Puesta de sol en el Faro de Punta Nariga, en Malpica de Bergantiños (A Coruña)
Así es el faro más moderno y espectacular de Galicia, en la Costa da Morte: "Un lugar privilegiado"
Este faro con 50 metros de altura es uno de los más espectaculares de Galicia por su innovadora estructura, su entorno y por las espectaculares vistas desde su mirador
Puede interesarte: El "Camiño dos faros" y sus curiosas historias
Si pensamos en Galicia es imposible no imaginarnos su costa, con esos acantilados de infarto sobre el océano Atlántico y esos faros que han sido la guía de navegantes durante siglos de historia. En Galicia existe una gran variedad de estas construcciones que son testigo de múltiples visitas a lo largo del año. Cada uno con sus peculiaridades, hay un faro gallego que destaca por ser el más moderno de todos y hoy te contamos cuál es.
Desde la Torre de Hércules, declarada Patrimonio de la Humanidad, que tiene el privilegio de ser el faro en funcionamiento más antiguo del mundo, hasta el emblemático Faro de Fisterra, considerado durante siglos el "fin del mundo", los faros gallegos son famosos por estar situados en enclaves de lo más espectaculares que ofrecen vistas increíbles y difíciles de olvidar.
El faro con forma de proa de barco
Panorámica de Punta Nariga
En punta Nariga (Barizo), a 11 kilómetros Malpica de Bergantiños (A Coruña), se encuentra el faro más moderno de Galicia, construido en 1995 y diseñado por César Portela, Premio Nacional de Arquitectura en el año 2000. Se trata del Faro de Punta Nariga, una construcción de 50 metros de altura y 22 millas de alcance lumínico que destaca por su estructura de lo más innovadora con forma de proa de barco, que tanto llama la atención de todos aquellos que lo visitan.
La proa del barco que tanto caracteriza a este faro está coronada por una escultura de bronce llamada 'El Atlante'. Esta estatua fue diseñada por el artista Manolo Coia y está representada por una figura con una forma muy peculiar, mezclando a un humano con una gaviota que está a punto de alzar su vuelo. Así, el Faro de Punta Nariga se posiciona como un referente de cómo integrar la arquitectura en el paisaje natural y en el entorno.
Además de servir de guía para navegantes, este rincón de Galicia es una maravilla para los amantes del mar que quieran disfrutar de panorámicas espectaculares, así como para fotógrafos y senderistas que busquen vivir una experiencia acompañados de la belleza de la Costa da Morte. Aunque el tiempo suele no acompañar, en los días de fuertes rachas de viento el espectáculo es, todavía, más impresionante, pudiendo ser testigo de la fuerza de la naturaleza y las olas del mar.
El Faro de Punta Nariga tardó tres años en inaugurarse y encenderse por primera vez, por lo que comenzó su actividad en 1998. Sus dos primeros niveles de base triangular se alzan sobre granito gris de Mondariz. El primero actúa como mirador natural sobre el Atlántico, mientras que en el segundo se encuentran las instalaciones técnicas. Sobre ellos, se eleva la torre hecha en granito rosa de Porriño.
Conviene recalcar que este faro forma parte de una de las rutas a pie más bellas del litoral gallego, O Camiño dos Faros, y de un itinerario que propone recorrer en coche o en moto todos los faros de la Península Ibérica: la Ruta 181, llamada así por el número de faros que la componen.
Es habitual ver turistas visitando el faro cada fin de semana, y el lugar tiene miles de valoraciones en Internet, que destacan su situación "es un lugar privilegiado" y las vistas "un paisaje espectacular".
La relación del hombre con el mar
El Atlante
La escultura de 'El Atlante', de Manolo Coia, está situada en el primer nivel del faro. Surge como una impactante escultura en bronce que actúa como mascarón del barco y que parece desafiar a la gravedad. Simula una figura, mitad hombre, mitad gaviota, que está preparada para volar. Por este motivo también se le conoce como "O soño do emigrante", aludiendo al movimiento migratorio que tuvo lugar el pasado siglo en estas tierras.
Formaciones rocosas
Con el mar como protagonista, la constante acción erosiva del agua y el viento contra los acantilados dieron lugar a una serie de rocas con formas de animales y extrañas figuras con las que podrás desplegar tu imaginación.
Con especial cuidado, merece mucho la pena pasear entre las rocas sobre las que se sitúa el faro para vivir la experiencia al máximo nivel y sentir la fuerza de la naturaleza.
