La Unión (Murcia)
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Decía José Saramago que el viaje no termina jamás. Que sólo los viajeros terminan y que también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo... y también en narración. Parece claro que el objetivo del viaje de Juan Ramón Lucas (Madrid, 1958) es solamente el inicio de otro. El periodista se retiró hace dos años de la radio en directo, cuando tenía 63 años, pero nunca abandonó la profesión: en la actualidad ha "transicionado" hacia el podcast, presenta un programa en televisión, escribe columnas en un periódico y trabaja en la que será su cuarta novela.

"Uno tiene el compromiso de contar lo que pasa. Eso que interesa a todos y llamamos actualidad. Pero hoy es el último día en el que quien les habla sostiene su compromiso con ustedes. Y les aseguro que no es fácil. Ha sido mucho lo vivido, sufrido y gozado aquí, con usted y para usted, y decir adiós es romper un vínculo casi sólido", sentenció en aquella despedida el 22 de julio de 2022.

Ahora, Lucas se sienta a hablar con EL ESPAÑOL | Porfolio en el museo minero de La Unión. Un municipio murciano de 20.000 habitantes donde se encuentra siendo embajador del Festival Internacional del Cante de las Minas: una cita con el flamenco del 31 de julio al 10 de agosto en el antiguo Mercado Público de la ciudad. 

Juan Ramón Lucas, al comienzo de su entrevista con EL ESPAÑOL | Porfolio en el Museo Minero de la Unión.

Juan Ramón Lucas, al comienzo de su entrevista con EL ESPAÑOL | Porfolio en el Museo Minero de la Unión. Iván Villarejo.

Pregunta.- Nos encontramos en La Unión. Muchas personas conocen el vínculo de Juan Ramón Lucas con Asturias, pero ¿cuál es el que tiene con Murcia?

Respuesta.- Es una realidad muy curiosa. Esta tierra es muy importante para mí afectiva y emocionalmente. Durante muchos años he venido hasta aquí para participar en el Festival Internacional del Cante de las Minas. En el 2007, el entonces alcalde de La Unión me propuso hacer el pregón del festival. Vine con Sandra, mi pareja, que es aficionada al flamenco. Yo no lo era, pero acepté el reto y entonces di el pregón en el que contaba cómo una persona que venía del mundo del Rock and Roll se enganchó con el flamenco. Algunos medios titularon "El hombre que cambió a Eric Clapton por Paco de Lucía". En realidad no los cambié. Simplemente metí a Paco de Lucía en mi vida. Después, es en esta tierra donde se ubicó mi primera novela, "La maldición de la casa grande". Una historia que me llega a mí a través de aquel alcalde, Paco Bernabé.

"La maldición de la casa grande", publicada en junio de 2019 por la Editorial Espasa, es una obra de Juan Ramón Lucas que fabuliza en torno a la vida de Miguel Zapata Sáez. Más conocido como el Tío Lobo, fue un modesto ganadero que a finales del siglo XIX supo sacar provecho de la incipiente industria de la minería en la sierra de La Unión (Murcia) y, a partir de una pequeña venta creada para dar servicio a los trabajadores, edificó un auténtico imperio.

P.- Este año regresa con un papel más comprometido al Festival del Cante de las Minas. Aprovechando que estamos aquí, me gustaría que habláramos sobre el flamenco.

R.- El flamenco es un arte musical que habla de dolor y lo expresa muy bien. El quejío es uno de los términos más conocidos del flamenco. Tiene alegría, tiene los palos gaditanos, pero tiene también tangos y soleá, que son canciones tristes que hablan de dolor. Son muy como el tango, como el blues, o como el fado, que me gustan mucho. No necesariamente me gustan las músicas tristes, me gustan las músicas expresivas y emocionantes. Y el flamenco, como decía Sabina cuando hablaba de Serrat, se canta con el corazón en la garganta.

P.- Tiene mucho que ver con la difusión cultural de un lugar, ¿no? Cuando menciona por ejemplo el fado, que expresa las experiencias de la vida... es una reivindicación.

R.- Todas estas músicas populares tristes, emotivas, expresan a menudo dolor de los que no tienen palabra. De los que no tienen cómo expresarse. Ahora todo el mundo puede decir de todo en redes sociales, pero cuando estos cantes empiezan a tomar forma, son cantes populares que son la voz de los que no tienen voz. Y, en ese sentido, para mí el flamenco sigue siendo un arte de enorme respeto porque tiene esa singularidad particular. Lo hemos convertido en una cosa nuestra porque habla de nosotros.

P.- Sobre el hablar y la voz, hace dos años que presentó su último programa de radio en directo. ¿Echa de menos bajar cada día a esa 'mina' que es también un estudio de radio?

R.- Siempre echas de menos el directo de la radio cuando lo dejas. Siempre. Lo sabes muy bien, lo voy a decir, porque has empezado en esto en un programa de radio que se llama La Brújula, llevando una sección en la que estábais chicos muy jóvenes, cuando empezaste no tenías ni 18 años. ¿Lo echas tú de menos? Pues imagínate yo que me he tirado 40 años. Pero son etapas. Y mi etapa de radio terminó.

P.- Si tuviera la oportunidad, ¿no volvería?

R.- Pues no lo sé. Lo que sí sé es que ahora estoy haciendo lo que considero que es la pantalla siguiente de la radio, que es el podcast. Sigue siendo radio, que no tiene el directo, es verdad, y habrá que buscarle solución en breve. Pero creo que sí es micrófono, es sonido, es temperatura y corazón, que es lo que es la radio: hablarle a un micrófono y que te escuche alguien. Lo bueno que tiene es que puede hacerlo a la hora que quiere, cuando quiere, y sobre lo que quiere. La radio tiene que vivir ese proceso que ha vivido la televisión, que es sustituir, no del todo, no completamente, el directo por el a la carta. No echo de menos la radio en ese sentido porque digamos que esa etapa se terminó, pero hay otras nuevas.

Juan Ramón Lucas presentó su último programa de radio en directo el 22 de julio de 2022, tras cuatro años al frente de La Brújula en Onda Cero.

Juan Ramón Lucas presentó su último programa de radio en directo el 22 de julio de 2022, tras cuatro años al frente de "La Brújula" en Onda Cero. Iván Villarejo.

P.- Habrá personas que se pregunten por qué, si esa etapa en la radio se ha terminado, no se ha retirado ya.

R.- Porque me lo estoy pasando muy bien haciendo lo que hago. Yo tengo 65 años, como digo en mi nuevo podcast, podría ser el padre de cualquiera que lo ve o el tío jubilado. Pero yo creo que mientras siga divirtiéndome y mientras siga contando cosas que le pueda parecer interesante a la gente. Como la literatura, yo acabo de empezar en esto de escribir, estoy con la cuarta novela y me divierto mucho haciéndolo además de que pienso que a la gente le puede parecer interesante lo que cuento.

P.- ¿Hay algo en específico que haya descubierto o aprendido durante este periodo fuera de la radio?

R.- Procuro aprender todos los días de todo. De este diálogo contigo, de los nuevos proyectos que empiezo, de la gente que me encuentro. Pero seguramente lo que he aprendido es que los horarios te sirven para organizarte bien, pero trabajar sin horarios puede conseguir que seas más creativo. Y que me cuesta ser disciplinado, a pesar de los años y a pesar del tiempo transcurrido en este oficio. La literatura me ha enseñado a hacerlo, porque tienes que hacerlo todos los días, y cuando te comprometes en un proyecto en el que trabajas con más personas tienes que hacerlo también.

Disfruto mucho de mi trabajo. Y si en algún momento he estado cansado ha sido por el runrún y las escamas de la política

P.- Estoy pensado en el lector que haya entrado a la entrevista y quizás le haya perdido la pista hace dos años. Ahora pensará que no usted no ha parado y que cómo va a ser eso.

R.- He seguido trabajando. Ya había comenzado hace un tiempo un podcast con Ana Comillas de divulgación económica que se llamaba "Así funciona esto". Con esa empresa hicimos alguna producción más. Ahora mismo tengo varios proyectos, pero me he concentrado más en "Sr. Wolf". Hubo un parón en el compromiso diario con un programa, en la cita en directo con los oyentes, pero no ha habido un paró profesional. Sí ha habido más tiempo para pensar, escribir y hacer otras cosas como estamos haciendo con caballos en Asturias. Tenemos un proyecto que se llama "Equnexión" en el que participa también el chef Andrés Manzano y es una experiencia que mezcla caballos, naturaleza y gastronomía, en un palacio del siglo XVIII.

Juan Ramón Lucas: Creo que hemos perdido, en general, la capacidad de debatir de una forma inteligente, sensata y plural

Juan Ramón Lucas: "Creo que hemos perdido, en general, la capacidad de debatir de una forma inteligente, sensata y plural" Iván Villarejo.

P.- ¿Se considera lo que hoy se dice workalcoholic? Es decir, adicto al trabajo.

R.- Yo diría que no. Hay una frase que dice "si no te gusta trabajar búscate una ocupación que te guste". Y yo disfruto mucho de mi trabajo, por eso no me canso. En algún momento si he estado cansado ha sido por el runrún y las escamas de la política, pero como decía mi amigo y maestro Miguel Ángel Aguilar, que se cansen ellos.

P.- Esta semana se está hablando mucho de Juan Ramón Lucas por un podcast que se llama Sr. Wolf. Se ha hecho viral el adelanto de una entrevista a Roro, una tiktoker. ¿De qué se trata?

R.- Es un proyecto muy ambicioso con personas no necesariamente muy conocidas o relevantes socialmente, pero que dicen cosas. Empezamos con Roro para entrevistar a alguien que tiene muchos seguidores pero también muchos críticos, te confieso que yo calculé esa repercusión. Sí pensé que con esa forma de hablar y esa estética iba a romper una barrera que para mí es muy importante, la de ese público que ha abandonado los medios convencionales. Porque yo me he preguntado muchas veces por qué la gente joven no escucha la radio convencional y no ve la televisión. Hay un desapego que yo creo que tiene que ver con el lenguaje, con los temas. Vamos a intentar hacer esto de otra forma y traer a esa gente al espacio público.

Fragmento de la entrevista a Roro en el podcast 'Sr. Wolf', el nuevo proyecto de Juan Ramón Lucas.

Fragmento de la entrevista a Roro en el podcast 'Sr. Wolf', el nuevo proyecto de Juan Ramón Lucas. Cedida.

P.- ¿Está enfocado, entonces, en el público joven?

R.- No necesariamente. Hemos roto una barrera, pero no buscamos exactamente una ampliación edadista. Simplemente, gente que se va porque es joven, intentar aproximar el lenguaje a esa gente pero sobre todo centrarnos en unos temas que puedan ser atractivos por inspiradores, por curiosos. Para este público pero también para muchos otros. Hay gente que está en redes sociales en situaciones curiosas, como Cisco García, que es un profesional del tenis en silla de ruedas que tiene muchos seguidores en Instagram y una historia personal muy motivadora.

En Radio Nacional hacíamos una radio, porque nos dejaban en aquella época, abierta a todos, que ni era sectaria ni era del gobierno

Hay gente que no suele estar en los medios pero que tiene una gran influencia en la cultura como Lorenzo Castillo, un decorador de interiores que decora casas de grandes líderes europeos y de aristócratas de todo el mundo. O el doctor Pedro Cavadas, que es un experto en cirugía reconstructiva que dedica la mitad de su vida a ir a África a operar a personas que sin su aportación pues vivirían mucho peor.

P.- Para un profesional de 65 años, debe haber una transición muy grande entre hacer radio tradicional y un videopodcast.

R.- Lo he comentado con compañeros que me dicen "¿cómo te metes en estas cosas?". Pues básicamente responde a mi espíritu y a mis formas de hacer las cosas. Que es tratar de darle una vuelta a los contenidos y a la forma de contarlos. Cuando estaba en Telecinco, haciendo los informativos, decidí que había que quitarse la corbata y ponerse de pie. Cuando estaba en Onda Cero, decidí que podíamos hacer una sección de chicos jóvenes, menores incluso, los zagales, que podían contarnos las cosas que les preocupaban. Cuando estaba en Radio Nacional, hacíamos una radio, porque nos dejaban en aquella época, abierta a todos, que ni era sectaria ni era del gobierno. Entonces a mí no me cuestan los cambios porque creo que hay que estar en constante cambio. 

Juan Ramón Lucas: La sociedad está muy polarizada. Lo que yo diga le va a parecer muy bien a los que piensen como yo.

Juan Ramón Lucas: "La sociedad está muy polarizada. Lo que yo diga le va a parecer muy bien a los que piensen como yo". Iván Villarejo.

Algunos tienen miedo a haber alcanzado un estatus y luego hacer cosas que le pueda rebajar esa imagen. A mí eso nunca me ha dado miedo. Yo he estado haciendo las mañanas de Radio Nacional, el matinal en la SER, La Brújula en Onda Cero, que son programas señeros, importantes. Pero es que luego me voy y hago un podcast pequeño. Pues porque me divierte, porque creo que puede aportar, porque es una forma de ir cambiando las cosas.

P.- Estamos viviendo un momento político mediático bastante intenso. Hablo, por ejemplo, del caso de Begoña Gómez. ¿Le gustaría estar haciendo editoriales en la radio o moderando tertulias al respecto?

R.- Yo ahora tengo un espacio para expresarme, aparte de redes sociales, que es La Razón. Si me gustaría estar, no me lo he planteado. No lo añoro. Tengo mi criterio, tengo mi opinión, pero no he sentido la necesidad de "Oye, me gustaría estar moderando la tertulia o contando esto". Eso sí me pasa cuando hay un acontecimiento de mucha relevancia, que requiere una información en directo, ir a un sitio, contar la actualidad.

P.- Pero es consciente del peso que puede tener un editorial o la línea de una tertulia.

R.- Lo que pasa que ahora las cosas tienen menos peso porque la sociedad está muy polarizada. Lo que yo diga sobre Begoña Gómez le va a parecer muy bien a los que piensen como yo. Para los que no piensen como yo, van a pensar que soy un cretino. Y eso es una cosa mala, porque al final para qué emites opinión, ¿para convencer a los tuyos? Hemos perdido todos al perder la capacidad de escuchar al que no piensa como nosotros. Con la inestimable colaboración de las redes sociales, pero también con la de un oficio que quizá no se dé cuenta de que está perdiendo su compromiso con la verdad.

La Transición era un periodo en el que todos nos dábamos la mano. Y se podía discutir, debatir, con mucha menos acritud que ahora

P.- Hablemos de eso. Ha pasado por muchos medios que han tenido o tienen un gran prestigio. ¿Cómo ve el panorama periodístico actual? Y, es más, le pregunto, ¿escucha la radio a diario? ¿Lee los periódicos? 

R.- Sí, sí, claro. Escucho varias radios a diario. Hay un vínculo emocional y afectivo con Onda Cero, pero escucho todas, en algún momento. Y leo la prensa porque tengo que seguir informado. Escribo, y si escribes, y si opinas, tienes que tener criterio, y para ello tienes que informarte. Nos hemos acostumbrado a un periodismo de trinchera, y yo creo que eso no es bueno. Incluso yo a veces puedo estar en una trinchera o se me puede colocar en una trinchera, porque es muy difícil librarte de eso. Quieres ser objetivo pero tienes opinión y es bastante frecuente mostrarla. Deberíamos ser un poco más celosos de nuestra independencia. No digo que todo el mundo en todos los medios esté en un lado, pero sí que la riqueza de medios que piensan diferente al final se convierten en una sucesión de opiniones que no hacen más que reafirmarnos la nuestra.

Juan Ramón Lucas presentó durante cinco años En días como hoy en Radio Nacional Española.

Juan Ramón Lucas presentó durante cinco años "En días como hoy" en Radio Nacional Española. Iván Villarejo.

P.- En cierto modo, se ha instaurado una tendencia social en el periodismo.

R.- Creo que hemos perdido, en general, la capacidad de debatir de una forma inteligente, sensata y plural. De considerar que el adversario es alguien que puede convencernos. O pensar que podemos estar equivocados si tenemos delante una persona inteligente. Hay mucha poca gente que esté en ese terreno. Y, curiosamente, los que mejor hacen eso son los tíos más denostados. Y te digo nombres propios, aunque me crucifiquen. Me parece que uno de los tipos que con más rigor analiza la realidad es Carlos Alsina. Y Vicente Vallés. Y son dos tíos a los que cierta izquierda que entiende el periodismo como una secta critica mucho.

Recuerdo los tiempos de Radio Nacional de España, cuando yo hacía las mañanas y Luis Fernández era el presidente de la corporación, se nos decía que ante la duda, había que hacer periodismo. Entraban personas poderosas para influir en nosotros, pero no nos sujetábamos a nadie. Ahora, eso, ya no se da así. Se nos va diluyendo esa responsabilidad de crítica con todos los poderes y de servicio a los ciudadanos.

P.- ¿Cuál diría que es el cambio más significativo en la forma de hacer periodismo que ha habido desde que empezó en 1979 a cuando terminó en el 2022?

R.- Cuando yo empecé, la Transición era un periodo en el que todos nos dábamos la mano. Y se podía discutir, debatir, con mucha menos acritud, como decía Felipe González, o vehemencia que ahora. Hubo un tiempo en el que llegó el desencanto porque la política no parecía solucionar los problemas. Y ahora, definitivamente, ya no hay un desencanto, hay una cercanía a determinada ideología y una imposibilidad casi patológica de escuchar o abrirse a una nueva forma de pensar. El periodismo se ha tecnologizado muchísimo, también se ha democratizado y eso está muy bien.

Juan Ramón Lucas posa en el Museo Minero de La Unión.

Juan Ramón Lucas posa en el Museo Minero de La Unión. Iván Villarejo.

P.- En la línea de tu carrera profesional, me gustaría que me contara algún momento concreto que se le venga a la cabeza en el que pensó que lo que estabas haciendo era gratificante. Cuando por primera vez o por última pensó "qué suerte tengo de poder dedicarme a esto".

R.- Casi todos los días encuentras algo que piensas que qué bien que lo puedes contar. Y además hacerlo en libertad, a cualquier colega en medio mundo le cuesta la cárcel o la vida. Cuando hablábamos de un derecho, hablamos de un derecho universal. Y yo soy tan periodista como el iraní que critica al gobierno y puede ir a la cárcel. O el palestino. Tenemos la fortuna de vivir en un universo en el que el periodismo puede ser libre. Otra cosa es que renuncie en parte a ello. Un momento especialmente intenso, que no fue grato, pero fue intenso: la agonía y muerte de Miguel Ángel Blanco. Yo acababa de llegar a Telecinco. Y lo contamos ese fin de semana, no lo voy a olvidar en la vida. O la caída del muro de Berlín.

P.- Hemos hablado de acontecimientos. Pero cuénteme alguna entrevista o la historia de una persona en concreto que le haya conmovido especialmente.

R.- Hay dos. Una de las últimas que se le hicieron a José Luis Sampedro, que se la hice yo para Televisión Española, para el programa "En noches como esta". Yo le había hecho alguna entrevista en la radio y fue para mí un libro abierto en el sentido más amplio del término. Y también, en ese mismo programa, una de las últimas entrevistas que se le hizo a José Saramago.