Mientras ahora los niños priorizan los teléfonos móviles, la Nintendo Switch, su queridísimo canal CoComelon y, en general, todo lo digital, antes se inclinaban por las Barbies, las peonzas, las Pinypon, el diábolo y los coches teledirigidos, lo puramente analógico. Pero todas las generaciones tienen algo en común: son capaces de entretenerse con cualquier cosa; desde el irritante vaivén de una mosca hasta el gracioso soniquete de un pato de goma al estrujarlo. Pero David era la excepción. Él no hacía nada de eso. Prefería construirse una prótesis para su brazo con piezas de Lego.
David Aguilar (Andorra, 1999) tenía tan solo nueve años cuando él mismo decidió fabricar pieza a pieza un brazo de juguete. Él nació con el síndrome de Poland, una alteración congénita que consiste en la ausencia del músculo pectoral y, en determinados casos, de una malformación en distintas zonas del cuerpo. El andorrano tenía la mitad de su brazo derecho. Sus padres lo descubrieron al nacer. Creían que no podría tener una vida independiente, que viviría esclavo de la discapacidad y que no podría realizar cuantiosas actividades que cualquier niño con dos brazos podría. Tenían miedo por su hijo. Normal. David les demostró tiempo después que su problema no supondría ningún inconveniente, que ello lo haría una fortaleza, pero no fue fácil. Su infancia estuvo marcada por un bullying constante. EL ESPAÑOL | Porfolio habla con él. Esta es la historia del chico que se construyó a sí mismo.
"Mis padres no sabían que yo iba a nacer así, fui un Kínder Sorpresa", bromea el protagonista de este reportaje. Los primeros años de su vida no los recuerda mucho, aunque sí las miradas, los gestos, las burlas y los comentarios de sus compañeros del colegio acerca de su condición. "No es culpa tuya, es de tu madre", "puto manco", "David, pásame la pelota con la mano derecha, a ver si puedes", eran solo algunas. Era tal el bullying que sufría que acabó refugiándose en sus juguetes, y crear objetos con piezas de Lego se convirtió en su pasatiempo favorito. Un día, el David de apenas nueve años estaba haciendo un barco con los bloques de construcción, y se le ocurrió una idea: '¿Por qué no hacerme un brazo y así dejan de meterse conmigo?'. Y lo consiguió.
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"La parte del casco del barco en la que va el agua normalmente, que es la de abajo, la puse debajo de mi brazo derecho. Y entonces vi que la forma se adaptaba a mi brazo completamente y que se podía sostener con algún otro artilugio, como una cuerda o un alambre. Ahí fue cuando me di cuenta de que había diseñado la prótesis. Era básicamente un guante cuadrado que tenía una pinza, un alambre lo movía, y lo sujetaba con una cinta que iba al cuello, que en realidad era la cuerda de los llaveros", subraya David. A esta prótesis la llamó MK1.
Siendo solo un crío ya había logrado algo casi insólito. Lo que se creó como un juego de diversión para niños, acabó siendo la pieza clave para que David consiguiera otro brazo y supusiera el fin de su acoso. Desde entonces, estos trozos de plástico forman parte de él, literalmente.
"Al ser un niño pequeño cuesta un poco determinar si lo que vas a decir va a afectar a alguien. Pero a mí me decían cosas con mucha mala leche como 'no es culpa tuya que hayas nacido así, es de tu madre'. Fue la única vez que hice algo violento, y le empujé. Hay personas que nacen así porque por desgracia la madre no se ha cuidado durante el embarazo. Y ese comentario no lo acepté, al igual que otros como 'David, pásame la pelota con la mano derecha, a ver si puedes'. Puede ser que cuando eres pequeño no piensas en las consecuencias de lo que dices, pero cuando las dices, lo haces con la peor intención posible para hacer sentir diferente a la otra persona", cuenta el joven.
En medio de la barahúnda, David convirtió su debilidad en una fortaleza. Él sufrió, y sus padres aún más. "En mi caso fue el bullying, pero mis padres tenían mucha preocupación por si yo podría salir adelante, si podría jugar a los videojuegos, si podría ser independiente. Y con los años uno se da cuenta de que es más independiente que incluso muchas personas que tienen dos brazos y que todavía, por ejemplo, dependen de sus padres".
Él también sostiene que con un solo brazo "me considero más capaz incluso que otras personas con dos, porque al final algunos creen que las cosas son imposibles sin ni siquiera intentarlo. Ya se darán cuenta de que la única discapacidad que existe es pensar que algo imposible no se puede cumplir porque los demás te lo dicen. A mí me dijeron que no iba a poder ir en bici, ni escalar, ni conducir, ni jugar al tenis... Y al final lo he conseguido todo. La única cosa que no puedo hacer es pilotar un avión, y sinceramente, ni ganas, porque me da un miedo".
Pregunta.- ¿Ha vuelto a sufrir bullying desde entonces?
Respuesta.- Bueno... Una chica me rechazó porque no tenía un brazo. Me gustaba bastante y yo creo que también le gustaba porque hablamos muchísimo, pero cuando llegaba el momento de quedar, ella estaba un poco escéptica y no quería quedar conmigo. Un día se confesó y me dijo que no quería seguir quedando conmigo porque había unos amigos que se reían de ella por el simple hecho de que a mí me faltaba el brazo y ella quedaba con un chico sin brazo. Supe ignorarlo y pensar en positivo diciendo: "¿Sabes qué? Tú te lo pierdes".
A los 17 años ya había fabricado una prótesis completamente funcional, y se dio a conocer mundialmente. Ya no miró atrás y no paró de subir escalón tras escalón. En 2017 le otorgaron un premio Récord Guinness por ser el primero en fabricar una prótesis totalmente funcional con Lego, en 2018 apareció en la revista National Geographic y en 2019 participó como ponente en la cumbre Cross Industry Innovation Summit en el Centro Espacial de Houston (Texas) de la NASA.
Su éxito no termina ahí: en 2020 fue imagen de la campaña 'rebuildtheworld' de Lego y protagonizó el documental Mr. Hand Solo, en 2021 fue nombrado embajador de la Fundación Adecco para promover la inclusión social, lanzó un libro junto a su padre, Pieza a pieza, y creó dos prótesis funcionales para Beknur, un niño de por aquel entonces ocho años (ganó otros dos Récord Guinness por ello, el último con su padre Ferran, quien desde pequeño le fabrica prótesis para ir en bicicleta y ahora en patinete eléctrico). Finalmente, en 2022 fue candidato a los Premios Princesa de Girona.
"Muchas veces me preguntan qué se siente cuando te falta medio brazo. Y, la verdad… no lo sé. ¿Qué sentís cuando os falta un dedo? Contadlos por mí, ¿vale? Dejad de leer y contad los dedos que tenéis. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, ¡diez! ¿Qué sentís cuando os falta el onceavo dedo? No lo sabéis; yo tampoco. Lo que sé es que no os falta nada; os sobra. Os sobran posibilidades", dice el joven en su libro.
Ahora, a sus 23 años, a David se le conoce como 'Hand Solo' (tunea el nombre del personaje de 'Star Wars' y lo transforma, en español, a 'una sola mano'), se llama a sí mismo 'Iron Man', imparte charlas para dar a conocer su historia, acaba de terminar la carrera de Bioingeniería en la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) y empezará un Máster de Diseño e Impresión 3D.
P.- ¿Por qué 'Hand Solo'?
R.- No existiría el uno sin el otro. En un principio, yo era muy introvertido y tenía miedo incluso de hablar con gente nueva y hacer amigos. A mí me entró mucho miedo cuando empecé a dar conferencias, pensé que a lo mejor no le gustaba a la gente y que yo no iba a interesar. Y todo salió bien gracias al mensaje que hay detrás de mi historia de superación, como el bullying que me tocó vivir. Puedo dar un ejemplo de cómo salir adelante, hacer que la gente tenga una motivación y enseñar que no vale la pena tirar la toalla toda tu vida por eso, que uno puede conseguir lo que se proponga. Yo tengo la ventaja de ser diferente al resto. Todos los que somos diferentes podemos hacer que sean sencillas las cosas que más nos cuesten realizar con un pequeño artilugio que nos ayude a hacerlo bien. Todos nosotros tenemos la ventaja de poder brillar de manera diferente.
P.- ¿Cómo le ofrecieron ir a la NASA?
R.- Fue gracias a una persona ahora muy importante en mi vida. Se llama, Dimitris Bountolos, jefe de innovación de Ferrovial y muy bien amigo de Omar Hatamleh, jefe de innovación de la NASA. Me dieron la posibilidad de participar en la NASA Cross industry Innovation Summit 2019 para enseñar mis prótesis y explicar mi historia. Les prepare la Mk5 en exclusiva para ellos, que hasta el momento es la más avanzada de todas. Conocí a gente súper importante, como un hombre que tenía la potestad de pedir misiles balísticos de los submarinos americanos. Imagínate. También a Charlie Wen, co-fundador de Marvel Studios y que ha diseñado los trajes de las películas de los superhéroes. Como yo nombraba las prótesis, como las armaduras de Iron Man, pude hablar con él y me explicó quién era y qué hacía. Me motivó muchísimo para continuar con las charlas y demostrarle a los más pequeños que los superhéroes en la vida real existen y que puedes usar sus experiencias como ejemplo. Y es gracias a él, en parte, que sigo dando conferencias por todo el mundo.
P.- ¿Qué enseña en sus conferencias?
R.- Que cuando veamos una situación de acoso hay que actuar en contra y no ser violentos, es decir, utilizar la palabra, que para eso tenemos el lenguaje, y chivarse, que no es ser un chivato, es básicamente buscar ayuda y encararse con la persona que está haciendo bullying a tu amigo, por ejemplo, o a un conocido que has visto por la calle. El hecho de proponer ayuda, ya ayuda muchísimo, porque las personas se sienten solas. En estas situaciones lo que hay que hacer es sacar pecho, como digo yo, y demostrar que los comentarios de este tipo no deberían afectarte, porque al final, como es mi caso, yo no he buscado no tener un brazo.
Cuando me dijeron que la culpa era de mi madre, yo le pregunté que si esto era verdad. Incluso dudé un momento de ello, y fue difícil. Pero cuando ya vas diciendo una y otra vez en tu cabeza que no, al final te acabas acostumbrando y piensas: "Es que si no fuera por esos comentarios yo no sería quien soy hoy en día", y puedes volver atrás y recordarlos con humor si quieres, pero es un arma de doble filo. No te ayudan mucho en ese momento, pero te construye como persona para un futuro. Quiero demostrar a los demás que todo es posible si lo intentas. Mi sueño es motivar a la gente, y a veces me siento como un padre cuando hago y digo estas cosas, pero quiero hacer prótesis asequibles para todo el mundo.
David ya ha creado cinco tipos de prótesis, la última es MK5. Tiene un mecanismo que se activa con un solo movimiento de brazo y hay que pulsar un botón. "Lo que hago es 'encender' la prótesis y activar el control. Tiene un motor que está a la vista, es decir, en la mano, y tiene otros seis en el codo. Y entonces con esos botones puedo mover el brazo entero", indica.
En Internet tiene colgadas las instrucciones de cada uno de sus prototipos para cualquiera que necesite una prótesis solo tenga que buscar cómo fabricarlas y gastarse únicamente el dinero del material de las piezas de Lego. Él no gana ni un solo céntimo con ellas.
P.- ¿No ha pensado venderlas y así ganar dinero?
R.- Considero que es algo que debería compartir de forma gratuita, ya que una prótesis debería regalarse. Hay gente que no tiene recursos para comprársela, y pienso que hacerlo gratis es lo mínimo que podía hacer. Al final, si se busca una compañía que tenga piezas y que le interese compartir el mensaje de superación, se puede hacer, pero desgraciadamente no todo el mundo tiene la mentalidad de querer ayudar y lo único que quieren es el beneficio económico que hay detrás. Esto puede ser un mercado, pero por eso no he puesto precio a las prótesis aunque haya una compañía que la quiera construir por su cuenta. Al final estás haciendo un beneficio a la comunidad.
Con estas prótesis la gente solo se gastaría el precio de los materiales, que son unos 400 euros, poco dinero en comparación con las otras que van desde los 15.000 a los 100.000 euros. No tiene nada que ver el desembolso económico y no mucha gente se las puede permitir, y da mucha pena. En ocasiones he visto donde el usuario de la prótesis no está cómodo con una y no se puede permitir otra, y duele verlo sinceramente, porque hay gente que necesita adaptación y no se la proporciona el Gobierno. Parece un lujo poder tener dos brazos.
P.- Entonces, ¿qué gana con todo esto?
R.- ¿Qué gano con todo esto? Pues no me lo habían preguntado nunca, pero puedo decir que un orgullo increíble. Poder ver que mi historia hace que muchas personas salgan del agujero negro del bullying y saber que hay casos en los que podemos ayudar psicológicamente.
Aguilar está orgulloso de todo lo que ha logrado en su corta vida y de todos los premios que ha ganado, aunque confiesa que "al final el título es un papel" y que con lo que se queda es "con que los más pequeños tengan el conocimiento de mi historia y puedan usarlo como ejemplo de superación".
El andorrano no sabe de qué está más orgulloso, pero sí sabe lo que más le impactó. O más bien quién fue la persona que más le impresionó. Fue Beknur, un niño de ahora 10 años que nació en Kazajistán, que vivía en Estrasburgo (Francia) y que no tiene desarrolladas algunas extremidades. Su madre habló a David para que le fabricara una prótesis. Solo tardó 10 minutos y le costó 15 euros el material. El pequeño la controló al instante. "Era como si llevase la prótesis desde que nació, y me puse muy contento al ver que la usaba, que podía moverla y que podía coger objetos. Cuando llegó a su casa, su madre me pasó un vídeo de él jugando con la prótesis mientras se tiraba la pelota con su hermano, y él me dijo algo que me conmovió. Me dijo: 'David, si tú te llamas Hand Solo porque tienes un brazo, yo me voy a llamar Hand Cero, porque no tengo ninguno".
@beknurhandzeroofficial We missed each other 😁 #handsolo #davidaguilar #lego #legotiktok #legotiktoker @handsolo_official #Beknur #prosthetic #tiktokviral #legohansolo #gwr ♬ original sound - Beknur ZHANIBEKULY
En cuanto a sus próximos proyectos, él apunta que el primero es hacer una película. "Ya se han comprado los derechos para hacerla y va a salir en Hollywood". Más adelante sacará al mercado una prótesis de impresión 3D de Lego, también un proyecto de realidad virtual "en el que se explica cómo actuar en casos de bullying con gafas de realidad virtual" y un minijuego que se está produciendo por parte de una compañía que se llama Big Karma. "El objetivo es enseñar al mundo que aunque se tenga una discapacidad, con una pequeña ayuda se pueden lograr las cosas. Por ejemplo, si hay una persona que va en silla de ruedas, esta tendría un objeto para que vaya más rápido. El fin es que puedan ver la discapacidad como una ventaja y no como una desventaja como lo considera la sociedad".