspender relaciones con el Gobierno, la postura del PP es inconsistente.
Porque si de verdad cree que la renovación del CGPJ está conectada con la respuesta penal a la sedición, el PP debería entender que no hay mejor antídoto a los intentos de romper la legalidad que el acuerdo entre las dos principales fuerzas constitucionales. Pues para hacer frente a una eventual nueva intentona golpista, nada mejor que un Poder Judicial legitimado y fuerte. ¿Acaso han olvidado que PP y PSOE afrontaron juntos el freno al procés en 2017?
Sin embargo, con las cartas sobre la mesa, quien afronta un lío mayor a partir de ahora es Sánchez. Como desvela el sondeo de SocioMétrica-EL ESPAÑOL, la opinión pública está mayoritariamente del lado de Feijóo, por más que su liderazgo salga cuestionado. El 55% cree que acertó al romper el acuerdo por el CGPJ, y una amplia mayoría (59,4%) considera que Sánchez es el principal culpable del fracaso.
Salta a la vista que el presidente del Gobierno abraza una medida muy impopular. Y, por tanto, está en sus manos, y no en las del PP, la patata caliente. Sánchez confía en sus capacidades para ganar esta batalla a la larga. Pero hay indicios de sobra para concluir que a los españoles les preocupa mucho menos la renovación del CGPJ que un trato de favor a los sediciosos.
Como informó este periódico, Feijóo está dispuesto a reanudar las negociaciones para desbloquear el CGPJ si Sánchez renuncia a reformar el delito de sedición. El líder del PP ha aclarado que las conversaciones están congeladas, pero no rotas. De modo que la pelota está en el tejado de Sánchez. La salud y la continuidad de nuestro Estado de derecho exigen poner fin a una anomalía institucional que ya se ha prorrogado demasiado tiempo, por la intransigencia de unos y la torpeza de otros.