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LA TRIBUNA

Europa reescribe las reglas del mundo digital. ¿Estará España a la altura?

El autor aplaude la actualización que ha hecho la UE de la legislación en materia digital y aboga por promover la transparencia de datos y garantizar la seguridad jurídica de su funcionamiento.

22 diciembre, 2020 02:08

Nuevas formas de trabajar y de vivir, sectores económicos inéditos, valores distintos. La transformación digital está aquí y la pandemia que sufrimos desde hace casi un año nos ha hecho todavía más conscientes de lo mucho que dependemos de la tecnología en todos los sentidos.

En Europa, la transformación digital despierta otras preocupaciones que han llevado a la Comisión en los últimos días a proponer legislación que regule tanto el uso de los datos que generamos en el entorno digital como las posibles prácticas que violen las normas de la competencia por parte de las grandes empresas del sector.

Tal y como anunció la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager, “el aspecto más importante es que la dimensión de las empresas tecnológicas conlleva responsabilidades”. La comisión persigue dos objetivos claros con este nuevo paquete legislativo.

Por un lado, conseguir que todas las empresas que operan en Europa -las grandes y las pequeñas- puedan competir libre y justamente como lo hacen en el mundo físico. La premisa detrás de estas afirmaciones es clara: cuanto mayor sea una empresa, mayores responsabilidades deberá asumir. Traducción: en caso de incumplir sus obligaciones, los grandes gigantes tecnológicos podrían enfrentarse a multas significativas en aplicación de los porcentajes sancionadores propuestos, del 6% de los ingresos anuales, en el caso de la Ley de Servicios Digitales, al 10%, en el caso de la Ley de Mercados Digitales.

Por otra parte, la idea es poner el uso de la tecnología al servicio de la sociedad con garantías absolutas de protección a los ciudadanos. En virtud de esta futura normativa europea, las grandes empresas tecnológicas deberán adaptar su actuación en cuanto a lo que al contenido ilegal que visualizan los usuarios se refiere. A tal efecto, se promueve la adhesión a códigos de conducta cuyo cumplimiento estará sujeto a revisión. En este ámbito, serán también los Estados miembros quienes deberán ejercer un papel predominante y proactivo en el control del cumplimiento de estas obligaciones, en pro de una mayor transparencia.

La idea es poner el uso de la tecnología al servicio de la sociedad con garantías de protección a los ciudadanos

Empezaba a ser urgente actualizar la legislación de la UE en el terreno digital porque la que hay se elaboró en el mundo de ayer, hace un par de décadas; la realidad es otra, en todos los sentidos. Incluso este nuevo paquete legislativo tiene el riesgo de quedar obsoleto incluso antes de ver la luz. Sin embargo, los legisladores no podemos quedarnos rezagados de nuevo. El futuro de Europa pasa por la digitalización, o Europa se quedará sin futuro.

Por eso hay que celebrar las propuestas de la Comisión, tanto la que tiene que ver con la libre competencia como la de las garantías de contenidos seguros, incluidos los mecanismos sancionadores. Queda mucho camino por recorrer, y en ese camino el Parlamento jugará un papel fundamental a la hora de defender los valores europeos en esta transformación, la voluntad de afianzar derechos y libertades y la necesidad de poner a los ciudadanos en el centro de todas las decisiones que definan el futuro de nuestro entorno digital.

Para que este nuevo marco regulatorio funcione, los Estados miembros tendrán que estar a la altura. Tras la aprobación de la propuesta de la Comisión por parte del Parlamento europeo, serán los países quienes deberán velar para que la nueva normativa se aplique adecuadamente, para evitar que haya una fragmentación regulatoria dentro del mercado interno de la Unión. Esto será especialmente relevante en el caso de la Ley de Mercados Digitales, por cuanto su aplicación al caso concreto deberá decidirse de manera justa e imparcial, de conformidad con los criterios legislativos establecidos en la misma.

El entorno digital, el europeo y desde luego el español, tiene que responder a las necesidades de la sociedad y del mercado, promover la transparencia de datos y garantizar la seguridad jurídica de su funcionamiento. Y quiero poner el acento en la necesidad, para España, de coherencia y ajuste al ritmo de los esfuerzos europeos. No creo que haya otra manera de avanzar en la dirección adecuada hacia la transformación digital para no quedarnos descolgados en la revolución del siglo XXI.

*** Adrián Vázquez Lázara es eurodiputado de Ciudadanos y presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo.

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