El de 1969 fue uno de esos años en los que el amor y la política se fundieron entre sí. Mientras que en plena Guerra Fría los jóvenes morían en Vietnam, los hippies combatían, a su manera, con la Santa Trinidad del amor, las drogas y el rock and roll. Y fue en ese año cuando dos de los hippies más cotizados del mundo, John Lennon y Yoko Ono -que constituían una de las parejas más poderosas del momento-, se metieron en la cama, en una de sus icónicas imágenes. Criticaban, con amor, la política sangrienta que se estaba llevando a cabo al otro lado del océano Pacífico. Exactamente 50 años después, en este 2019 que boquea, la escena está a punto de repetirse. Pero en esta ocasión la melena de Lennon se ha recogido en una coleta y la Ono es de Moratalaz.
Ambos -los setenteros- fueron el icono de una época, y también de un himno, Imagine, símbolo y nostalgia del pacifismo, de los sueños que se cumplen y de los que todavía están por cumplir. Aquella instantánea en la cama de Amsterdam lo marcó todo. Era, de algún modo, el trono supremo desde el que predicar al mundo con el altavoz de la lírica. Desde donde gobernar las opiniones de la gente.
You may say that I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one
Si todo pasa como parece que va a pasar, el nuevo Gobierno que se forme tras las elecciones del pasado 10 de noviembre contará con una pareja en él. Pablo Iglesias (41 años), secretario general de Unidas Podemos, e Irene Montero (31 años), portavoz -por ahora- del grupo en el Congreso, tienen todas con ellos para convertirse en vicepresidente y ministra de Igualdad en el hipotético y más que probable Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez.
De ser así, se produciría una situación sin parangón en España, prácticamente, que se sepa, desde los Reyes Católicos. Ya ha habido antes parejas en las que coincidían el amor y la política, pero nunca ha habido un lecho español que concentrase tanto poder como en el que duerman Pablo Iglesias e Irene Montero una vez sean nombrados ministros. Por las mañanas, ambos acudirán al Palacio de la Moncloa a tratar asuntos de Estado y, por las noches, volverán al Palacete de Galapagar para atender a sus tres hijos y a seguir tratando temas de Estado. Ganan poder y suicidan la conciliación, si es que alguna vez la hubo ya que empezaron su relación desde la política.
A medida que las negociaciones entre Esquerra Republicana y PSOE avanzan para nombrar a Sánchez presidente del Gobierno, se hace cada vez más probable esta situación para las dos cabezas visibles de Podemos. El pasado martes, PSOE y ERC acabaron sus reuniones con buenas sensaciones después de que los socialistas reconocieran que en Cataluña hay un problema político.
Además, el rey ha llamado a consultas a los partidos del Congreso el próximo martes, lo que parece indicar que la investidura se podría intentar antes de Navidad, como desde un primer momento quiso Pedro Sánchez. Todo, de todas formas, sigue pendiendo del hilo de la fragilidad partidista que está viviendo España y, de momento, no es descartable ningún escenario, por encauzado que parezca este.
Imagine no possessions
I wonder if you can
No need for greed…
Parejas en el Consejo de Ministros
“No quiero parejas en el Consejo de Ministros”. Esa frase ya se pronunció hace años, en 1992, cuando el socialista francés François Mitterrand estaba formando su Ejecutivo. Se la dijo a Ségolène Royal. Así enterraba la idea de ella de incluir en el gabinete a su entonces pareja, un incipiente personaje llamado François Hollande. De todas formas, le dejó una puerta abierta: si Royal no entraba como ministra, lo podría hacer Hollande. La respuesta fue que no. Pero a Hollande, después de todo, no le fue tan mal. Acabó coincidieron en el Consejo de Ministros
Algo parecido pasó, también en Francia, con Michèle Alliot-Marie y Patrick Ollier. Ambos pareja, él también se quejaba de que nunca sería ministro por culpa del amor. Finalmente, se equivocó. Bajo el gobierno de Nicolás Sarkozy él se convirtió en ministro de Relaciones con el Parlamento y ella fue ministra de Justicia, primero, y de Asuntos Exteriores, después. Ambos coincidieron en el Consejo de Ministros, rompiendo así la tradición.
Mirando de puertas para adentro, ha habido casos cercanos pero que nunca han coincidido en el tiempo. El que pasó rozando el larguero pero sin entrar a gol fue el de Josep Borrell, actual representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, y Cristina Narbona, la presidenta del PSOE. Los dos son matrimonio y han sido ministros, Borrell con Felipe González y con Pedro Sánchez, y Narbona con José Luis Rodríguez Zapatero.
A pesar de ello, su lecho sí que ha llegado a acumular cierto poder contemporáneo. Cuando Borrell era ministro de Exteriores, ella era vicepresidenta del Senado. También, cuando Borrell fue presidente del Parlamento Europeo, era ella ministra de Medio Ambiente. No está mal, pero no llega al nivel al que ascenderán Iglesias y Montero.
Imagine all the people
Living for today (ah ah ah)...
Otro ejemplo que rápidamente vienen a la mente cuando se piensa en cargos políticos y parejas es el de José María Aznar y Ana Botella. Pero sus cumbres políticas están muy lejanas en el tiempo. Botella tuvo en casa a un presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, y Aznar hizo lo propio teniendo a una alcaldesa de Madrid en la otra punta de la almohada, entre finales de 2011 y mediados de 2015. Presidente y alcaldesa suma muchísimos puntos, pero tú vicepresidente y yo ministra es una fórmula de difícilmente parangonable.
Endogamia y problemas en Podemos
Llegados a este punto, hay que decirlo todo. Si hay un partido político con más probabilidad de acabar con una pareja en el Gobierno, ese es Podemos. Es el más endogámico de todos. Sus miembros se quieren tanto que a veces acaban emparejados. Aunque la experiencia indica que seguramente haya otros romances ocultos en el resto de partidos, en la formación morada es donde más se ve, y no solo por el beso que protagonizaron Manuela Carmena e Íñigo Errejón cuando presentaron Más Madrid en la discoteca Medias Puri.
La relación de Iglesias y Montero es la más visible de todas desde que fueron fotografiados besándose después del congreso de Vistalegre II. Con esa noticia se confirmaba un rumor que llevaba tiempo acechando, especialmente después de que Iglesias rompiera con Tania Sánchez, actual diputada en Madrid por parte de Izquierda Unida.
Pero no es la única pareja morada. La siguiente más sonada es la de José María González Santos, alias Kichi, y Teresa Rodríguez. Ella es la líder de Podemos en Andalucía y él el alcalde de Cádiz. Se conocieron en política, cuando ambos estaban todavía en la militancia y Kichi todavía estaba casado. No fue hasta después que iniciaron su relación concentrando un enorme poder e influencia en su piso de 80 metros cuadrados.
Y antes de besarse simbólicamente con Carmena, Íñigo Errejón también estuvo saliendo con la concejal de Madrid Rita Maestre. La noticia de que lo eran iba creciendo a medida que aumentaba la relevancia política de ambos. Sin embargo, en 2015, rompieron. A pesar de la ruptura, a pesar de que no quedó amor en ese sentido, salvaron la política y Maestre es una de las personas más cercanas de Errejón en Más País.
A pesar de que todo parece quedar en familia, o justamente por eso, Podemos hace frente a numerosas crisis internas, más sonadas que en el resto de partidos. Superados ya los frentes que se desataron en torno al chalé de Galapagar que se compraron Pablo Iglesias e Irene Montero y en torno a la lucha fratricida entre Errejón e Iglesias, esta semana se ha cavado una nueva trinchera.
La formación morada ha expulsado de sus filas al abogado José Manuel Calvente y, por otro lado, ha relevado a la también abogada Mónica Carmona Segura. A él se le acusa de acoso sexual y lo de ella, según la formación, se debe a una reorganización dentro de la misma. Sin embargo, en una misiva que Carmona ha mandado, la letrada ha denunciado que esa decisión se toma porque estaban “investigando graves irregularidades de Podemos en materia de Protección de Datos y de Cumplimiento Normativo Penal”.
Esta noticia se conoce en un momento crítico para el partido ya que está inmerso en las negociaciones para poder formar Gobierno de coalición. Según la letrada, salpicaría alto ya que “se verían envueltos varios cargos internos y que conllevaría graves perjuicios para el partido” y “pondría en cuestión los elementos centrales” de su “legitimidad como organización”. Carmona no descarta que pueda haber “acusaciones penales” para “algunos miembros de la Ejecutiva”.
Imagine there's no heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Reparto de ministerios
Mientras suenan tambores de guerra en Podemos, de manera paralela y más silenciosa van teniendo lugar las conversaciones a dos bandas del PSOE. Por un lado, con la formación morada para perfilar qué ministerios se lleva quién y cómo y, por otro, con ERC para asegurar la abstención de sus 13 escaños en la segunda votación de la investidura.
En ese intercambio político, Podemos se llevaría la Vicepresidencia de lo social, personificada en Pablo Iglesias, y tres ministerios. Igualdad y Trabajo ya parecen dados. El primero para Irene Montero y el segundo para la gallega Yolanda Díaz. Aunque Díaz rehuye el asunto de cara al público, en el fuero interno ella y su equipo lo dan por asumido. Ahora queda por determinar cuál será la tercera cartera que se tiña de morado. Suena Universidades, después de que se descartaran Vivienda y Sanidad.
Si el próximo martes, a la vez que Felipe VI arranque las consultas, hay acuerdo entre ERC y PSOE, la investidura sería posible antes de Navidad. Pero todo está todavía en el aire. De momento, la cumbre ministerial diaria de Pablo Iglesias e Irene Montero en el chalet de Galapagar tiene que esperar fecha.
Imagine all the people
Living life in peace...
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