A la cárcel los hermanos que azuzaron a su padre para vengar a la novia gitana: "Dispara, papa"
- Estaban en libertad porque "nadie pidió su encarcelamiento", explica el juez que ha mandado que ingresen en prisión preventiva.
- La guerra de los Jiménez continúa: el incierto futuro de Amparo, la esposa vengada por su padre
- “Dispara, papa, dispara”: tres asesinatos para vengar a una hija a la que su marido echó de casa
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El 18 de septiembre, dos familias navarras de etnia gitana se pelearon por un conflicto matrimonial. Los Jiménez Jiménez contra los Jiménez Echeverría. Los primeros viajaron casi 100 kilómetros hasta el pueblo de Cáseda para vengar una afrenta. Juan Carlos Jiménez Jiménez (50) y sus dos hijos (Juan Carlos de 23 y Emilio de 18) llegaron al pueblo de Cáseda y se enfrentaron con Fermín, José y Cristian, de los Jiménez Echevarría. Juan Carlos, ex guarda forestal, sacó una escopeta del coche y los mató a los tres. Él ingresó en prisión como autor material de los tiros, pero sus hijos fueron puestos en libertad.
Los dos hermanos Jiménez Jiménez (Juan Carlos y Emilio) sabían que llevaban escopetas en el coche. Incluso uno de ellos llegó a empuñar una durante la discusión, según testigos presenciales. Lo dice el auto del juez. También amenazaron previamente a sus contendientes a la pelea con “darles de hostias” y advirtiéndoles de daños mayores: “Me voy a buscar la ruina”, les avisaban. Y aunque fue su padre Juan Carlos el que finalmente les arrebató la escopeta y mató a tres personas, los dos hermanos lo azuzaban pidiéndole que les pegase un tiro: “Dispara, papa. Dispara”.
Había riesgo de fuga
Aunque es bastante evidente la participación de Juan Carlos y Emilio Jiménez en el crimen de Cáseda (los dos hijos del asesino confeso), ambos permanecían en libertad “porque nadie había pedido que los encarcelasen”. La decisión se hace menos entendible si se atiene a que fue el propio juez advirtió de que existía riesgo de fuga, porque ya intentaron escaparse una vez. Pero nadie solicitó prisión para estos dos jóvenes de 23 y 18 años. Esta petición debería venir de Fiscalía, pero en este caso no se produjo. Así, durante estos dos meses, los dos hermanos han estado en la calle.
También avisó el juez de que con ellos en libertad se podría producir la manipulación o destrucción de algunas pruebas importantes, pero no encontró petición de encarcelamiento. Ahora, la solicitud ha llegado. Juan Carlos y Emilio Jímenez han ingresado en prisión preventiva por el triple crimen cometido el pasado 18 de septiembre en Cáseda (Navarra).
Una pelea matrimonial
La muerte de tres miembros de la familia Jiménez Echevarría (Fermín de 50, José de 29 y Cristian de 17 años) conmocionó a España. Sobre todo porque el autor material era familia política de los fallecidos. Una pelea matrimonial entre la hija de Juan Carlos y el hijo de Fermín desencadenó los hechos. El homicida viajó casi 100 kilómetros acompañado de sus dos hijos y mató a tiros a su consuegro y a dos de sus hijos.
Juan Carlos y sus dos hijos fueron detenidos y prestaron declaración, pero sólo el padre entró en prisión como autor confeso de los tres asesinatos. Sus dos hijos, por el contrario, fueron puestos en libertad, con la obligación de comparecer cada 15 días en los juzgados. El único motivo era que nadie pidió cárcel para ellos.
Un arsenal en el Seat Toledo
Los Jiménez Jiménez llevaban un arsenal en el Seat Toledo blanco con el que llegaron desde Estella hasta Cäseda. auto del juez dejaba claro que tanto Juan Carlos como Emilio sabían que en el maletero del coche llevaban armas con capacidad de lesionar, tales como palos y cuchillos. Y que sabían que había, al menos, un arma de fuego con munición. Lo sabían porque lo llevaban en el asiento de atrás y no en el maletero. Así, al menos uno de ellos tuvo que viajar con las armas durante el trayecto.
Durante la pelea, además, uno de los dos hermanos fue el que ordenó que sacasen la escopeta del coche. Lo apunta el juez en el auto: "Existe un testigo presencial de los hechos, actualmente protegido, que sin ningún asomo de duda atribuye a alguno de los tres investigados la expresión 'saca, saca' refiriéndose al arma de fuego con carácter previo a la producción de los disparos".
El magistrado de los juzgados de Aoiz ve, por tanto, indicios racionales de criminalidad en la actuación de los dos jóvenes. Discrepa así del Fiscal que no pidió cárcel para los chicos, recordando “la gravedad de los hechos que se están investigando, un triple asesinato u homicidio cuando menos que puede llevar aparejada la imposición de una pena de entidad relevante”.
Ya intentaron escaparse
Sobre el posible riesgo de fuga, recuerda el juez que Cuando mataron a los Jiménez Echevarría, el asesino y sus dos hijos huyeron en el Seat Toledo blanco, y fueron interceptados más tarde por la Policía Foral. Estima posible, por tanto, la posibilidad de que puedan marcharse otra vez. Del mismo modo, menciona el juez la situación de ‘desarraigo’ de los dos jóvenes.
Existe riesgo de fuga por "las penas severas que lleva aparejada el delito de homicidio o asesinato, cualquiera que sea el grado de participación que finalmente se atribuya, sea en calidad de complicidad, cooperador necesario o inductor o, incluso, aun siéndoles atribuible el resultado fatal de las tres muertes como actos preparatorios punibles tales como conspiración, provocación o proposición al crimen".
Testigos intimidados
Otro de los motivos por los que el juez consideraba que Emilio y Juan Carlos estarían mejor en prisión es porque fuera pueden intimidar. Según el auto, existen algunos testigos protegidos que no han podido ratificar todavía sus declaraciones en sede judicial por la intimidación que les preduce decñarar contra estas personas y se ven de algún modo coartados por el entorno de los chicos.
La gravedad de los hechos, el primer intento de fuga, el conocimiento de las armas que llevaban, las amenazas… En nada de esto ha visto el Ministerio Fiscal la necesidad de que Emilo y Juan Carlos ingresen en prisión. De hecho, el encarcelamiento se ha llevado a cabo en contra de la opinión de la Fiscalía.
Tampoco pidió cárcel en su momento la acusación particular, que finalmente ha enmendado su primera decisión. Suya ha sido la petición que ha llevado a Juan Carlos y a Emilio a la cárcel. Ha sucedido en una vistilla celebrada en los juzgados, en los que los abogados de la familia Jiménez Echevarría ha pedido prisión incondicional para los dos jóvenes. El magistrado ha dejado claro que no le correspondía a él la solicitud de prisión, pero ha aceptado la de la acusación y ha mandado a los dos chicos a prisión.
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