7 septiembre, 2024 02:44
Gibraltar

Jueves 5 de septiembre. La aduana que separa La Línea de la Concepción de Gibraltar, por la mañana, está a tope, como siempre: turistas, trabajadores transfronterizos y trabajadores de empresas españolas con negocios en la Roca. Cruzan a pie o en vehículos, desde patinetes eléctricos a camiones. Y este jueves, en concreto, y también como siempre, han atravesado la frontera desde España muchos camiones. De todos ellos, ocho han entrado en Gibraltar cargados de piedras procedentes de una cantera española. Luego, las descargarán en la zona denominada Eastside, junto a Catalan Beach, justo al lado de las seis macrotorres de viviendas del Hassan Centenary Terraces, visibles perfectamente desde la playa de La Línea de la Concepción.

Allí, en un terreno ganado al mar que fuese la antigua escombrera de la Roca -aun pervive la montaña de escombros- las irá colocando una pala mecánica para perfilar una escollera artificial ganada igualmente al mar. Ésta es vital para la segunda fase de un macroproyecto urbanístico: el Eastside, con un nuevo puerto deportivo con 400 amarres, que incluye la construcción de un hotel, unas 1.300 viviendas residenciales -100 de ellas asequibles- y una zona comercial con miles de plazas de aparcamiento.

El rectángulo en el que se ubica es perfecto. Y lo es porque, al igual que lo será la escollera, no es natural: se trata de un terreno que Gibraltar le ha ganado al mar mediante rellenos. Unos 45.000 metros cuadrados. Lo de los rellenos, lo de que Gibraltar crezca ganándole terreno al mar, lo viene denunciando desde hace más de 20 años Verdemar-Ecologistas en Acción. Antonio Muñoz lleva 37 vinculado a la asociación, "cuando pusimos la primera denuncia por los rellenos, que se hicieron para que pudiera ampliar el aeropuerto. Los hacen siempre poco a poco, por detrás, y son muchas veces, conforme pasan los años. Hemos interpuesto varias denuncias ante la Unión  Europea, sin éxito". 

Imagen aérea de la zona en la que se han producido los rellenos para el proyecto Eastside.

Imagen aérea de la zona en la que se han producido los rellenos para el proyecto Eastside. Marcos Moreno

"Los rellenos son inherentes al crecimiento de Gibraltar". Lo subraya Jesús Verdú, profesor titular de la Universidad de Cádiz del Departamento de Derecho Internacional Público, Procesal y Penal. Por tanto, su enfoque, detalla a El ESPAÑOL | Porfolio, es jurídico. "Desde la toma del Peñón por parte del Gobierno Británico, Gibraltar ha desempeñado una política de crecimiento para satisfacer sus necesidades portuarias y defensivas, y posteriormente, habitacionales". No en vano el pórtico de piedra que da paso a la conocida y turística Casamates Square, tiene un letrero en el que reza 'Water gate', es decir, la puerta al océano Atlántico... que se sitúa hoy a cientos de metros.

En la segunda mitad del siglo XX, con el derribo de la verja, la entrada en la Unión Europea y el desarrollo económico, se dieron las circunstancias para que se estableciese un marco jurídico estable que hacen que Gibraltar ya no dependa de la metrópoli, "y necesita espacio. Primero comenzó creciendo hacia el interior, hacia el interior de su bahía, rellenándola, y posteriormente, al lado oeste. Aquello supuso una transformación radical de Gibraltar, y allí queda ya poco espacio para crecer", subraya Verdú.

Ahora lo hacen hacia el este, una vez consolidado los terrenos de relleno del Hassan Centenary Terraces, un ambicioso proyecto ya construido que contempla, en las siguientes fases, hasta un puerto deportivo. "Los problemas son jurídico-políticos, porque se trata de aguas que son objeto de un litigio". Porque según el Tratado de Utrecht, en su literalidad, Gibraltar no tiene aguas territoriales, mientras que Gibraltar afirma que sí. "Ningún jurista internacional se atrevería a decir de quienes son, así que, como mínimo, son aguas en litigio. Y lo que está haciendo Gibraltar es alterar la realidad física mediante la ejecución de una política de hechos consumados". 

Un camión, descargando piedras en el Eastside, el pasado jueves.

Un camión, descargando piedras en el Eastside, el pasado jueves. Marcos Moreno

El Eastside es un proyecto largamente acariciado por el gobierno gibraltareño: acumula años de retraso y ha tenido hasta tres intentos de ejecutarse. Finalmente, ha sido posible porque en 2021, el ministro principal, Fabián Picardo firmó un acuerdo de cesión, por 90 millones de libras -unos 103 millones de euros-  con TNG Global Foundation, una empresa internacional de desarrollo y propiedad inmobiliaria con sede en Gibraltar, la que realizó la puja más alta. La compañía opera en los sectores residencial, comercial, minorista y hotelero, y es propiedad de Tuan Tran, un inversor vietnamita que es el principal accionista del Vietnam Maritime Commercial Joint Stock Bank, propietario a su vez de TNG Global. 

Aquel acuerdo, además del pago efectivo de 90 millones de libras, comprendía los trabajos del muro de contención del Hassan Centenary Terraces; así como en el muro de contención de toda la zona de levante del Peñón, el mantenimiento del aparcamiento gratuito junto a la playa de La Caleta y la retirada de escombros del mismo para levantar a continuación la segunda fase del Hassan Terraces.

Tuan Tran, propietario de TNG Global, en el centro, junto a Fabian Picardo, recogiendo un premio en Londres en 2023.

Tuan Tran, propietario de TNG Global, en el centro, junto a Fabian Picardo, recogiendo un premio en Londres en 2023. E.E.

En total, trabajos "por un impacto cuantificado de 2.500 millones de libras en 10 años". El Proyecto Eastside "no contempla la realización de rellenos adicionales", detallaba una nota aclaratoria difundida en 2021... porque ya los habían hecho. También lo afirmó el primer ministro de Gibraltar, Fabián Picardo: "Se trata de un proyecto que, sin tener que contemplar más labores de relleno, resultará enormemente valioso para todos y cada uno de los residentes de Gibraltar, será sensible hacia la importancia histórica y medioambiental de La Caleta y también será un motor sustancial de beneficio económico para nuestra comunidad".

61.000 toneladas de piedra

El escritor y profesor universitario Guillermo Rocafort cuenta a este periódico que el pasado mes de agosto la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio de Interior, le respondió a una pregunta al respecto realizada a través del Portal de Transparencia. "Dijeron que no había ninguna denuncia y que no constaba ningún expediente sancionador ni irregularidad. Que desde 2020, por la aduana de La Línea de la Concepción han pasado 61.711 toneladas métricas de piedra y escollera en 2.593 movimientos realizados por camiones de transporte en dirección Gibraltar, un recuento pormenorizado de los movimientos del material hasta el pasado 25 de julio".

"Interior desconoce si el destino final de este material -piedra y escollera- ha sido para efectuar el relleno de mar", reza la respuesta. Los materiales, de los cuales el Gobierno "asevera que no tiene constancia para qué se usan, se están utilizando para ganar terreno", subraya Rocafort, quien pone de manifiesto que el Ministerio de Transición Ecológica, a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, también ha respondido, a finales de agosto, que no ha tramitado ni tiene en tramitación ningún procedimiento de evaluación ambiental en relación con posibles obras en el entorno de Gibraltar. 

Fuentes consultadas de toda solvencia vinculadas al gobierno de Gibraltar confirman que estos trabajos actuales competen ya a TNG Global. Y fuentes oficiales advierten que la Comisión Europea y el Parlamento Europeo han respaldado el proyecto "validando el Estudio de Impacto Ambiental" y "el nulo impacto transfronterizo". Para ello, aportan preguntas y respuestas realizadas por distintos europarlamentarios españoles. La Comisión "básicamente contesta que no ve ningún impacto medioambiental tras haber requerido información a Reino Unido, por lo que no ven ninguna razón para intervenir". Las preguntas, y las respuestas de los organismos europeos datan de entre 2012 y 2015.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores han respondido oficialmente, a requerimiento de EL ESPAÑOL | Porfolio que "España ha venido protestando reiteradamente por las acciones de relleno y modificación de la costa que Gibraltar realiza en aguas territoriales españolas, cada vez que estas se han producido, y lo seguirá haciendo. Estas protestas se han realizado por escrito en numerosas ocasiones. Estas acciones son contrarias al Derecho Internacional, además de implicar una vulneración de las normas españolas y europea de protección del medio ambiente".

España, responsable

Jesús Verdú, profesor de Derecho Internacional, destaca que el tema está revestido de tres capas de enorme complejidad jurídica: una, el Derecho Europeo; otra, el español, y la tercera, las leyes británicas. "La gran paradoja es que el Derecho Europeo tiene protegida esa zona dentro de la Red Natura, comprendida en el Estrecho Oriental. Tendría, por tanto, competencias en materia de inspecciones. Pero lo que también dice la normativa europea es que España sería la potencia responsable". 

Porque las aguas, además de estar en litigio "están protegidas por cuestiones medioambientales. De manera directa, por la enorme riqueza ecológica y medioambiental, con especies protegidas y en vías de extinción, como la patela ferruginia, una lapa que solo crece en ese lugar". Por ello, "si se abriese un expediente por violación del Derecho europeo, la responsable de la negligencia medioambiental no sería Gibraltar, sino España". 

Verdú subraya además que "si la Comisión Europea actúa de oficio, o si denuncia un grupo ecologista, el expediente sancionador que incoaría sería a España. Es una posibilidad futura muy realista", subraya. 

Pero es que también el Derecho español delimita el lugar como Zona de Especial Conservación desde hace doce años. El Real Decreto 1620/2012 de 30 de noviembre las regula, "y delimita los reglamentos de usos de esas aguas". El artículo 4 en su Anexo 1 estipula que en todo ámbito del espacio protegido -que es donde se van a hacer los proyectos del Eastside- se prohíbe ganar terrenos al mar mediante rellenos. 

Con todo esto, "España debería actuar aplicando su derecho interno. Echo de menos una reacción más enérgica. No política, no de marketing de titulares, sino jurídica. Porque además del impacto directo en la fauna, están los efectos medioambientales transfronterizos: esto no se queda en la jurisdicción gibraltareña, va a afectar a la línea litoral en muchísimos kilómetros, ya en España. Y no hay que ser experto para augurar que va a afectar a la playas de La Línea de la Concepción y San Roque con pérdidas de arena, y también a la pesca y al turismo. Y sobre esto no se han hecho estudios, que yo sepa".  

El experto en Derecho Internacional advierte que "si Gibraltar se ha salido de la Unión Europea y España no aplica el Derecho Europeo hasta que haya un acuerdo sobre el Brexit, el Gobierno español estaría desaprovechando un momento único, porque se encuentra como palanca de poder, privilegiadamente, dentro de las negociaciones. Ahora tiene una capacidad enorme, una especie de derecho de veto. Incluso podría usarlo como arma de negociación. Habría que ser más contundentes para que se paralizasen estos trabajos... salvo que haya habido una diplomacia secreta y esto no se negocie, cuando sí se han negociado y aplicado medidas transitorias como el paso por la frontera". 

Antonio Muñoz, de Verdemar-Ecologistas en Acción, subraya que en lugar hay especies "con igual protección que ha tenido el lince ibérico, y lo que han ido haciendo es cambiarlas de sitio". Mientras, "han ido amontonando áridos para el terreno, unas 20 hectáreas, trayendo piedras y áridos de una cantera de Casares-Manilva".

Este verano, "cuando denunciamos, pararon. Han vuelto a traer piedras este jueves. Lo que han ido haciendo es realizar catas en la escombrera para determinar los residuos peligrosos, que tienen que sacarlos por la frontera, que no se puede hacer, o llevarlos en barco, lo cual es muy engorroso. Por eso hay una empresa haciendo catas en tierra y una plataforma en el mar haciendo también catas: a medida que vayan ampliando al mar, enterrarán los residuos peligrosos", subraya. 

-¿Qué futuro le ve a esto?

-¿El futuro que le veo? Que van a seguir ampliando sin problemas.

"Ya lo hicieron con Sandy Bay", continúa, una playa artificial. "Trajeron arena de la duna protegida de Valdevaqueros, en Tarifa. Lo denunciamos y al final la acabaron trayendo del Sáhara. A ellos les da igual: vierten al mar, por la zona de Punta Europa, un millón de metros cúbicos de aguas residuales sin depurar. Nadie hace nada". 

Por su parte, el alcalde de Algeciras y senador José Ignacio Landaluce detalla que va a pedirle explicaciones al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, "para ver qué está haciendo: sobre el hostigamiento de este verano que ha efectuado Gibraltar en nuestras aguas a patrulleras de la Guardia Civil y la Armada; qué está haciendo con respecto a los rellenos..."

Porque, subraya, Albares "es el coordinador de todo: de Medio Ambiente, de Defensa, de Interior... y debe actuar ante los organismos internacionales y el Foreign Office. Resulta que para Gibraltar es un crimen horrible pescar una centolla, como acusó a aquel pescador de La Línea, y ellos han hecho desaparecer una lapa y están rellenando una zona protegida. Usan la legalidad como les interesa. Yo quiero una buena vecindad, pero transigir y tragar con todo, no. No protestar es no cumplir con nuestra obligación".