La Torre de Hércules: El Faro que construyeron los dioses
La historia de una de las más altas construcciones hechas por los romanos, que lleva dos mil años iluminando A Coruña
26 enero, 2020 06:00Imaginemos que nuestra casa está construida sobre la cabeza de un monstruoso gigante, cercenada por un semidios del Olimpo. Algunos estarían encantados: “Mejor eso que sobre un antiguo cementerio indio”… Pues esa es la historia que cuenta el Rey Alfonso X El Sabio sobre la construcción de una torre y la fundación de una ciudad a sus pies. En su “Historia de España” asegura que fueron construidos y fundados por Hércules, un héroe del Olimpo enviado por Zeus para liberar a la Tierra del gigante Gerión.
La torre se acabaría convirtiendo en un faro y la ciudad lo haría en la actual urbe de A Coruña. Aunque por supuesto se trata de una fábula, lo cierto que la Torre de Hércules sí que fue erigida por los dioses. Unos dioses que dominaban el mundo conocido hasta aquel momento: Roma. Esta es la historia del faro en funcionamiento más antiguo del planeta, construido por uno de los mayores Imperios que jamás hayan existido, posiblemente, la Octava Maravilla del Mundo Antiguo: La Torre de Hércules.
Oficialmente la Torre de Hércules fue construida en el Siglo I después de Cristo, en el Fin de la Tierra (Finisterrae) del mundo conocido, bajo el mandato del Emperador Trajano, por el arquitecto Cayo Servio Lupo, tal y como se puede leer en una inscripción grabada al pie de la Torre. El autor consagra su obra al dios de la guerra, Marte, aunque no está claro que se refiera a la Torre, sino quizá a una escultura que posiblemente existía en el mismo lugar.
Pero estudios más recientes del profesor Antonio Rodríguez Colmenero indican que fue construida quizá un siglo antes, en el año 4 antes de Cristo, en la época de César Augusto, primer Emperador de Roma. También afirma que el faro disponía de tres luces generadas por un prisma que facilitaba a los navegantes distinguirlo de otras luces de la costa y que además se usaba, usando un código de luces, para enviar mensajes hacia el interior al destacamento de Sobrado dos Monxes, en Cidadela, donde estaban establecidos unos 400 soldados de la Cohors I Celtiberorum, unidad perteneciente a la Legio VII Gemina.
Pero… ¿Por qué aquí? ¿Qué tenía este lugar de especial?
La historia nos cuenta que en el año 61 antes de Cristo, el legendario Julio César llegó por mar a Brigantium (como era conocida la zona) al frente de una expedición desde Cádiz y estableció este lugar como un punto estratégico para las relaciones comerciales de Hispania, además de otorgarle gran importancia militar en su conquista de Britania. Aunque no hay datos de que fuera Julio César el que mandara construir un faro de semejantes proporciones, la importancia que el futuro gobernante de Roma dio a la zona parece determinante para la elección de este lugar y no otro.
Sea como sea, el faro fue ideado por el Imperio para facilitar la navegación de los buques que se dirigían a las Islas Británicas en busca de productos como cobre o hierro y continuó cumpliendo con su función hasta el Siglo V en que los romanos abandonaron la zona tras los ataques bárbaros. Desde ese momento el faro pierde su uso original y se convierte en una fortificación de carácter militar y defensivo.
Y así continuó nuestro pobre faro hasta el Siglo XVI, expoliado por los habitantes de la zona como una cantera inagotable de piedra y recursos para las construcciones que se estaban levantando en la cercana ciudad de A Coruña, debido a su crecimiento constnate. Algo similar a lo ocurrido con el Coliseo de Roma, fuente de la mayoría del mármol utilizado en la construcción del Vaticano. Como curiosidad, se dice que el papa Nicolás V permitió que en un solo año se expoliaran 2300 cargamentos de bloques de travertino y mármol del Coliseo para su uso en el Vaticano…
Es el Ayuntamiento de A Coruña el que impulsa las primeras obras de recuperación del faro y, posiblemente, su puesta en marcha de nuevo. El tráfico marítimo se había intensificado debido al comercio entre la Península y las Indias, y A Coruña y su puerto se convirtieron en estratégicos en el Atlántico. Incluso el Emperador Carlos I concedió a la ciudad, el 22 de diciembre de 1522, la licencia para la creación de la Casa de la Especiería, en donde se centralizaría todo el comercio de especias que iba a abrirse a raíz de la expedición de Elcano-Magallanes.
En el Siglo XVIII, A Coruña era uno de los más activos puertos de España, y Ferrol era una de las bases principales de la Armada Española, así que el Ministerio de Marina decide restaurar y modernizar el faro. Así, el 4 de enero de 1788, el Rey Carlos III autoriza la reforma integral, cuya dirección recae sobre el ingeniero militar Eustaquio Gianini. En 1791 se finalizaba, tras tres años de trabajo, la restauración que daría a la Torre de Hércules su aspecto actual, que se ha mejorado y modernizado a lo largo de los siglos.
Pero aún quedaría por hacer una de las reformas más “exóticas”, aunque fue temporal. El interior de la torre se revestía de papel y telas estampadas que cubrieron la piedra, se colocaron falsos techos, los suelos y escaleras se cubrieron con alfombras y se amueblaron algunas estancias para que la visitante más ilustre de la historia del faro pudiera hacer los descansos necesarios en la subida a su cúspide. Era 1858, y la Torre de Hércules se vestía de gala para recibir a la Reina Isabel II. Incluso en el segundo piso se habilitó un salón para visitas distinguidas, que tras el paso de la Monarca pasó a ser conocida como la “Sala de la reina”. El “embellecimiento” de la torre se mantuvo durante 50 años…
En la actualidad la Torre de Hércules tiene una altura de 55 metros, 34 de ellos fueron construidos por los romanos y 21 son debidos a la reforma de Gianini. Es considerado uno de los edificios conservados más altos que construyó el Imperio Romano, comparable con obras como la Columna de Marco Aurelio o la de Trajano.
La imagen conocida más antigua de la Torre de Hércules la podemos encontrar en el mapamundi del Beato del Burgo de Osma, realizado en el año 1085, donde aparece junto a otro conocido faro de la antigüedad: el Faro de Alejandría, que se encontraba en la desembocadura del Nilo y que fue destruido en el año 1302 por un terremoto, y que es considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
El 9 de septiembre de 2008, la Torre se hermanó con la Estatua de la Libertad de Nueva York y el 25 con el Faro del Morro de la Habana, el más antiguo del continente americano.
La Unesco declaraba la Torre de Hércules Patrimonio de la Humanidad el 27 de junio de 2009.
Hay quien dice que Hércules enterró la cabeza de un gigante en sus cimientos, otros dicen que el rey celta de Galicia, Breogán, la construyó, y que desde ella su hijo divisó Irlanda e inició su conquista. Leyendas, mitos e historias sobre la Torre de Hércules, antiguo guardián de los límites del Mundo conocido, construida por los dioses y, para muchos, la Octava Maravilla del Mundo Antiguo.
¡Están locos estos gallegos!
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Iván Fernández Amil. Storyteller. Experto en Compras y Aprovisionamiento. Procurement Manager.
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Referencias:
- LOUREIRO, R. Torre de Hércules. Editorial Trifolium, 2017
- torredeherculesacoruna.com
- es.wikipedia.org
- lavozdegalicia.es
- sientegalicia.com
- anden-27.blogspot.com
- galiciaenpie.com
- archeoandrea.com
- es.blastingnews.com
- miraquecurioso.com