La convocatoria de 'Pedri' Sánchez y el Morata del Gobierno
Pedro Sánchez parece haber tomado nota de la revolución emprendida por Luis Enrique al prescindir de las vacas sagradas y apostar por los jóvenes valores.
Comento con unos amigos, entre cervezas, el penúltimo capítulo de El ala suroeste de la Moncloa. Concluimos que si ya fue fantástica la escena del avión ruso en Lituania, lo del chuletón, en su punto, fue imbatible.
O eso pensábamos hasta que el Aaron Sorkin de Deusto (léase Iván Redondo), en lo que dan en llamar giro inesperado de los acontecimientos, se inmola. Y consigo se lleva, como ya bien saben, a los elefantes del Gobierno, que suponemos que acabarán pastando en una de los dos macrochiringuitos o hipercanonjías gubernamentales: el Consejo de Estado o el Senado. Hacia la Cámara Alta, por cierto, ya ha emprendido su romería Susana Díaz.
Copiando el maldito eslogan postconfinamiento, mi tío José, que es más sanchista que Adriana Lastra, dice que “salimos más fuertes” de esta remodelación. No seré yo quien le lleve la contraria porque creo que Sánchez, al sorprender con el truco final de su gurú a propios y extraños, y sumar para la causa caras jóvenes y desconocidas, gana, sobre todo, tiempo. “¿Pero tiempo para qué?” se podrán preguntar. Pues tiempo para seguir en el poder: ese gran hobby del presidente, muy por delante del baloncesto.
No se le darán ni se le deben dar los cien días de cortesía porque, pese a los sustanciales cambios, no es un Ejecutivo nuevo. Pero sí se les tiene que conceder cierto aire a los flamantes ministros/tras/tres para que se sitúen, y por ende a todo el grupo gubernamental, para que consuma el reajuste y poder juzgar así la versión 3.0 del Gobierno Sánchez.
A Luis Enrique le salió bien la apuesta y Pedro Sánchez ha tomado nota. Se quita de encima a la vieja guardia chuletona y da paso a un grupo más joven
Eso, la mínima cortesía que se debe guardar, sería lo idóneo. Pero amigos, vivimos en la España TikTok y seguro que ya tenemos a la prensa más cafetera rebuscando pasado en las carteras de los recién llegados.
Que se lo digan a Máximo Huerta (el Juan Pablo I de la cosa). Quien, por cierto, al hilo de las destituciones gubernamentales, ha escrito un ponzoñoso tuit: “Tanta paz lleves, como descanso dejas”. ¿Será por Iván Fouché Redondo?
A mí todo esto me recuerda a la lista de Luis Enrique para la Eurocopa. Se carga a Ramos, Navas, Canales, Nacho, Aspas y compañía, y se presenta en el estadio de La Cartuja con un par y un pelotón de quintos que ni a sus respectivas abuelas les sonaban sus nombres: los Pedri, Dani Olmo, Sarabia, Éric García y demás.
Al entrenador asturiano le salió bien la apuesta y quizás Pedro Sánchez haya tomado nota. Se quita de encima a la vieja guardia chuletona (José Luis Ábalos, Carmen Calvo, Juan Carlos Campo) y da paso a un grupo “más joven, más cercano, más social y más feminista” en palabras del propio presidente, lo que no deja en buen lugar a los salientes. Más jóvenes, vale. ¿Pero más feministas que Pepe Ábalos? ¿En serio?
Salimos perdiendo también en humor. Sin Ábalos, Calvo ni Pedro Duque, ya me dirán ustedes quién va a contar los chistes
El caso es que los aficionados a la tauromaquia, sin Calvo ni Ábalos, nos quedamos sin representantes ministeriales. Aunque yo confío en que haya una vena taurina en Isabel Rodríguez, quien hasta hace un rato era alcaldesa en un lugar de la Mancha de cuyo nombre toma resonancias el mundo del toro: Puertollano. ¡Qué gran banderillero fue mi paisano Pepe Puertollano!
Salimos perdiendo también en humor. Sin Ábalos, Calvo ni Pedro Duque, ya me dirán ustedes quién va a contar los chistes. ¿Carolina Darias?
También, como en La Roja de Lucho, quien sólo convocó al palaciego Fabián, Andalucía pierde peso en el Ejecutivo. Se queda solo(millo) Garzón con Marisú como representantes sureños. Por cambio, y coincidiendo también con la selección eurocopera, la cuota catalana sale reforzada hasta el punto (a Sánchez no le gusta poco hecho) de que casi la mitad de los que se sientan en la mesa del consejo de Gobierno parlen la llengua de Josep Pla.
Por cierto, me pregunto quién será el Morata de este Gobierno.
*** Manuel López Sampalo es periodista.