Ayamonte
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La escena es curiosa. Desde la terraza del bar se ve el green de un campo de golf que alcanza casi la orilla del Guadiana y enseña Portugal al otro lado. En el interior, en el par de mesas que hay ocupadas se habla en inglés mientras por los altavoces suenan los Beatles. No es un negocio hostelero al uso, en realidad es un recepción de un campo de golf a la que no le falta detalle: televisiones de plasma, sofás, vestuarios... Todo lujo. Sin embargo, cuando uno sale por la puerta, la imagen se transforma. Un mamotreto de hormigón abandonado da la bienvenida a quien le mira. Son cuatro plantas sobre un terreno yermo y seco. Debía ser un hotel de lujo, pero se quedó en joya del estallido de la burbuja inmobiliaria.

La imagen sería inusual en casi cualquier punto de España. Sin embargo, aquí es habitual. Residenciales de lujo junto a mastodontes abandonados de hormigón de la época del ladrillo. Vistas espectaculares combinadas con ruinas en las que ya solo quedan los grafitis de algún artista callejero. El contraste es tal que uno puede ver grúas y obreros levantando casas junto a urbanizaciones enteras abandonadas.

Costa Esuri es un núcleo urbano situado a las afueras de Ayamonte (Huelva), en las faldas del Guadiana. En 2003 se presentó como proyecto con la intención de ser una nueva ciudad que albergaría a más de 16.000 personas. 

La firma Martinsa-Fadesa comenzó la construcción de este complejo con múltiples urbanizaciones. Algunas de ellas se vendieron a altos precios, pero entonces estalló la burbuja inmobiliaria, la empresa quebró y todo quedó al abandono.

De los 16.000 probables vecinos, aquí han quedado solo unos 3.000, que durante un tiempo han vivido con problemas por culpa de los mastodonde de hormigón abandonados. En verano crecen, son entre 8 y 10.000, según los propios residentes.

Construcciones de Costa Esuri.

Construcciones de Costa Esuri. Domingo Díaz null

No obstante, ahora el problemas es otro. Costa Esuri está resurgiendo y los vecinos se quejan del abandono del Ayuntamiento a las zonas urbanizadas, muy bien cuidadas gracias a la Entidad de Conservación de Costa Esuri (ECU)

Resurgir de Costa Esuri

En una de las urbanizaciones de Costa Esuri hay hasta seguridad privada. Uno de los miembros de seguridad se acerca al perímetro para comentar que no sabe nada de la queja de los vecinos por los bloques y calles abandonadas, apenas a unos pocos metros de lujosas casas residenciales. 

Una casa con grafitis en el interior.

Una casa con grafitis en el interior. Domingo Díaz null

Mientras una joven habla con su hermano por teléfono y busca en su coche. Lleva un año viviendo con sus padres aquí, pero tampoco establece demasiadas quejas sobre los bloques de hormigón. "Alguna vez se han metido en los bloques, pero poco más", asegura.

Actualmente, en el lugar las obras en liza son varias, por lo que se deduce que Costa Esuri vuelve a ser un lugar atractivo para la compra. Lo deja claro a las puertas de su casa una vecina. ¿Por qué ha comprado aquí? "Es un sitio barato, bonito, cerca de la playa y estaba bien de precio", resume.

Según los vecinos, el comprador medio en esta zona es extranjero. "Suelen estar aquí desde octubre hasta mayo o junio", explica una trabajadora del lugar. "Luego ya viene el turismo nacional que busca playa. Porque aunque los que vivimos en esta zona no lo tengamos como zona de playa, en Madrid y Extremadura esto sí se vende como tal", apunta.

Muchos compran también como inversión. En verano, la población del lugar se duplica y alcanzan en torno a los 8.000, según los residentes.

Vistas desde uno de los cerros de Costa Esuri.

Vistas desde uno de los cerros de Costa Esuri. Domingo Díaz null

Lo que tienen aquí son pocos servicios. Las zonas y jardines limpios están muy cuidados gracias al pago de los vecinos. A partir de ahí, el Ayuntamiento solo ofrece la recogida de basuras. Un botiquín, dos bares y un pequeño supermercado Covirán son los únicos negocios encontrados. Ahora se prepara un nuevo negocio hostelero para abrir. 

"Esto está subiendo como la espumaEstá subiendo como la espuma", declara la presidenta de la asociación de vecinos de Costa Esuri, Nieves Gómez. "Cuando yo compré en 2014, como lo que se vendía eran casas del banco, eran muy baratas, pero hoy eso ya no pasa", asegura. 

"Se vendieron parcelas muy baratas y ahora se está construyendo. Aquí se han comprado parcelas 20 o 30.000 euros. Antes, la gente de Ayamonte que era joven venía a Costa Esuri a vivir incluso. Sin embargo, ahora casas que han costado 60.000 euros se pueden vender con facilidad por más de 160.000 euros", insiste.

Lo caro, eso sí, depende de para quién lo mire. Esta zona es "más barata que Ayamonte", según la líder vecinal, que pretende reflejar que ahora el precio está bien, pero "no es una ganga". 

Casas que están vendiéndose en Costa Esuri.

Casas que están vendiéndose en Costa Esuri. Domingo Díaz null

Hay un último aspecto a destacar para ella: "Tenemos otro atractivo que llama la atención: una buena comunidad, sales a la puerta de la calle y está todo precioso, muy buen cuidado, vegetación autóctona, los alrededores de las urbanizaciones están muy limpios...".

Los problemas de Costa Esuri

Nieves Gómez defiende el resurgir del núcleo urbano. "Los edificios levantados en la 'época de la burbuja' pueden dar esa sensación, pero esto no es un pueblo fantasma", defiende.

Lo dice porque aquí "se sigue construyendo. A los vecinos y a las inmobiliarias les está molestando que se diga que es un pueblo fantasma porque quienes van a invertir piensan ¿dónde me voy a meter yo? Ahí hay un malestar muy generalizado". 

Piscina de la urbanización abandonada. Al fondo, el río Guadiana.

Piscina de la urbanización abandonada. Al fondo, el río Guadiana. null

Una urbanización de casas completamente abandonada.

Una urbanización de casas completamente abandonada. Domingo Díaz null

Comenta la parte de Costa Esuri que nunca se resalta. "Hay urbanizaciones preciosas, una Entidad de Conservación ECU, que tiene mantenimiento y limpieza", comienza a enumerar Gómez en pro de sus vecinos.

Sin embargo,reconoce que "el abandono está por parte del Ayuntamiento. Como sabemos, Ayamonte está retenido y no le permiten hacer nada", señala Gómez. Esto no significa que los edificiones abandonados sean responsabilidad del Consistorio. "Los edificios que están en ruinas y demás parcelas son cosas de sus propietarios, que son quienes las tienen así", exculpa Gómez.

Si andan insatisfechos con el consistorio onubense es por el hecho de que no se hayan ejecutado los millones de euros que la constructura Martinsa Fadesa dejó como aval. "Eso no se ha ejecutado todavía", aclaran.

Es el único problema porque "ya robaron lo que tenían que robar hace mucho tiempo. Se llevaron hasta las ventanas". 

Construcción abandonada en Costa Esuri.

Construcción abandonada en Costa Esuri. Domingo Díaz null

Entrada a una de las urbanizaciones abandonadas.

Entrada a una de las urbanizaciones abandonadas. Domingo Díaz null

El problema es que al no haber sido recepcionados por Ayamonte ni haberse ejecutado los avales de Martinsa- Fadesa, los vecinos han tenido que terminar las obras. Lo han hecho a través de la Entidad de Conservación. Eso, lo que provoca es que aquí "estemos acostumbrados a pagar el doble de impuestos". Gómez explica que hay vecinos que pagan hasta 500 euros para abonar la cuota de la entidad vecinal y además deben pagar el IBI a pesar de todo.

"Hasta que no se ejecuten los avales, no se pueden recepcionar. Ese dinero servirá para arreglar calles, hacer una depuradora, hay jardines que no se hicieron. Hay parques pequeñitos de niños, hay unas pistas deportivas que se pidieron al Ayuntamiento, pero ahí se quedaron... Eso necesita un mantenimiento", declara Gómez.

Martinsa-Fadesa.

La primera gran quiebra del 'boom'. La firma que planeó y construyó Costa Esuri fue una de las primeras en presentar suspensión de pagos por el estallido de la burbuja inmobiliaria, acumulando un pasivo de casi 6.000 millones de euros. Ocurrió en julio de 2008, justo un año después de su inicio tras la fusión en junio de 2007 de la inmobiliaria de Fernando Martín y la gallega Fadesa, y fue un claro aviso de lo que vendría a la postre. Los esqueletos de Costa Esuri son solo un ejemplo más de los otros tantos que hay en la Península (Lugo, Castellón...). Actualmente, la empresa se encuentra en fase de liquidación y anuncia sus últimas noticias en una web hecha con el único fin de dar información a sus acreedores.

Por el momento, el mantenimiento y limpieza de las calles "las pagamos nosotros", asegura Gómez. Por el momento, aquí hay "empadronados unos 2.000 y pico, pero es la segunda residencia de muchas personas". 

¿Los edificios abandonados? "Te acostumbras. Sí que pedimos que los vallen, bien el Ayuntamiento o bien que obliguen a hacerlo a los propietarios, porque eso es un peligro para todo.Por ejemplo, pedimos que el Centro Comercial lo vallaran y lo han hecho. Lo que pedimos por activa y por pasiva es que esos edificios los vallen u obliguen a que los vallen". 

Eso no quita para que aquí estén deseando que venga un inversor que pueda "sacar esos edificios adelante".

Una de las construcciones de Costa Esuri.

Una de las construcciones de Costa Esuri. Domingo Díaz null

En el listado de peticiones, sin embargo, hay alguna más. "También lo que se pide es una vigilancia. No todo el tiempo, pero sí que vengan de vez en cuando", señala Gómez, que explica que el mayor de los problemas por los que pide vigilancia es "porque la gente hace las obras y deja los escombros ahí. Es un tema cívico también. Por ejemplo, como hay tanto campo, la gente también sale con los perros sueltos y hace poco uno atacó a una persona". La última reclamación es un centro cívico en el que puedan reunirse los vecinos y los miembros de la asociación, que van rotando de casa en casa".

En definitiva, en Costa Esuri denuncian el "abandono por parte del Ayuntamiento, que debería debería de apostar por Costa Esuri. Costa Esuri también existe".