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Si hasta esta misma mañana era vox pópuli en Pamplona su posicionamiento a favor de la absolución de 'la Manada', durante la lectura pública de la sentencia realizada este jueves se ha confirmado que el magistrado Ricardo González sigue pensando que los cinco jóvenes sevillanos a los que ha condenado a prisión la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra, de la que él forma parte, no cometieron una violación grupal sobre una joven de 18 años en los Sanfermínes de 2016. Ha ganado porque la sentencia habla de abuso sexual, pero no ha conseguido que los cinco de 'La Manada' queden en libertad.
El suyo ha sido el voto discordante del tribunal, compuesto por tres magistrados. El resultado ha sido de dos a uno a favor de la condena. Hace 148 días, cuando el presidente del tribunal, Francisco Cobo, dejó visto para sentencia el juicio a 'la Manada', su compañero Ricardo González era partidario ya en ese momento de dejar en libertad priovisinal a los cinco acusados, hoy ya condenados.
En el fallo dado a conocer este jueves ha vuelto a dejar claro que, a su juicio, lo que sucedió dentro de aquel portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona no fue una violación en grupo. Para González fue algo distinto. Pero no una violación.
"No hablé, no grité, no hice nada. Entonces, que yo cerrara los ojos y no hiciera nada, ellos lo pueden interpretar como que estoy sometida o como que no". Esa frase de la víctima de la violación durante su testimonio en el juicio fue la que acabó por disipar las dudas que albergaba Ricardo González.
Varias fuentes jurídicas consultadas de la Comunidad Foral de Navarra, quienes tienen contacto fluido con el juez, explican que el hecho de que la denunciante no se opusiera de una forma vehemente y se dejara "hacer", como ella misma reconoció, ha impedido a Ricardo González posicionarse a favor de condenar a prisión a los cinco amigos.
La pulsión del magistrado quedó reflejada en distintas ocasiones a lo largo del proceso. Durante los casi dos años que han transcurrido desde que ocurrieron los hechos en el portal de la calle Paulino Caballero, en pleno centro de Pamplona, los abogados de los miembros de la Manada propusieron en diversas ocasiones que fueran liberados de la prisión preventiva y que se les permitiera salir a la calle hasta conocer el sentido de la sentencia.
Hasta tres veces votaron los magistrados sobre este aspecto. En las tres ocasiones, tanto Raquel Fernandino -la otra miembro del tribunal- como Francisco Cobo, quien lo preside, se mostraron proclives a que continuasen en prisión. Sólo González esgrimió en su voto la posibilidad de excarcelarlos a la espera de juicio.
El interrogatorio a la víctima
La posición de Ricardo González se basa en la respuesta que dio la víctima a la pregunta que suele plantear a quienes denuncian agresiones sexuales. Como hace cinco años. Y como hizo el pasado 14 de noviembre, cuando la víctima declaró ante él y sus dos compañeros, Francisco Cobo y Raquel Fernandino.
González fue el único de los tres magistrados que se centró, durante su breve intervención de interrogatorio a la joven víctima, en el aspecto del consentimiento. Así fue aquel momento del juicio, durante las preguntas a la víctima:
-¿Qué manifestación hizo de que no quería mantener esas relaciones, cómo se lo hizo saber?
- No hablaba, estaba con los ojos cerrados y no hacía nada- respondió la joven.
- ¿Hizo algún gesto, alguna manifestación que pudiera indicar a los acusados que no quería mantener relaciones sexuales?
-No hablé, no grité, no hice nada. Entonces, que yo cerrara los ojos y no hiciera nada, ellos lo pueden interpretar como que estoy sometida o como que no.
- En cualquier caso, daño, dolor durante ese episodio ha quedado claro que no sintió usted.
- Es que no me acuerdo si en ese momento... Lo único que estaba con los ojos cerrados y pensando en que se acabara.
Al escuchar a la víctima, Ricardo González se convenció del relato de los abogados defensores, el cual da por buena la siguiente correlación de aspectos: que una joven de 18 años, a las tres de la mañana de un seis de julio, se encuentra con cinco jóvenes en La Plaza del Castillo de Pamplona; que nunca ha participado en una orgía pero, en apenas diez minutos, decide irse con los miembros de 'la Manada' en busca de un lugar escondido en el que tener sexo con todos a la vez; que a la joven no le importa desconocer con exactitud cuántos son ni tampoco sus nombres; que van a mantener relaciones sin utilizar preservativo, y que, por último, aquellos cinco hombres le roban el teléfono móvil y se van dejándola sola y medio desnuda.
La misma pregunta de años atrás
González es desde hace ya más de una década magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra. La familia del juez ostenta una larga tradición en la judicatura de la localidad. Dos de sus hermanos también son jueces. Un cuarto miembro de la familia ejerce como abogado.
En las semanas que se produjo el juicio, desde mediados de noviembre hasta el final de mes, la pregunta sobrevolaba los juzgados de Pamplona. En aquel entonces, un conocido e importante abogado de la ciudad comentaba a este periódico que todos en la sala tenían la certeza de que el juez González realizaría esas preguntas a la víctima de 'la Manada'.
En el año 2012, González tiene ante sí otro caso de violación. En aquel momento también le plantea la siguiente cuestión a la víctima: "¿Mostró usted oposición o negativa?". La joven contestó que sí, que trató de zafarse de él.
En su sentencia de hace cinco años el juez González condenó al violador a nueve años de cárcel. Ahora, se ha inclinado por excarcelar a los cinco condenados. En aquel momento, como lo ha sido ahora, aquella pregunta resultó clave a la hora del veredicto.