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La primera vez que Almudena Ariza (Madrid, 1963) cubrió una guerra fue en 2003 y en el Kurdistán -era la guerra de Irak- y el cámara Manuel Ovalle le salvó la vida. Un general del ejército kurdo citó a los periodistas -alojados casi todos en el mismo hotel- para cubrir una acción ofensiva a las cuatro de la mañana. El veterano camarógrafo se peleó con ella y le dijo que irían cuando ya hubiera amanecido. A regañadientes, la reportera -porque prefiere definirse como reportera que como periodista- aceptó. Cuando llegaron al punto de la cita, horas después de la caravana oficial, se encontraron con que un ataque de fuego amigo había provocado numerosos muertos, bastantes de ellos de periodistas. "Nos salvó la vida", dijo Ariza en un programa de TVE años después. "Lo cuento sólo porque ella lo ha dicho en público", explica Ovalle a EL ESPAÑOL | Porfolio.
Tiempo después, Ariza no le salvó la vida a Ovalle, pero casi. La periodista se enfrentó a todo un marine estadounidense que había empujado a su amigo y compañero por estar grabando algo que EEUU no quería que viera: que sus paracaidistas habían llegado al Kurdistán. "No es broma, porque por defender a una colega murió Julio Fuentes". "Ahí le echó ovarios Almudena. Eso sí, la bronca fue en perfecto castellano", ríe.
El cámara, que se jubiló el año pasado siendo el más veterano de las televisiones españolas, confiesa desde su plácido retiro en Huelva, que le gustaría estar en este momento con Almudena en la guerra que ella cubre ahora como veterana, la que le ha traído de vuelta a Europa desde su "amada y odiada" Nueva York, donde estaba destinada como corresponsal por segunda vez en su carrera. También lo ha sido en Pekín y en París, pero como enviada especial ha estado en mil lugares más, en muchos de ellos con su querido Ovalle.
"Es ese tipo de redactor que cualquier responsable de informativos quiere tener en su plantilla", comenta a esta revista Ángel Nodal, que fue jefe de Sociedad en TVE cuando la periodista estaba en esta sección, aunque ella no es de las de estar encuadrada en ningún sitio.
"Es una mujer dispuesta siempre a salir a buscar la noticia allá donde esté y si es en el extranjero, mejor", comenta el que luego fuera defensor de la Audiencia de RTVE.
El actual subdirector de Informativos de TVE, David Picazo, dice a este medio, al ser preguntado por Ariza: "No me gusta la expresión "periodista de raza", pero...". Porque, aunque no le guste a Picazo, todo indica que Ariza lo es. "Muy de calle, muy de la noticia", añade el periodista que, por si no quedara claro, explica por qué Ariza está ahora en Kiev. "Para una cobertura así, necesitamos a gente con experiencia suficiente y más para cubrir una guerra tan especial como ésta".
Los espectadores del telediario llevan años viendo a Ariza cubriendo guerras y otras situaciones dramáticas, aunque si por algo se caracteriza esta periodista es por su versatilidad. Ha cubierto guerras, sí, y terremotos. Pero lo mismo se mete en el agua para informar de los efectos del huracán Harvey en EEUU, que te hace una pieza sobre la segunda parte de Sexo en Nueva York. Hasta unos Sanfermines cubrió una vez.
De Hermida a Ucrania
Es Ariza un animal televisivo, a pesar de que no empezó en la televisión, sino en la radio. Recordaba así sus inicios en una entrevista en La Ventana de la Cadena Ser, donde empezó en eso de la comunicación con una trampa: diciendo que tenía 18 años en lugar de los 17 que calzaba en realidad. "Mis raíces están en esta casa con estos micrófonos. En realidad, yo quería ser concertista de guitarra flamenca -estudió Guitarra clásica en el conservatorio-, luego hippy y bohemia y luego ser como Anaïs Nin y que mis amigos fueran como Henry Miller", relataba en antena.
Almudena llegó a la radio porque siempre ha tenido curiosidad y porque le gustaba contar historias, tal y cómo lo hacían su madre, su abuela y sus tías. "Vengo de una familia andaluza", explicaba. De ahí que fuera en Radio Algeciras donde tuvo ese primer contacto con el medio. Su familia es de Los Barrios, un municipio gaditano cercano, del que su hermana Geli fue alcaldesa por el PSOE algo menos de un año.
Ariza no esconde su orgullo por sus orígenes. En 2020, mientras era corresponsal en París, sus colegas de RTVE Andalucía le pidieron que buscara algún andaluz residente en la ciudad de la Luz y ella no lo dudó. Sacó a "la andaluza más importante" para ella, su madre -que la visitaba esos días- y confesó que habían iniciado el día -28 de febrero- escuchando en casa el himno andaluz. Eso sí, la definición que dio "doña Ángeles" de lo que es ser andaluz no casaba mucho con lo que demuestra a diario su hija: "Nosotros no vivimos para trabajar, trabajamos para vivir", decía, antes de concluir marcándose en directo la Habanera de Cádiz.
Mis colegas de @RTVEAndalucia me pidieron hace unos días que entrevistara en #París a algún andaluz interesante, por el #DíadeAndalucía
— Almudena Ariza (@almuariza) March 3, 2020
-Pues lo tengo, les dije. Tengo a la mejor. Porque mi madre está aquí de visita. 😉
Y nos marcamos esto tan salao💃 #madres ❤️ pic.twitter.com/jc4umuc1Ia
Volviendo a Algeciras y a ese primer contacto profesional con la radio, la joven Almudena -tímida, aunque el medio le hizo superarlo- se preguntó qué tenía que hacer para dedicarse a eso y la respuesta estaba en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, aunque ella no dejó de trabajar ni un instante incluso desde antes de empezar la carrera.
En Radio Madrid pasó por los informativos, el matinal, hizo los boletines nocturnos y coincidió con figuras míticas de la radio, desde Fermín Bocos -"Me ponía nerviosa sólo de verlo", confesaba Ariza en la entrevista- al fallecido Carlos Llamas o Iñaki Gabilondo.
Su paso a la tele no fue fácil. "Hubo una transición hasta que entendí lo que era", declaró. Vino de la mano de otro mito, Jesús Hermida. Pero Almudena no fue chica Hermida, sino que presentó mano a mano lo que entonces fue el "primer informativo de autor". "Siempre he sido culo inquieto y me enteré de que había unas pruebas e hice una audición. Era con Jesús y me sentó en un estudio enorme, en una silla y me dijo: 'Cuéntame una historia". Cómo no, el gran comunicador vio algo en Ariza, porque la llamó tiempo después. "No fue fácil hasta que entendí cómo funcionaba la maquinaria; ahora me encanta la tele, aunque también la radio", decía la periodista.
En la tele, como ella misma recordaba, ha recorrido "todo el planeta". Lo suyo, dice Ovalle, es más "contar historias que dar noticias". Como esa vez en que ambos cubrían el terremoto de Haití y el cámara le dijo a Andy, su conductora, que siguieran a un camión aparentemente lleno de escombros. Lo siguieron, se escondieron para grabar y pronto vieron como lo que se tiraba a un enorme agujero no eran sólo restos de edificios, sino también cadáveres. Les pillaron y en la perfecta complicidad de quienes lleva años trabajando juntos y bien, el cámara hizo el cambiazo: una cinta virgen por la grabada, para dársela al operario que les pedía las imágenes a punta de pistola. Éste es el perfecto ejemplo de cómo el periodismo bien hecho puede cambiar las cosas: las imágenes provocaron que la ONU exigiera al Gobierno de Haití que enterraran a los muertos con dignidad.
"Hemos hecho trabajos muy difíciles, que hay que saber con quién hablas, por dónde te mueves, tienes que andar con 40 ojos y Almudena y yo andamos con 80. Ella mira ligeramente a la derecha y yo ya sé lo que tengo que hacer", recuerda el camarógrafo, pieza imprescindible del trío compuesto por Ariza, él mismo y el recientemente fallecido sonidista Miguel Ángel Cano.
Y ese "saber lo que hay que hacer" incluye ponerse Vick VapoRub en la nariz para hacer un directo desde un sitio repleto de cadáveres, si tiene interés informativo. "Nosotros siempre hemos respetado a los muertos", dice Ovalle.
El cámara ya había visto que Almudena tenía agallas, cuando empezó a trabajar con ella, antes de la Guerra de Irak, pasando la noche en Algeciras acompañando a la Guardia Civil en la llegada de las primeras pateras a España. "Es hiperactiva y muy productiva", comenta a esta revista una compañera de la redacción de Informativos de TVE que prefiere no dar su nombre y que desvela otra característica que dice mucho del carácter de Ariza. "Es muy generosa con los becarios que empiezan".
Picazo, que comenzó a trabajar con ella siendo él más joven, confirma que a Ariza le gusta ayudar. "Cuando cubríamos la Operación Malaya, ella perseguía a los abogados y se los ofrecía también a los compañeros", recuerda. Es, además, consciente de la carga de trabajo del resto y si en algo coinciden todas las fuentes consultadas es en su capacidad de trabajo, su rechazo a esa famosa área de confort en la que es tentador instaurarse a partir de cierta edad. Y ella está cerca de cumplir 60 años.
La periodista se ha apuntado a las nuevas tecnologías. "Es muy avispada, siempre sabe por dónde van a ir los tiros, es la primera que se dio cuenta de que la información ya no pasa a la hora de los telediarios, a las tres y a las nueve. Se adapta perfectamente a los tiempos y a lo que va a venir", continúa Picazo. De hecho, Ariza puso en marcha un pódcast por su cuenta -Plano Corto-, que ha estado alimentado semanalmente hasta el 20 de junio del año pasado.
Es notable su uso de las redes sociales, desde las que informa ahora mismo sobre el transcurso de la guerra en Ucrania. Activa en Instagram y en Twitter, ésta última le dio un buen disgusto porque gracias a ella entró en contacto con el documentalista Artur Balder. Éste le prestó imágenes para un reportaje que finalmente no se utilizaron, lo que desató la ira del cineasta, que la insultó en repetidas ocasiones por todos los medios públicos. En 2016, el Juzgado de primera instancia Nº40 de Madrid condenó a Balder a indemnizar con 30.000 euros a Almudena Ariza por "intromisión ilegítima en el derecho al honor" de la corresponsal.
Frente a este único insulto encontrado, siguen las alabanzas a la periodista en boca de otro de sus exjefes: "Es reconocida profesionalmente, su valía es indiscutible y no pisotea, está muy bien valorada por la redacción", apunta Nodal.
Sin embargo, fueron los propios trabajadores de RTVE los que acabaron con un proyecto que Ariza tomó con ilusión y del que se desvinculó apenas 15 días después: el de dirigir los informativos de la cadena. Aceptó el cargo el 3 de diciembre de 2019. La idea era empezar el año nuevo en un despacho, algo muy lejano a su hábitat natural. De manera previa a la incorporación, se hizo un referéndum y vino el fiasco.
"De un censo de 3.200 compañeros y compañeras, solo han votado a favor 308 y ha habido 117 votos en contra. Mi principal fortaleza para llevar a cabo el proyecto de transformación digital es el conjunto de los profesionales de Informativos. Interpreto que no cuento con un respaldo mayoritario y que no he sabido ilusionar ni convencer", explicó Ariza en un mensaje común cuando decidió renunciar al cargo sin haber llegado a ocuparlo.
A la mayoría de los entrevistados para este reportaje, la decisión les pareció acertada. "La dirección de Informativos está sometida a presiones políticas y también por parte de la redacción que no sea de la cuerda del Gobierno de turno", reflexiona Nodal. "Yo le dije: "Almudena, te vas a meter en un berenjenal; lo tuyo es la calle", recuerda por su parte Ovalle.
Vida personal
Hacer carrera en la tele no ha impedido a Ariza tener una rica vida personal. Madre de dos hijos -Adrián, que trabaja en un organismo internacional para mejorar la gobernanza en países en vías de desarrollo y que obtuvo varios premios por su excelente rendimiento académico y Paula, desarrolladora informática-, estuvo casada con el periodista de El País Juan Antonio Carbajo y ahora lo está con un consultor, Luis Valdés.
En una entrevista que le hicieron en TVE, ella misma reconoció que "hay que hacer sacrificios" en la profesión. Ovalle recuerda como ambos "abrían el satélite" para hablar con sus respectivas familias en sus coberturas como enviados especiales. Aunque obviamente no habla de la percepción de Ariza, sí lo hace en general de la vida privada de profesionales como ellos: "A lo mejor estás fuera la mitad de los días del año; pero cuando estás, estás a tope con los tuyos", dice el cámara.
Se sabe de Almudena -está en su perfil de Twitter- que le gusta mucho bailar salsa y los maratones. Ni siquiera se le ha resistido la famosa maratón de Nueva York, que ha corrido varias veces. También es una mujer solidaria con las reivindicaciones de los compañeros, aunque ella pueda tener una posición privilegiada. Desde sus redes sociales, apoyó con firmeza los viernes negros, las movilizaciones que llevaron a cabo los trabajadores de RTVE para desbloquear la renovación del ente público.
También desde su cuenta de Twitter, se ha mostrado como una activa feminista. Contribuyó a crear el grupo MujeresRTVE y por el Día Internacional de la Mujer de 2018, el más concurrido y reivindicativo de los últimos tiempos, escribió esto en un blog en el que colabora: "En RTVE vivimos el 8M como una jornada inolvidable. Creamos, días antes, nuestro propio chat y nos organizamos para grabar vídeos de apoyo, para movilizarnos juntas y dar a conocer nuestras reivindicaciones. Descubrimos esos días algo que la mayoría de nosotras habíamos olvidado, que por encima de la casuística de cada una teníamos unos cuantos motivos, y muy potentes, para luchar juntas. Aún sonando cursi diría que el 8M hizo que nos quisiéramos más. Nos vimos fuertes y unidas en el mismo barco".
De lo que no habla mucho el entorno de la periodista es de su supuesta amistad con la reina Letizia. Se sabe que fue a la boda y varios medios la han señalado como del entorno cercano de la mujer de Felipe VI, pero ni ella ni las personas consultadas por este diario hablan de esta relación, aunque es público que ambas profesionales coincidieron trabajando juntas en TVE y que incluso cubrieron conjuntamente eventos como el hundimiento del Prestige. Cuando el noviazgo de Felipe y Letizia se hizo público, Ariza dijo públicamente que la novia del príncipe prefería "estar en la calle antes que el glamur y la vanidad de los platós". Pero poco más.