El actor Jorge Toledo escribió una publicación en sus redes sociales sobre su experiencia con el coronavirus que se ha hecho viral. El intérprete se contagió de Covid-19 y pasó la enfermedad en Galicia, donde tuvo que ser ingresado en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). El trato del personal y la inmensa labor de los sanitarios centra un texto con el que llama la atención sobre la situación actual.

Toledo publicó su mensaje el 31 de enero, 21 días después de haber tenido el primer síntoma: pérdida de olfato. El actor llamó para informar de lo que le ocurría y de su contacto con un positivo sobre las 15.15 horas y a las 17.30 horas los sanitarios de realizaron el test. El resultado fue positivo, por lo que comenzaron a hacerle seguimiento y a sucederse los días en medio de la incerteza, el miedo y la tranquilidad.

Empeoramiento

"La cosa empezó a ir a peor con fiebre, dolor en la boca del estómago, de tripa, de cabeza, diarrea, cansancio, tos seca, ahogo, presión en el pecho, falta de aire…", recoge el intérprete de 40 años en su publicación. El miércoles, ante su empeoramiento, el médico le envía una ambulancia para su traslado al hospital, desde donde lo mandan de nuevo a casa tras realizarle varias pruebas.

Su salud continúa empeorando a medida que pasan las horas y Toledo explica que tenía una fuerte presión en el pecho, "como si me clavasen una rodilla", además de sentir como su corazón no latía con un ritmo normal. El miércoles siguiente, como los síntomas no remitían, regresó al hospital, donde le detectaron unas manchitas y le cambiaron la medicación antes de enviarlo de nuevo a casa.

La doctora que llevaba a Toledo lo llamó al día siguiente y le explicó que no le gustaba como oxigenaba ni que llevase tanto tiempo estancado, sin mejorar, por lo que ella y el médico del 061 se coordinaron para enviarle una ambulancia. Lo ingresan en una habitación con un chico de 47 años, ambos "sin patologías, delgados y deportistas", y le ponen oxígeno, además de recomendarle dormir boca a bajo.

Los sanitarios

El texto de Toledo se centra en la labor de los trabajadores del hospital de Santiago de Compostela y de los profesionales de otros centros, que se arriesgan cada día para sanar y salvar la vida de miles de personas. El actor recuerda que "cada uno tiene su drama personal" por no poder ver a su familia o tener que vivir en otro sitio debido a la pandemia y que muchos de ellos doblan turno debido a la falta de personal.

El protocolo que los sanitarios realizan para prevenir los contagios y el material de protección forma también parte del relato del actor, que recuerda: "Se merecen todos mis respetos y como dije antes cada cual que haga con su vida lo que quiera pero ya solo por ellos tendríamos que tener más cuidado, a parte de por los que nos rodean".

Otro de los aspectos que destaca el intérprete es la inmensa carga de trabajo a la que se enfrentan los empleados de los hospitales debido al coronavirus, algo que le gustaría que la ciudadanía pudiese ver para que se concienciase sobre la situación. Toledo reclama, además, "una ayuda" para los trabajadores de cara a que puedan llevar mejor la situación tanto a nivel físico como psicológico.

Cuidarse y cuidar

Jorge Toledo pasó seis días ingresado en el CHUS antes de recibir el alta y asegura que "solo" puede dar las gracias por el trato recibido, tanto a nivel médico como personal. El actor destaca que "el Covid existe" y lanza una recomendación desde su propia experiencia: "Hay que cuidarse por uno mismo, por los que tenemos al lado y por todo esos profesionales que nos cuidan, empaticemos con ellos y hagámosles el día a día un poco mejor, que se merecen todo y más".

El texto de Toledo se hizo viral y fueron numerosos los sanitarios que se hicieron eco de sus palabras. Médicos, enfermeras y otros trabajadores le agradecieron que hiciese pública su experiencia para concienciar sobre la situación en los hospitales gallegos y sobre la peligrosidad del virus. Precisamente, el actor recuerda en su publicación que el coronavirus afecta tanto a gente mayor como joven: su compañero de habitación permanecía ingresado el 31 de enero, aunque su evolución era buena, y él mismo perdió a una amiga de 37 años por la enfermedad.