¿Quién lleva mejor la mascarilla, Pedro Sánchez o Joe Biden?
Tanto Joe Biden como Pedro Sánchez se han planteado implantar de nuevo la obligatoriedad de la mascarilla. Pero los resultados han sido muy diferentes en ambos casos. ¿Quién ha ejercido mejor el liderazgo en su país?
Hay dos tipos de liderazgo. El carismático es el que te hace creer que el líder es capaz de lograr lo que se proponga. El inspirador es el que te hace creer que tú eres capaz de lograr lo que te propongas. Ambos tienen un punto en común: su verdadera prueba son los momentos de crisis, coyuntura de la que no se sale victorioso sin liderazgo.
La burocratización de la política ha hecho que no sea necesario ser líder para terminar, por ejemplo, al frente de un partido. Y desde ahí la presidencia está a un solo paso, sobre todo en los sistemas parlamentarios.
Si eres lo suficientemente hábil como para mantenerte en el engranaje partidista por el tiempo suficiente, puedes terminar al frente de un país sólo por ser un funcionario cumplidor. Luego, si tienes suerte y no debes afrontar una crisis que no esté en el manual, quizás pases sin pena ni gloria por la presidencia y capitalices un retiro dorado con apenas 50 años. De ahí en adelante, una gran pensión vitalicia y conferencias pagadas por las grandes empresas que financiaron tus campañas electorales.
El trance llega cuando la crisis no está en el manual. ¿Qué hacemos cuando a Vladímir Putin le da por poner 175.000 soldados en la frontera con Ucrania?
O peor aún, porque pasa cada 100 años, ¿qué hacemos cuándo se desata una pandemia? El rey, sin pauta preestablecida, queda desnudo, sin siquiera una mascarilla que tape sus vergüenzas.
Joe Biden llamó a la sensatez y a la responsabilidad individual. Si estás vacunado, sobre todo con la dosis de refuerzo, puedes pasar la Navidad tranquilamente
Es lo que le ha pasado, por ejemplo, a Pedro Sánchez, entre tantos otros que han dado golpes de ciego en estos casi dos años de incertidumbre.
El incidente del retorno de las mascarillas al aire libre es muy revelador. El decretazo de Pedro Sánchez obró el milagro navideño de unir tanto a izquierda como a derecha en un sólo clamor contra la absurda medida. Fue tal el rechazo que Pedro se desdijo a las pocas horas, matizando su decisión.
Mientras tanto, la incidencia acumulada parecía montada en un cohete. La comparación, odiosa como todas, se hizo imposible de evitar cuando horas antes Joe Biden también había tenido que intervenir de emergencia por el avance intempestivo de la ómicron.
Tranquilamente, y tras reunirse todo el fin de semana con su equipo, el americano dijo que no pondría en marcha ninguna medida restrictiva. Llamó a la sensatez y a la responsabilidad individual de todos. Si estás vacunado, sobre todo con la dosis de refuerzo, puedes pasar la Navidad tranquilamente. Si no, prepárate para una visita al hospital.
En España, la incidencia acumulada es de 911 casos por cada 100.000 habitantes. En los Estados Unidos es de 605
Palabra más, palabra menos, ese fue el mensaje de Joe Biden. Enseguida, los niveles de preocupación bajaron. La gente, tomando las medidas correspondientes, como las mascarillas sólo en aglomeraciones o espacios cerrados, retomó las compras navideñas y viajó a ver a su familia. Hasta los mercados bursátiles dejaron la histeria de los primeros días de diciembre y se tornaron positivos.
¿A quién le va mejor?
Vamos a los datos del 23 de diciembre, que no mienten. En España, la incidencia acumulada es de 911 casos por cada 100.000 habitantes. En los Estados Unidos es de 605.
“Recurriendo al símil futbolístico, España comenzó goleando para acabar durmiéndose en los laureles y permitiendo que se le fuera el partido de las manos” dice el editorial de EL ESPAÑOL del pasado 23 de diciembre.
Ni Pedro Sánchez ni Joe Biden representan a partidos de derechas y/o conservadores. Porque no es un tema de ideología. Es un tema de liderazgo.
*** Francisco Poleo es analista especializado en Iberoamérica y Estados Unidos.