Javier, el profesor de Oviedo que amenazaba a sus alumnas con “violarlas” si “volvían a repetir”
- Las estudiantes denuncian que llevaba años haciendo comentarios “denigrantes y sexistas”.
- “Para una revisión tenéis que venir maquilladas y con escote. Si fuera necesario, os tendríais que sacar una teta”, confiesan que les decía.
- Ha sido sancionado seis meses por “una infracción grave y continuada”, reconoce la Universidad.
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Este jueves, a las 18:30 horas, la plaza Feijoó de Oviedo gritará unánimemente en contra del machismo en las aulas. Lo hará en genérico, pero también con un caso particular en la cabeza, el de Francisco Javier Rodríguez Díaz, profesor titular en la Universidad de Psicología y Logopedia de Oviedo. El docente ha sido sancionado seis meses este curso académico por cometer “una infracción grave y continuada de falta de consideración con los administrados”, según ha reconocido la propia institución. Es decir, por faltar al respeto con sus aseveraciones a las alumnas. “Si volvéis a repetir, os violo” o “para una revisión tenéis que venir maquilladas y con escote. Si fuera necesario, os tendríais que sacar una teta, así os pondría la nota que quisierais”.
Estas expresiones, consideradas por las alumnas “denigrantes y sexistas”, llevaron a la Asamblea de Estudiantes de la Facultad de Psicología y Logopedía (AAEPL) a poner una queja al rectorado. Los comportamientos del profesor, según reconocen las estudiantes en conversación con EL ESPAÑOL, no se circunscribían a sus comentarios, sino también a otras conductas inadecuadas: “Agarrar a las alumnas, abrazar, besar en la cabeza, llevar por la cintura, coger por la espalda, pedir un beso… e incluso tocar el culo”, explican. Prácticas que se acentuaron durante el último curso, pero que “llevaba repitiendo años”.
Una de las alumnas, que no se atreve a dar su nombre por miedo, recuerda que cuando le preguntaba por dudas, el profesor se le acercaba y le apretaba el moflete. O que, estando en una revisión, “echó a los chavales que había para que se quedara sola”. Además de “chistes metiéndose con nosotros” o particularidades a la hora de poner las notas: “Suspendió a un alumno por grapar mal el trabajo”.
Francisco Javier, profesor titular del Departamento de Psicología, era “especial”. “Ha sido siempre así”, según reiteran sus alumnos. De hecho, las quejas se venían sucediendo durante los últimos años, pero nunca fue sancionado. “Se le dieron toques de atención, nada más”. Y él habría continuado con sus comentarios. “Si tú me quisieras violar a mí, yo me dejaría”. O “cuando queráis os pasáis por mi despacho a ligar”. O “ya podríais venir a clase vestidas como os vestís los fines de semana”. O “¿cuántos años tienes? ¿23? Podríamos ligar tú y yo”. O “te voy a romper la cabeza, eres tonta”. Y suma y sigue.
Además, según los alumnos, no se cortaba. Las vejaciones las llevaba a cabo “en clase, en los despachos o en cualquier sitio”. Pero las quejas no terminan ahí: “En lo académico era caótico”. Lo raro, se sorprenden, es que nadie haya hecho nada hasta ahora. “Era algo que todo el mundo sabía”. Eso sí, la razón es sencilla: miedo. Temen que haya represalias y no quieren dar el nombre del profesor -aunque después EL ESPAÑOL lo haya conocido-.
Francisco Javier ha sido sancionado hasta febrero. Es decir, podría volver a estar dando clases en la facultad a mitad de curso. “Una victoria” para las denunciantes, pero también una “insatisfacción”. Ellas consideran que la sanción debería haber sido “ejemplarizante”. Es más, reiteran que han sido “pocos meses para la gravedad de los comentarios”.
Aun así, las alumnas sienten el apoyo de todos. De los chicos, a los que no les habría hecho este tipo de comentarios, y de algunos profesores. También, de las personas que acudan a la concentración de este jueves en Oviedo. Allí, pedirán que “se depuren responsabilidades por parte de quienes, siendo los máximos responsables, hicieron caso omiso de sus quejas”. Porque las denuncias ya venían de lejos. La sanción, no obstante, ha sido puesta ahora gracias al paso que han dado estos estudiantes, a los que el resto reconoce la “valentía que les ha llevado a iniciar este proceso” y las “consecuencias que pueda traerles”.
Pero saben que es necesario. Que “no es un caso aislado”. Animan a otros alumnos, ya sea en la Universidad de Oviedo u en otra institución educativa, a denunciar este tipo de situaciones. Ellas han sido las primeras en hacer algo de este tipo en el centro. “Sabemos que hemos sentado un importante precedente y que hemos hecho tambalearse el sistema patriarcal imperante”, celebran. Y sentencian: “No vamos a tolerar más que se nos cosifique, humille, veje, denigre o acose por el simple hecho de ser mujeres. Entre todas vamos a conseguir erradicar el machismo estructural e institucional que nos discrimina día a día”.