Un cromo de la NBA ‘pilla’ a dos hermanos gastando la herencia de sus padres tras asesinarlos
Erik y Lyle Menéndez tenían 21 y 18 años cuando dispararon a quemarropa a sus padres en 1989. Fueron condenados a cadena perpetua.
6 febrero, 2019 18:52Las historia de los hermanos Menéndez es una de las páginas negras de EEUU que más ha inspirado a ficciones sobre crímenes en la pequeña y la gran pantalla de este país. Sólo en 2017, se lanzaron tres producciones audiovisuales sobre su caso, un documental de la ABC, una película de Lifetime y una miniserie en la NBC. Ahora, aquel asesinato planeado y ejecutado a sangre fría vuelve a estar de actualidad tras el hallazgo de un cromo de la NBA de hace 30 años que muestra a la pareja de jóvenes disfrutando tranquilamente de un partido de baloncesto a los pocos días de haber tiroteado a sus padres. La estampa ha multiplicado su precio.
El relato de aquella matanza tiene todos los elementos para mantener enganchado a cualquiera frente al televisor. Erik y Lyle Menéndez lo tenían todo. Eran dos jóvenes atractivos de 21 y 18 años, educados y criados a capricho en una mansión de Beverly Hills. Sus padres eran ejecutivos que había amasado una fortuna en el sector del entretenimiento. Su vida parecía de ensueño hasta que el 18 de agosto de 1989, viajan a San Diego para comprar unas escopetas. El día después sus padres alquilaron un yate y se los llevaron a pescar tiburones. Tras aquella jornada en alta mar, vuelven a casa. Unas horas después, los hermanos irrumpen en la mansión y asesinan a tiros a José y Kitty Menéndez. Les dispararon a matar, en la cabeza y en las rodillas.
Los dos jóvenes se cambiaron de ropa, tiraron las armas y se fueron al cine. Al regresar a la mansión fingieron descubrir la escena de nuevo, interpretando el papel de hijos traumatizados en su llamada a la policía. De hecho, la grabación de aquella conversación telefónica pasó a formar parte de la cultura popular estadounidense por la exagerada y dramática interpretación de Lyle.
Los meses posteriores los dedicaron a vivir a cuerpo de rey a cuenta de los seguros y herencia, gastando más de 700.000 dólares en excentricidades. Todo iba según el plan hasta que Erik confesó el crimen a su psiquiatra, que acudió a la Policía. Rompió el acuerdo de confidencialidad con su paciente justificando que había sido amenazado si los delataba. En el juicio, los jóvenes acabaron confesando, alegando que lo hicieron para defenderse de una vida de abusos por parte de sus progenitores.
El suceso, que conmocionó al país, vuelve ahora a la actualidad gracias a un cromo coleccionable de la temporada 1989-1990 de la NBA, en el que hasta ahora nadie se había percatado que aparecían Erik y Lyle, en primera fila, viendo un partido de Mark Jackson.
Aquella imagen se tomó durante las semanas de lujos y derroche que siguieron al crimen. En aquellos días, los hermanos Menéndez se hicieron con unos pases de baloncesto para los Knicks y, casualidades del destino, fueron fotografiados para la posteridad como fondo de una jugada de Jackson que quedó inmortalizada en un cromo que, hasta hace poco, se podía adquirir por unos pocos céntimos en Ebay.
Ahora, la estampita ha disparado su precio y algunos están ofreciéndolas por 1.500 dólares, según ha desvelado la revista Slam. El motivo de la subida estriba no sólo en el nuevo valor de la instantánea, sino en que la política comercial de este portal de subastas prohíbe la venta de objetos relacionados con asesinatos o asesinatos en serie, aunque lo cierto es que no está aplicando esta restricción al cromo, según apunta la publicación norteamericana.
Viralizado en las redes
Han tenido que pasar tres décadas para que alguien se percatara de la presencia de los hermanos Menéndez en aquel partido en el Madison Square Garden. Fue el pasado agosto cuando Stephen Zerance, escritor de novela negra, trataba de encontrar instantáneas de Lyle y Erik Menéndez durante las semanas posteriores a su crimen. Para ello, se fijó en la lista de extravagancias que realizaron en aquel periodo, recogidas en los documentos judiciales.
“Sabíamos que después de recibir un pago del seguro por la muerte de sus padres hicieron una cantidad exuberante de gastos”, explica Zerance a Slam. “Compraron clases de tenis, juegos de rol, ropa, negocios, restaurantes, coches...”. Y entre esas adquisiciones, había unas entradas los Knicks en el Madison Square Garden.
Ahí empezó una infructuosa búsqueda en los archivos fotográficos y vídeos publicados de aquellos partidos. No tuvo suerte hasta que entró en eBay y dio con aquel cromo, comprando todos los que pudo a un precio de diez centavos la unidad.
Cuando se acercaba el 29 aniversario del crimen, el 12 de agosto de 2018, publicó sus hallazgos en Twitter, sin que tuviera demasiada repercusión. Tuvieron que pasar varios meses hasta que en diciembre alguien se fijó en aquella revelación y la compartió en el portal Reddit. A partir de ahí, las redes sociales hicieron su trabajo, viralizando el descubrimiento.
Mood: my Mark Jackson basketball card with cameos from the Menendez brothers in the background pic.twitter.com/kqmLag0uze
— STEPHEN ZERANCE (@stephnz) 12 de agosto de 2018
Lyle: "Somos nosotros. Me encantaría tener el cromo"
La noticia va ganando cuerpo con el paso de los días y ahora uno de los hermanos Menéndez incluso ha confirmado que son ellos los que aparecen en la estampa, en unas declaraciones al británico The Daily Mail. Lyle, desde la prisión de San Diego en la que cumple cadena perpetua, a sus 50 años, se muestra sorprendido. “Simplemente me veo en la audiencia con Erik, y es como, wow, en realidad, obviamente no lo capturaron en esa tarjeta a propósito, pero me sorprendió. Es asombroso que alguien lo haya visto”, sostiene Lyle.
“Sacamos entradas para ese partido, fuimos varias veces durante aquel periodo -entre el asesinato y el arresto”. “Es increíble que alguien lo haya visto”, comenta el condenado.
“Me encantaría tener ese cromo”, añade Lyle, quien asegura que le resultó “emotivo” ver la foto, ya que era fue de las últimas veces que él y Erik fueron fotografiados juntos antes de ser encarcelados.
Después de aquello, y tras ser sentenciados a cadena perpetua, fueron separados en diferentes centros penitenciarios durante décadas. No fue hasta el año pasado, en primavera de 2018, cuando Erik Menéndez fue trasladado desde otra instalación a la misma unidad en la que se encuentra su hermano internado. No se habían visto en más de 20 años.