La desdicha de Chimo, el camarero que dejó las drogas: se encaprichó de Nadine y le acribillaron
Un amigo de la expareja de la víctima le disparó tres veces. Murió en el Hospital de Denia dos días después a causa de las heridas provocadas.
28 noviembre, 2020 18:28Noticias relacionadas
Chimo cometió errores con las drogas que atormentaron a su familia y que le llevaron a ser detenido por las Fuerzas de Seguridad, pero ese turbio capítulo de su vida lo había enterrado trabajando a diario en la construcción y algunos fines de semana como camarero en un restaurante. El horizonte pintaba mejor para este vecino de la localidad alicantina de Llíber que este año comenzó una relación sentimental con Nadine, una mujer alemana de 35 años, separada y con dos hijas. Sin embargo, aquel romance duró poco y dio paso a una ruptura que ahora forma parte de una investigación judicial. El motivo: Chimo murió este martes tras haber recibido tres disparos el domingo por parte de un amigo de su expareja.
“Nos conocíamos desde la infancia: era como un hermano para mí”, explica apenado un amigo íntimo de la víctima de este homicidio: José Joaquín O.M., de 44 años, y al que sus allegados llamaban cariñosamente Chimo. El fallecido era muy conocido en la comarca alicantina de la Marina Alta porque su familia antaño regentó el afamado Restaurante Asador Vall del Pop en el Camino de la Bassa de Llíber.
“Chimo conocía a Nadine de toda la vida porque el exmarido de ella era uno de sus mejores amigos”. A principios de este año Chimo y Nadine cruzaron la delgada frontera que en ocasiones separa la amistad del amor y entablaron una relación sentimental. “Chimo la empadronó a ella en su casa y acogió a sus hijas”, ejemplifica este hombre sobre el noviazgo de su amigo con Nadine.
“Al principio Chimo estaba entregado y todo iba bien entre ambos, pero después él se dio cuenta de que ella no hacía nada y comenzaron las peleas porque Chimo se iba a trabajar y Nadine se marchaba al bar, no limpiaba la casa, no tenía empleo... En un almuerzo con los amigos Chimo nos enseñó unas fotos para que viésemos lo mal que estaba la casa. Ellos casi siempre estaban de disputas, lo dejaban y volvían. La relación duró aproximadamente cinco meses”.
La ruptura definitiva
A finales de agosto rompieron de manera definitiva y poco amistosa, tal y como relata a EL ESPAÑOL este allegado del fallecido: “Ella llevaba unos días o semanas enviándole mensajes de texto a mi amigo amenazándolo con que iba a mandarle a dos hombres a su casa para recoger sus cosas”.
Tal relato es corroborado por la propietaria de un restaurante de Jalón donde Chimo trabajaba eventualmente como camarero: “Llevaba más de un mes diciéndome a mí y a sus compañeros que su expareja lo provocaba para que él se peleara con ella porque quería denunciarle por malos tratos”.
Esta hostelera se muestra afligida por la pérdida de Chimo, al que define como un excelente camarero al que recurría como extra algunos fines de semana y en las celebraciones que acoge su restaurante: una masía alicantina con cocina de leña, especializada en cocas, aspencat y platos mediterráneos. “Le dije a Chimo que ya sabía lo que tenía que hacer: alejarse de ella”. José Joaquín no aceptó ese consejo y al final perdió la vida después de recibir tres disparos de una escopeta del calibre 22.
La llamada del domingo
“Estoy en shock”, confiesa la hostelera tras conocer la truculenta muerte que ha sufrido Chimo, justo ahora que había dejado atrás el mundo de las drogas encarrilando su vida con visitas periódicas a la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) y empalmando —desde el verano de 2019— distintos empleos en la restauración y la construcción en los municipios de Denia y Jalón. “Me contó que tenía pendiente un juicio por tráfico de estupefacientes, pero él ahora se portaba super bien: iba a la UCA, al psicólogo, trabajaba, llevaba a sus padres al médico. Chimo decía: 'Ya les he hecho bastante daño, ahora por los menos tengo que compensarles un poco. Estaba intentando llevar una vida normal'”.
Este domingo, a las ocho de la mañana, como acostumbraba Chimo a hacer en su renovada vida salió a caminar a la montaña antes de acudir a las doce del mediodía al restaurante de Jalón donde le habían llamado para echar una mano de extra. Pasadas las 13 horas comenzó a llenarse de clientes la terraza del local y la hostelera escuchó al camarero protagonizando una agria discusión móvil en mano.
“Estaba en la barra gritando: ‘¡Si queréis venir a por mí, aquí estoy!’. Parecía que le estaban amenazando porque les dijo: ‘¿Qué queréis? Si tenéis huevos venid aquí a por mí’. Yo le pregunte qué le pasaba, me pidió disculpas por el jaleo y salió al parking a terminar de hablar por teléfono”.
Esta mujer no puede quitarse de la cabeza la charla que ese domingo mantuvo con Chimo cuando regresó del aparcamiento al restaurante porque ese día fue la última vez que vio con vida a este camarero de carácter alegre y padre de una adolescente. “Le pregunté qué le pasaba”, indica la hostelera antes de reproducir aquella conversación para este diario.
—Hostelera: ¿Quieres irte? ¿Estás bien para servir a la gente?
—Chimo: No puedo más. Me están amenazando los amigos de mi ex porque quiere recoger su ropa.
—Hostelera: Merece la pena que vaya tu hermana o tu madre para que le devuelvan la ropa antes de que te metas tú en líos porque ya tienes un juicio pendiente.
—Chimo: Les he dicho que vengan mañana (lunes) a mi casa que yo estaré con mi madre y mi hermana para que le den la ropa. Si viene ella (Nadine) le dirán cuatro cosas porque le tienen ganas.
El domingo pasadas las seis y media de la tarde Chimo se marchó del restaurante hacia Llíber. “Su hermana me dijo que lo estaban esperando a que saliera del trabajo”. Nadine supuestamente se desplazó a reclamar sus pertenencias personales al mencionado pueblo alicantino acompañada de su amigo Juanfran: un hombre, de 48 años, que presuntamente le había dado cobijo en su casa de Albes de Benissa después de que se rompiera su relación con Chimo. La discusión telefónica se retomó primero en Llíber y luego acabó a balazos en la partida rural de Albes de Benissa.
Cuatro disparos
EL ESPAÑOL ha contactado con la hermana del fallecido, pero no ha querido pronunciarse sobre la investigación judicial. En Llíber, un pintoresco pueblecito de poco más de un millar de habitantes conocido en la provincia alicantina por sus viñedos y su Feria del Embutido, este homicidio ha caído como una losa entre sus vecinos. “Estoy muy afectado, no sé cómo una persona puede matar a otra, Chimo estaba tratando de rehacer su vida y ahora está donde está”, reflexiona un conocido de la víctima en conversación telefónica con este diario. “Ellos como pareja no estaban bien y lo dejaron”.
La mala relación de Nadine y Chimo es confirmada por el amigo íntimo de la víctima mortal que relata que Chimo mantuvo este domingo una acalorada disputa verbal con Nadine y Juanfran provocada supuestamente por la devolución de enseres personales de ella: “Ellos vinieron a Llíber, tuvieron una trifulca con Chimo y no les dio las cosas y se fueron. Después Chimo se fue a la casita de él (Juanfran), se saltó la valla y parece que entró allí, tuvieron una discusión, hubo una bofetada y le pegaron tres tiros”. Tal versión es similar a la que sostienen fuentes de la investigación que explican a este diario que el pasado domingo por la noche, la víctima, se presentó por iniciativa propia en Albes de Benissa en el inmueble propiedad de Juanfran y donde estaba alojada su expareja Nadine.
“La mujer (Nadine) estaba harta de su pareja, se marchó de su casa y se cobijó de manera temporal en casa de un amigo (Juanfran), la expareja (Chimo) fue a la casa de Benissa donde estaba ella y el amigo: se ve que se enzarzaron en una pelea sería y la cosa se complicó con un arma”, según resumen las mencionadas fuentes. De hecho, Juanfran supuestamente realizó cuatro disparos con una escopeta del calibre 22: uno se incrustó en el teléfono móvil de Chimo y los otros tres le alcanzaron de lleno en la pierna y en el estómago.
“La víctima salió por su propio pie de la casa de Benissa”. Pese a los plomazos recibidos se curó él mismo las heridas antes de optar por buscar asistencia médica. “Se marchó en su coche al Hospital de Denia, les dijo a los médicos que le dolía el estómago, pero no hizo referencia a los tres tiros, con lo que ni le examinaron”.
Esa primera visita al centro hospitalario se saldó con José Joaquín de vuelta a su casa con el alta médica. “Fue a por analgésicos”. Con el paso de las horas empeoraron las heridas que le causaron los disparos y pidió ayuda a uno de sus familiares confesando lo que había sucedido en la mencionada partira rural. “En su casa se puso peor, empezó a vomitar sangre y le dijo a su hermana quién le había disparado”.
Chimo ingresó de urgencia el martes, por segunda vez, en el Hospital de Denia aquejado de una grave infección por las heridas de arma. Horas después murió a pesar de los numerosos esfuerzos del personal sanitario. “Tenía una peritonitis que le provocó una sepsis”.
Fuerte operativo policial
El martes por la noche fueron movilizados agentes de la Brigada de Policía Judicial de Denia, del Grupo de Delincuencia Violenta de Alicante y del Grupo Operativo Especial de Seguridad, con el objetivo de tomar la casa de campo de Albes de Benissa donde se produjo el homicidio. La contundencia del operativo se debió, según la Policía Nacional, “dada la peligrosidad del investigado y la dificultad de la intervención ya que el autor podría disponer de escopetas de gran calibre y el arma de fuego con el que presuntamente habría producido los disparos”.
Finalmente, no hubo incidentes durante el arresto del propietario del inmueble, Juanfran, y de Nadine, expareja del fallecido. “El principal móvil del homicidio apunta a un tema sentimental”, explica un portavoz del Cuerpo Nacional. "No hay indicios de temas relacionados con ajustes de cuentas ni drogas a pesar de que la víctima tenía antecedentes por tráfico".
Este viernes fueron puestos a disposición judicial los dos arrestados. La Oficina de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana informó horas después de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Denia —en funciones de guardia— había acordado el ingreso en prisión provisional de Juanfran, español, de 48 años, como el supuesto autor material de los disparos, mientras que decretó la libertad provisional de Nadine, alemana de 35 años.
“Ambos quedan investigados en una causa abierta por delito de homicidio, sin perjuicio de ulterior calificación”, precisó la Oficina de Comunicación del TSJ. La investigación judicial deberá determinar las causas de la discusión y los motivos por los que se saldó a balazos cobrándose la vida de José Joaquín.