Son 20 días, muchas horas de angustia, jornadas sin noticias y pesquisas sin conclusiones. La muerte de Miriam sigue siendo un misterio. Se sabe que recibió 20 puñaladas y que fue asesinada en Meco (Madrid) cuando paseaba a sus perros. Es lo único que está claro. El resto está por esclarecerse. Se desconoce quién es el autor del crimen, dónde se esconde, qué hizo con el cuchillo, por qué decidió atacar a la joven. Son preguntas sin respuestas; sombras que iluminan las pocas certezas que ofrece el caso. Los amigos, en conversación con EL ESPAÑOL, desconocen qué ocurrió. “¡Es que nosotros no tenemos ni idea!”, esgrimen, visiblemente molestos, ante la insistencia de este (y otros) periodistas. Pero, cumplido el plazo, toca recapitular. Qué sabemos y qué no sabemos sobre el suceso.
Qué sabemos
Miriam, aparentemente, no tenía problemas
“Era una buena chica, no tenía problemas con nadie, la quería todo el mundo”. Sus amigos y familiares lo tienen claro: Miriam –al menos, que ellos supieran– no había hecho nada grave. A sus 25 años, su vida era completamente normal. Natural de Alovera (Guadalajara), dejó su trabajo en Zara para ser responsable del departamento de administración de una empresa de distribución de ordenadores, componentes informáticos y electrónica en el Corredor de Henares. En Villanueva de la Torre (Guadalajara), no llevaba mucho tiempo. Se había trasladado allí junto a su antigua compañera de piso porque quería disponer de una casa más grande para que los perros pudiesen estar a su ‘aire’.
Miriam siempre había querido ser veterinaria. Le encantaban los animales, el deporte (hacía crossfit y era aficionada confesa del Real Madrid) y ayudar a los demás. De hecho, se formó como voluntaria de Protección Civil y ejercía como tal. En última instancia, en la Cabalgata de Reyes de Villalbilla (Madrid). “Siempre hacía un trabajo estupendo. Se ofrecía, colaboraba, tenía disposición. Se nos ha ido un ángel naranja”, lamenta un compañero suyo. De hecho, desde su entorno no tienen claro que el asesino/a haya sido una persona cercana. Con sus exnovios había acabado bien y con sus amigos tenía una buena relación.
Matada, presuntamente, por un conocido
Miriam salió a pasear junto a sus dos perros, Nilo y Dona (un pastor alemán y un mestizo pequeño). Recorrió un camino transitado, un sendero habitual en el pueblo. “Es un lugar muy concurrido. Todo el que tiene animales pasa por allí”, cuentan desde Villanueva de la Torre a EL ESPAÑOL. Cogió su ruta habitual y llegó hasta el término municipal de Meco (Madrid). Allí, alguien se cruzó en su camino. Forcejeó con ella, peleó y le asestó 20 puñaladas. La mató. Huyó y todavía se esconde. Nadie sabe quién lo hizo. Los perros no hicieron nada, presumiblemente, porque el asesino era un conocido de la joven. Su cadáver fue encontrado a las 20:55.
La habría asesinado una mujer
La Guardia Civil no encontró el smartphone de la joven el primer día. El teléfono comunicó una y otra vez. Al día siguiente, sin embargo, dio señal. Los investigadores, tras analizar el contenido, llegaron a la conclusión de que el asesino se trataría de una mujer y, seguramente, el móvil del crimen serían los celos. Esos son los datos que ha arrojado la investigación cuando se cumplen 20 días desde su muerte. No obstante, los amigos de Miriam, en conversación con EL ESPAÑOL, descartan que su fallecimiento se deba a la existencia de un posible triángulo amoroso.
Su compañera de casa, descartada
La compañera de piso de Miriam dice estar viviendo “un infierno” desde entonces. “Me han amenazado en mi pueblo y, lo peor, no a la cara, sino hablando en los bares de que me iban a dar pal’ pelo”, reconoció, a través de las redes sociales. Muchos la han señalado como la posible autora del crimen. Sin embargo, no es así. “No he estado detenida en ningún momento, ni un segundo. De hecho, está grabado dónde estaba cuando se dio la mayor desgracia de mi vida”, lamenta. A la vez, se siente culpable: “Le fallé cuando le dije que yo iba a estar cuando me necesitara y no, no lo he podido cumplir”, cuenta.
Ella, intuitivamente, no cree que el asesino pueda ser alguien cercano. “Ahora mismo se investigan todas las líneas. De hecho, yo que la conozco como la palma de mi mano, sigo pensando que no la conocía, porque Miri no podía generar en nadie que la conociera un poco de odio”, comentó en sus redes sociales.
Qué no sabemos
Quién es el asesino
La Guardia Civil piensa que es una mujer (por el análisis del móvil de Miriam) y que se trata de una persona conocida (porque los perros no la atacaron). Pero no se sabe quién es. Se está investigando a todo el entorno de la joven y se repasan todas sus conversaciones de WhatsApp y redes sociales. La idea es que estos datos arrojen algo de luz sobre la autora material del crimen. Eso sí, de momento, no hay nadie detenido. Y tampoco se sabe si Miriam quedó con su presunta asesino o la sorprendió en el camino que lleva a Meco (Madrid).
Qué puede arrojar luz sobre el caso
La investigación se centra ahora en analizar todos los objetos que había en el lugar del crimen: colillas, varias latas de refresco, las dos uñas de la joven -se las rompió en el forcejeo-, una botella o tetrabrik reciente, un cuchillo de cocina –no sería el arma del asesinato–, un fragmento de la punta metálica de un arma blanca, las ropas de Mimi, como la apodaban sus familiares y amigos. ¿El objetivo? Que el ADN de todo ello dé alguna pista sobre quién pudo ser el autor/a del crimen.
Quién borró los mensajes del móvil de Miriam
El móvil de Miriam estaba apagado el día que fue asesinada. 24 horas después, en cambio, sí daba señal. La investigación cree que alguien se lo robó y lo tuvo en su poder, que borró algunos mensajes y que lo dejó en un lugar donde la Policía pudiera encontrarlo. Tras analizar el teléfono, se constató que la asesina podría ser mujer. Es lo único que se sabe. El resto está por esclarecerse.
Dónde está el asesino
No se sabe quién es el asesino ni dónde se encuentra. Todas las hipótesis y líneas de investigación permanecen abiertas. Si se trata de un conocido de Miriam, el autor del crimen podría encontrarse en Villanueva de la Torre (Guadalajara), donde ella vivía; o en Alovera (Guadalajara), donde había ella había nacido. Pero también podría tratarse de alguien cercano que sea residente en otro lugar. Al fin y al cabo, Miriam pasaba mucho tiempo con gente de todas partes en Protección Civil.
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