La localidad alavesa de Amurrio, donde nació Santiago Abascal, está a más de 300 kilómetros de Oviedo, donde tiene su sede la Fundación Gustavo Bueno. Este trayecto es menor que la distancia ideológica que en principio parecería separar al político de los discípulos de un filósofo materialista que se definió a sí mismo como “marxista heterodoxo”. Sin embargo, las coincidencias entre el partido de derechas y la escuela de pensamiento creada por Gustavo Bueno (1924-2016) son destacables. No sólo eso. Abascal y su partido está muy influido por el creador del llamado materialismo filosófico.
El nexo de unión más evidente entre Vox y los discípulos de Bueno, presentes en todo el país y también en México, son la férrea defensa de la unidad de España como nación y como Estado. Este punto, sin embargo, puede ser compartido por varios partidos políticos sin mayores complicaciones. Otras coincidencias sí que dejan patente la buena sintonía entre la formación que se ha situado a la derecha del PP y la también denominada Escuela de Oviedo.
Iván Vélez, investigador asociado de la Fundación y uno de los discípulos más destacados del filósofo, entiende que no sólo hay coincidencia entre ambos, sino también inspiración. Está seguro de que el libro de Gustavo Bueno titulado España no es un mito (2005) es una de las principales bases del pensamiento de Abascal y, a través de él, de su partido. El presidente de Vox confirmó a EL ESPAÑOL este punto. Dijo que “Gustavo Bueno es sin duda alguna una de mis influencias, en la afirmación de España como nación. No sólo el planteamiento con el que se acerca al país, sino también la propia retórica contundente que utiliza para su defensa”.
Abascal se muestra predispuesto a seguir escuchando y dejarse inspirar por los discípulos de Bueno. “Soy una persona que escucha, en Vox lo hacemos atentamente. Escuchamos a personas con distintas visiones y estamos abiertos a cualquier propuesta para España que sea buena. Estamos abiertos a esa influencia”, dijo a este periódico.
La influencia del materialismo filosófico sobre Vox no sólo se produce a través de la lectura que hace Abascal de la obra de Bueno. Se afianza a través del trato personal y la impronta del filósofo y sus discípulos en DENAES (Fundación para la Defensa de la Nación Española). Esta institución ha sido clave también en la buena relación personal que el líder de derechas y otros miembros de la formación, como Iván Espinosa de los Monteros (vicesecretario de Relaciones Internacionales), mantienen con los discípulos del autor de España no es un mito.
El patronato actual de DENAES está integrado por tres personas. Junto al empresario Ricardo Garrudo están Santiago Abascal y Gustavo Bueno Sánchez, hijo de Gustavo Bueno y presidente de la fundación que lleva el nombre de su padre. Los tres han colaborado de forma estrecha desde diciembre de 2005, cuando se celebró en el Hotel Landa de Burgos una reunión que se considera la fundación de la entidad. El director de la organización es otro gran discípulo del filósofo, Iván Vélez.
Más allá de los cargos, Bueno padre se implicó a fondo con la Fundación para la Defensa de la Nación Española, y con él lo hicieron sus discípulos. Vélez afirma, con contundencia, “DENAES es deudora del pensamiento político de Gustavo Bueno”. Otras fuentes de la institución van más allá. Sin querer ser citadas, aseguraron que “Vox se inspira en el materialismo filosófico del filósofo, puesto que nace desde dentro de DENAES, y esta configura su línea intelectual sobre el pensamiento de la Escuela de Oviedo”.
Aunque no son los únicos presentes en DENAES, donde conviven figuras de muchas ideologías, Bueno y sus discípulos terminan convirtiéndose pronto en el gran pilar intelectual de la fundación. Son ellos quienes se encargan de redactar los editoriales y textos de la organización, por ejemplo. La buena relación con Abascal llega además a tal punto que en 2001 Gustavo Bueno Sánchez y el ahora presidente de Vox publican un libro conjunto, titulado En Defensa de España.
No es raro ver a unos y otros participar juntos en distintos tipos de actos organizados por DENAES. La fundación organizó en mayo de este año un acto para reclamar a Alemania la extradición de Carles Puigdemont. El manifiesto lo leyó Iván Vélez, y también estuvo presente Gustavo Bueno Sánchez. El único político que intervino de forma activa, leyendo un discurso, fue Abascal en nombre de Vox. El resto de formaciones habían sido invitadas a participar, pero declinaron hacerlo.
También es habitual que Bueno Sánchez participe, como ya hiciera su padre, en la Escuela de Verano de DENAES. Y en numerosas ocasiones lo hace compartiendo mesa redonda con Santiago Abascal.
La influencia intelectual y personal de Bueno y sus discípulos sobre varios fundadores de Vox se afianzó en un espacio físico muy concreto, en el número 25 de la calle Serrano de Madrid. Ahí tiene su sede el Centro Riojano de Madrid, que ha servido durante años de lugar de encuentro entre Abascal y los representantes de la Escuela de Oviedo. DENAES tiene su sede en los locales de la organización de riojanos en la capital de España, por lo que el ahora número uno de Vox acudía con frecuencia a ese lugar.
Allí coincidía con Bueno y sus discípulos, que a través de la organización Nódulo Materialista, organizaban en el Centro Riojano conferencias y mesas redondas de forma regular. En ese entorno debatían y compartían ideas casi todas las semanas.
Puntos de conexión
Los puntos de conexión más destacados fueron desgranados para EL ESPAÑOL por Iván Vélez, que también es director de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES). Vox desde la derecha y los materialistas filosóficos desde la izquierda coinciden en un firme rechazo hacia el sistema autonómico y la descentralización política que implica.
También les une reclamar una política más restrictiva en materia de inmigración, en especial con la procedente de países musulmanes. "Debemos ser muy conscientes de que hay determinado tipo de inmigración que puede ocasionar graves problemas. En una España con un viraje feminista bastante evidente, la integración de señores que practican la Sharia (ley islámica) es muy complicada”, reconoce. “Defendemos un tipo de inmigración que favorezca a España y ser más permeable con la que proceda de Hispanoamérica”, añade. Con respecto a quienes llegan del resto de Europa, entiende que “no hay ningún problema con que vengan”.
Coinciden además en una postura crítica ante la Unión Europea. Vélez llegó a recordar a EL ESPAÑOL un “anti orteguiano” eslogan de su maestro: “Europa es el problema y España es la solución”. Al margen de la cuestión nacional y sus derivadas, hay otro asunto en el que coinciden: el rechazo al aborto. En esto último, sin embargo, las razones pueden ser diferentes.
Unos se oponen a la interrupción voluntaria del embarazo desde “posturas totalmente materialistas, al considerar que es una barbaridad su uso como método anticonceptivo”, sostiene Vélez. Los otros lo hacen por diversas causas, que Santiago Abascal detalla a este periódico: “Nuestra defensa de la vida tiene que ver con la defensa del ser humano y su dignidad, algunos lo podemos hacer desde una óptica humanista religiosa y otros lo hacen sin ese componente religioso”.
Los discípulos de Bueno, como ya hiciera el difunto filósofo, defienden todos estos planteamientos desde postulados claramente de izquierdas. Rechazan esta etiqueta si es para inscribirles en un sector ideológico que en España está representado por formaciones como el PSOE, Podemos e Izquierda Unida. Sin embargo, sí la aceptan si es para identificarle con partidos izquierdistas de otros países europeos que no ponen en duda sus respectivas naciones.
Para Vélez, que se define como “marxista, aristotélico y tomista”, “la autodenominada izquierda en España es en realidad de derechas, se alinea con el PNV y con partidos que defienden un sistema contrario a la igualdad de los españoles”. Con Podemos se muestra especialmente duro: “En algunos aspectos es casi falangista. Es cierto que no defiende la unidad de España, pero tiene mucho en común con alguna de las ramas de la Falange en su estatismo. De hecho, se parece mucho al falangista Ruidrejo, que terminó defendiendo la autodeterminación de Cataluña”.
Los discípulos de Bueno no se han integrado en Vox, a pesar de que miran con simpatía a este partido con un discurso en defensa de la nación española que consideran que ellos han inspirado. El partido de Abascal sí que mantiene “las puertas abiertas” a que se afilien si así lo desean, según confesó a este periódico el político vasco. “En todo caso, es importante que la sociedad civil fuera de los partidos sea fuerte, por lo que es necesario que no todo se integre en la actividad política. A veces se puede hacer mucho a favor del bien común y la unidad de España desde fuera de la política”, añadió.
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