La fundación Araguaney- Puente de Culturas, en Santiago de Compostela, presentará este jueves a las 20:00 horas el libro Asesinato en el Boque de la Habana, la nueva novela del historiador cubano Rigoberto Menéndez. El acto, presentado por la escritora Ana Julia Martínez, se celebrará en el salón Rahid del hotel Araguaney.

Esta es la primera novela negra del autor, y forma parte de la colección Sed de mal de ediciones Atlantis. La novela se sitúa en un ambiente urbano de la Cuba del pasado, en la Habana de la segunda mitad de los años 40. Entonces, explica Rigoberto Menéndez, "Era una Habana cosmopolita, plural, habitada por inmigrantes de todas las latitudes y entre ellos por comunidades de habla árabe, como libaneses, palestinos y sirios". Su trabajo como investigador le ha permitido hacer de esta perspectiva multicultural uno de los puntos centrales de la novela.

El autor es residente de Santiago de Compostela desde hace un año y utiliza la novela negra para mostrar este mundo del pasado para explorarlo de una forma más placentera y amplia. La inmigración en la isla, y un fondo social lleno de contradicciones son algunos de los temas en los que se mueve la trama. "La novela negra es un instrumento interesante para acercar al lector a estos temas. Si uno analiza, incluso las grandes novelas de la humanidad tienen un componente policial en alguna de sus partes".

Argumento

En La Habana de 1947 unos pescadores descubren en el río Almendares un cadáver sin cabeza y cerca de él un papel con letras árabes. La policía llama al detective privado Marcelo Gorayeb para resolver el enigma, que el conduce por escenarios y personas de la comunidad libanesa de la isla, clave en encontrar los testigos que le permiten identificar el cadáver.

"Se trata de una trama con la intriga como motor conductor, pues hay que buscar la identidad de un decapitado a través de unas letras en árabe y unas iniciales y ya esto cautiva al lector hasta el agotamiento. Pero también es una novela donde hay pasiones, códigos de los bajos fondos, un detective
obsesionado con la lectura de novelas policiales, y mucha comida árabe, sin dudas deliciosa y adictiva", señala el autor.