Los vídeos de las batidas infructuosas para hallar a Blanca: "No vemos ni lo que hay entre nosotros"
"Cada día que pasa es más triste porque hay menos probabilidades de que aparezca bien", reconoce la familia, que se encuentra "desmoralizada".
3 septiembre, 2019 03:16“Estamos preocupados y tristes”, decía Adrián Federighi, cuñado de Blanca Fernández Ochoa. “Van muchos días que está en el monte. Cada día que pasa es más triste porque hay menos probabilidades de que aparezca bien. Con este dispositivo estamos algo esperanzados. Hoy es un día clave para encontrar un rastro”, añadía. Pero al final, al acabar la tarde, cuando los perros empiezan a volver al centro de mando y los efectivos se empiezan a retirar, se sabe que la cosa no ha ido como esperaban. Mañana por la mañana, más. “La verdad es que estamos algo desmoralizados”, reconoce Lola, hermana de Blanca y mujer de Adrián, al acabar la jornada de este lunes.
La medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa, de 56 años, lleva desaparecida desde el pasado día 24 de agosto. La familia denunció el día 29 y las distintas autoridades de la Comunidad de Madrid han respondido con el mayor despliegue de su historia para encontrar a alguien. Helicópteros, agentes a caballo, a pie, motoristas… no se han escatimado medios. Las batidas se han concentrado en la zona del parque de Las Dehesas de Cercedilla, entre Segovia y el puerto de Navacerrada. Pero este lunes, han sido en vano. Toca esperar.
La familia no denunció la desaparición en un primer momento porque esto era algo que ella hacía habitualmente. Con una actitud ermitaña, según cuenta su familia, Blanca Fernández solía desaparecer varios días consecutivos en el monte, en contacto con la naturaleza. Y solía venir a los parajes de Cercedilla a los que estaba unida por su familia, se los conocía como la palma de su mano.
Por eso, la familia de la deportista considera que todo esto se debe a un accidente que ella puede haber sufrido recorriendo estos parajes. Creen que le ha pasado algo, que se ha podido caer, que algo le ha podido golpear y que por eso no da señales de vida. “Mi hipótesis es que le pasó algo y le ha pillado la tormenta del lunes 26”, añade Lola Fernández.
Como siempre ha hecho, esta vez salió sin móvil. Por eso sus cercanos sienten que el tiempo apremia y Federighi reconoce que teme la hipotermia. Mientras, la espera se hace insoportable aunque, insisten desde la familia y desde las autoridades, la esperanza no se pierde.
Una batida compleja
Alrededor de 400 personas han participado este lunes en la batida por la sierra madrileña para encontrar algún tipo de rastro de la deportista. Guardia Civil, Policía Nacional, Bomberos, Protección Civil, Emergencias de la Comunidad de Madrid… todos se han volcado por tierra y aire para ver si se encontraba algún rastro, pero nada.
Entre las autoridades se encontraban también un total de 100 personas que han participado en la búsqueda de manera voluntaria. Desde que la Policía y el Ayuntamiento de Cercedilla pidieron la colaboración ciudadana, la respuesta ha sido masiva. Tanto que la Guardia Civil ha reconocido sentirse desbordada este lunes y ha pedido que se coordine a los voluntarios a través del Ayuntamiento.
“La verdad es que ha sido un camino complejo”, explica Carmelo, uno de los voluntarios que ha participado en la batida de este lunes. “Hemos estado muchas horas y la vegetación era muy espesa. Cansa mucho”, reconoce. “La vegetación era tan densa que no se veía bien el suelo. Nos separábamos tres metros y no éramos capaces de ver lo que había entre nosotros”, asegura en conversación con EL ESPAÑOL.
Esta dificultad ha sido refrendada por Fernando Antón, jefe supervisor de los Bomberos de la Comunidad de Madrid. “Por debajo de los 1.700 o 1.800 metros es todo pinos”, asegura. “Por encima de eso, aflora material granítico. Hay pocas sendas y muchos sitios son de difícil acceso. Hay muchos sitios a los que no podemos llegar andando y hay pendientes muy elevadas”, añade.
Antón cuenta que por ello se han desplegado diversos medios aéreos de los que han desembarcado especialistas del grupo de rescate de bomberos. “El tránsito no es fácil y es muy lento, sobre todo para llegar a los puntos más recónditos”, sentencia.
3.500 hectáreas, sin pistas
El dispositivo de búsqueda de este lunes se ha centrado en 12 rutas que recorren el parque de Las Dehesas de Cercedilla, un espacio que comprende un total de 3.500 hectáreas entre la provincia de Segovia y el puerto de Navacerrada, en Madrid. Las autoridades han repartido estas rutas entre voluntarios y especialistas según la dificultad. La búsqueda, además, no se está centrando exclusivamente en la Comunidad de Madrid, aunque las autoridades no han querido especificar por qué otros lugares están buscando.
En el grupo de voluntarios que ha ido Carmelo se han encontrado algunos objetos que en un principio parecían pistas. En una zona de la montaña, han aparecido restos de una tienda de campaña, una mochila y guantes de látex. “La Guardia Civil las ha cogido, les ha hecho fotos y no nos han dicho nada más”, comenta a este diario.
Sin embargo, más tarde, la pista quedó desechada. La Policía Nacional ha confirmado a EL ESPAÑOL que dentro de la mochila había documentación de una persona ajena al tema. La familia también ha contado a este diario que durante las batidas les han ido pasando fotos de otros objetos, como sacos de dormir o cordones, para ver si podían ser de Blanca. Pero a nadie le sonaban de nada.
Durante la tarde de este lunes sí que hubo un momento para la esperanza. En las batidas de la mañana, los perros de rescate, un total de 14, habían encontrado algunos rastros en la zona de Poyal de las Vacas. Por ello, por la tarde se decidió volver a la zona, rastrearlo de nuevo sin tantos voluntarios y gente que pueda despistar a los animales.
Sin embargo, al caer la noche los perros vuelven sin ninguna novedad. Tampoco ha habido novedades entre los grupos especiales que rastrearon dos de los Siete Picos, la zona más compleja de todas. Toca volver el martes, a las 9:00 de la mañana es el toque de diana. Pero cada minuto que pasa ya puede ser demasiado tarde.