SANTIAGO DE COMPOSTELA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) –

Bajo el lema Somos mayores, tenemos derechos, pensionistas y jubilados de toda Galicia se han concentrado este jueves ante el edificio administrativo de la Xunta en Santiago para defender un sistema público de pensiones "fuerte y garantizado", una atención bancaria "digna y presencial", sanidad pública de calidad, atención presencial en las administraciones y un sistema público de atención social.

El colectivo viene movilizándose desde hace años en defensa de aquellas cuestiones que afectan a la población gallega jubilada y/o pensionista. A este respecto, los participantes han apuntado que los gallegos tienen "las segundas pensiones más bajas del Estado" que, en el caso de las mujeres, son, de promedio, 300 euros inferiores a las de los hombres.

En el transcurso de la concentración, han manifestado su "más rotundo rechazo" a las propuestas que este miércoles hizo el gobernador del Banco de España, respecto a desvincular el incremento de las pensiones del IPC y recuperar el factor de sostenibilidad, medidas que "provocarían un aún mayor deterioro de su poder adquisitivo".

Para hacerle llegar sus valoraciones y preocupaciones respecto a diversas cuestiones que afectan a las personas jubiladas y pensionistas y que dependen de la administración gallega, el colectivo viene de dirigirse al nuevo presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, con la pretensión de que estos temas puedan ser abordados con la mayor celeridad.

Entre otras cuestiones, le recuerdan que la CIG lleva años denunciando "la privatización y desmantelamiento" de la Sanidad Pública, cuyas carencias "quedaron en evidencia con la pandemia". Del mismo modo, reclaman cambios en las políticas de atención a las personas con la puesta en marcha de un Sistema Público Gallego de Servicios de Atención a las Personas como el propuesto por la CIG, que aglutine las actuales residencias, centros de día o servicios de ayuda en el hogar.

El colectivo ha denunciado, además, el proceso de "agresiva digitalización" en el que está inmersa la banca, "en su descontrolado e insolidario afán por generar beneficios al coste que sea", que ha provocado la reducción de los horarios de atención presencial para ciertas operaciones, el cierre de oficinas o el cobro de comisiones abusivas.