El director de cine Jean-Marc Vallée.
¿Y si sólo te quedara un mes de vida?
El director y guionista Jean-Marc Vallée, autor de C.R.A.Z.Y. y Dallas Buyers Club, murió el pasado 26 de diciembre, a los 58 años, por un ataque al corazón en su casa de las afueras de Quebec. Su muerte ha conmocionado a Hollywood.
¿Qué harías tú si te dijera un médico que te queda un mes para “poner tus cosas en orden”? 30 días: eso es todo. Después, la nada; o el cielo. Lo que haya.
Lo de montar en globo es un clásico demasiado usado y, además, en realidad no es para tanto. Mucho mejor la caída libre.
Visitar algún país que siempre quisimos conocer, pero que por alguna causa resultó imposible, parece una gran alternativa. Pero tal y como están las cosas ahí fuera gracias a la variante ómicron, y a la inoperancia de los Gobiernos, no parece lo más oportuno. Igual te pasas la mitad de tu último mes en cuarentena. Y, francamente, ese no parece el plan más apasionante para las últimas semanas de vida.
La realidad es que entre el concepto “todos vamos a morir” y el que contiene la certeza de hacerlo durante el mes en curso, o el siguiente, se abre un abismo. Y de los grandes. El primero sugiere un abstracto asumido. El segundo sugiere un período preciso con un final aterrador que, además, se torna inaceptable.
"A Jean-Marc Vallée, respetado internacionalmente por su magnífica C.R.A.Z.Y., no se le esperaba tan pronto en el otro mundo, si existe"
Ese criterio médico lo tuvo que escuchar Ron Woodroof cuando, en 1985, le dijeron que había contraído el virus del SIDA. En el hospital le dieron cuatro semanas de vida. La película que cuenta su historia, Dallas Buyers Club, basada en los reportajes del periodista de The Dallas Morning News Bill Minutaglio, retrata la lucha por la supervivencia de este tejano al que encarnó con notable éxito (tanto, que ganó el Oscar en 2014), Matthew McConaughey.
Pero al director de este filme, también nominado a ese galardón, no le procuraron aviso alguno. No disfrutó siquiera de ese mes para prepararse. Jean-Marc Vallée dejó el escenario terrestre el pasado 26 de diciembre. Un ataque al corazón en su casa de las afueras de Quebec, a sus 58 años, dio por concluida su participación en este corto incongruente que nosotros, tal vez asombrosamente, aún seguimos rodando.
Uno nunca sabe cuál será la luz de su último día, canta el cubano Silvio Rodríguez en su deliciosa Causas y azares. Los médicos de Woodroof le pronosticaron 30, pero el cowboy de Dallas se las arregló para vivir nada menos que 2.557 después de ese diagnóstico atroz.
A Vallée, también respetado internacionalmente por su magnífica C.R.A.Z.Y., no se le esperaba tan pronto en el otro mundo, si existe. Pero ya se sabe: esto no hay quien lo entienda y los dados igual están de verdad trucados.
"La muerte de Vallée ha sorprendido a todos, menos a los dioses. Hay que darse prisa en hacer lo que uno quiere. Ya (casi) no hay tiempo"
Big Little Lies, el gran trabajo del director canadiense en televisión, empieza con misterio y una muerte. Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley, Laura Dern y Meryl Streep forman parte de un espectacular dream team femenino que convierte la serie en un formidable ejercicio intelectual. Este drama estadounidense basado en el libro de Liane Moriarty va mucho más allá de simple entretenimiento televisivo.
La muerte de Vallée ha sorprendido a todos, menos a los dioses. Hay que darse prisa en hacer lo que uno quiere. Ya (casi) no hay tiempo. Lo único que sucede es que, para no volvernos locos, preferimos ignorar la extrema delicadeza de la existencia y su siniestra fragilidad.
Si tuvieras sólo un mes. En realidad, tenemos sólo un mes para construir una historia mayúscula como la que firmó Vallée. Los demás, si vienen, constituyen un período de gracia que se renueva cada día 1. O que no.
*** Ángel F. Fermoselle es escritor.
