María Concepción M., más conocida como Conchi, repetía ritual el pasado 4 de agosto. Se casaba con su cuarto marido, al que habría asesinado con un destornillador, presuntamente, junto a su cuidador. Pero antes, su vida amorosa había escrito más capítulos. Su historial registra tres bodas… y tres urdiduras más. De sus dos primeros cónyuges, se separó y continúan vivos, señalan a EL ESPAÑOL fuentes de la Policía; el tercero, en cambio, murió degollado por su hermano –condenado a 10 años por el crimen– en febrero de 2016 en Ibi.
La investigación policial confirma que ella no tendría nada que ver con la muerte de su tercer marido. Su único crimen, presuntamente, es el de José Luis, el cuarto hombre con el que compartía boda y con el que compartió cena romántica 15 días después de darle el sí quiero y ponerle el anillo.
Pero allí, en aquella última cena, terminó todo. Pasadas las 22:00 horas, acababa, presuntamente, con la vida de José Luis, de 58 años –14 años mayor que ella–. Y lo hacía junto a su cuidador –también detenido–, el que la asistía por sus supuestas dolencias. Él era el que la acompañaba a todos sitios y también al que llevó a la cena en una furgoneta. Ahí acabó todo la historia de amor.
Junto al edificio Finca Adoc de Alicante, uno de ellos sujetó a la víctima mientras el otro lo apuñalaba con un destornillador –se desconoce qué rol llevó a cabo cada uno–. Gritos, voces y una petición de auxilio. “Que me matan, que me matan”, explicaron a este periódico algunos de los residentes en la calle del Sol Naciente –menuda metáfora de lo ocurrido–.
Le quitaron la vida a José Luis. Los médicos no pudieron hacer nada ante la gravedad de las lesiones que presentaba. Tenía heridas en el cuello y en el pecho. Los agentes sólo pudieron recuperar el mango de plástico del cuerpo de la víctima. Ahí finaliza el cuarto matrimonio de Conchi, a la que habrían visto de pie mientras asesinaban a José Luis, según ella, para “hacerle el boca a boca”.
Por el momento, se desconoce el móvil del asesinato. Los dos detenidos, que se acogieron a su derecho a no declarar en la Comisaría Provincial, han pasado este jueves a disposición judicial mientras el Grupo de Delincuencia Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante continúa la investigación y trata de aclarar lo ocurrido.
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