Madrid sí tiene playa... y es nudista: descubrimos los oasis naturistas (legales y prohibidos) de la capital
Una cala del Pantano de San Juan es el epicentro del nudismo madrileño. Hay otros tres puntos, pero el baño ya no está permitido
25 julio, 2021 01:44Dos coches parados a la entrada de un camino rural por los montes de San Martín de Valdeiglesias (Madrid). La entrada está cortada con una cadena y hemos llegado ahí por capricho de Google Maps. Es un paraje en mitad de la montaña. El otro coche está ocupado por dos chicas y un perro. Una de ellas me mira y pregunta:
- Imagino que estamos buscando todos el mismo sitio, ¿no?
- Supongo que sí. ¿Dónde queréis ir vosotras? - le replico.
Me mira y contestamos casi al unísono. Lo que sucede es que ella dice que "a Lancha del Yelmo" y yo le digo que "a la cala nudista de San Juan". Al oirme parecen escandalizarse.
- Uhhhh. No, no. Buscamos sitios diferentes. Pero oye... ¿una cala nudista en Madrid? ¿Tú estás seguro?
Madrid y sus calas
¿Quién dijo que Madrid no tenía playa? La cartografía, ok. Y el grupo Los Refrescos en su único hit. Pero igual yerran un poco. Porque Madrid, aunque cueste creer, tiene sus calas. Sus playas de interior. En ríos, pantanos y embalses. Zonas con arenales donde la gente se refresca y mitiga su lejanía con la costa. Madrid tiene playas y algunas son de tradición nudista.
Desde el Pantano de San Juan, en el sudoeste de la provincia, hasta Hoya Encavera, en el salvaje norte. Son cuatro los puntos de la geografía madrileña que están anotados en la agenda de cualquier nudista de interior: La Pedriza y Vado de las Carretas son los otros dos enclaves donde los naturistas se quitan la ropa y se bañan...
... si les dejan. O si logran burlar a los forestales. Porque de esos 4 puntos solamente hay uno en el que el baño está permitido por las autoridades. Es una pequeña cala en el Embalse de San Juan. Un lugar inhóspito y de difícil acceso (no lo intenten con niños, salvo que sean 4x4) al que cada día acuden nudistas curiosos. En los demás no es legal bañarse. Aunque muchos lo siguen haciendo.
EL ESPAÑOL se despelota y se moja. Después de haber visitado los destinos nudistas más inverosímiles, traemos aquí un reportaje de esos de verano: frescos para el lector, pero que suponen insolaciones, caídas y quemaduras severas a los reporteros que acudimos a cubrirlos.
Cala nudista del embalse de San Juan
Municipio: San Martín de Valdeiglesias
Distancia desde el centro de Madrid: 75 km
Dificultad de acceso: Alta (especialmente si eres pobre. Si tienes lancha, dificultad baja)
El embalse (o pantano) de San Juan tiene una superficie de 650 hectáreas y varias entradas. La que da acceso a la cala nudista es la más difícil de todas. Si no lo es, Google Maps pondrá de su parte señalando varios caminos que no conducen a ningún sitio, tal y como ilustra el arranque del reportaje.
Instrucciones para llegar: primero, en la carretera, hay que dar un volantazo en mitad de una cuesta abajo, ignorar a los conductores que te pitan por la temeraria maniobra y meterse en un camino rural. El Maps te irá dando caminos al azar, para entretener el paseo. La cobertura del móvil tampoco es muy buena, lo que le dará a la excursión más carácter de aventura.
Todos los caminos desembocan, inexorablemente, en una cadena cortando el paso a los vehículos. Ahí empieza la segunda pantalla: un camino rural por donde antes se podía entrar en coche y ahora hay que hacerlo andando. Aproximadamente una hora de caminata al sol de julio, sin sombra y por un empedrado con desniveles fascinantes. Los fumadores se deleitarán especialmente. No hagan como yo y échense una gorrita y crema.
Llega un momento que el GPS dice "por aquí". Esto es, "deja el camino y baja la montaña a tumba abierta, héroe". Porque estoy en un alto y el pantano está, por pura física, abajo. Así, toca dejar el camino y bajar una pendiente muy pronunciada entre arbustos. Es la última pantalla. No bajes por donde dice el Maps, que hay pinchos. La bajada, que no está muy clara, la tienes como 20 metros por detrás. Voy siguiendo las pisadas de los anteriores nudistas, como Hansel y Gretel con las migas de pan. Todo eso salpicado de divertidos resbalones.
Al llegar abajo (y erizárseme el vello al pensar en el infierno que será la subida), veo que la cala ya está señalizada: "Espacio Nudista 2021" pone uno de los carteles pintados a mano. Actualizado al año, como los vados municipales. Las vistas, eso sí, son magníficas. De fondo se ve la otra parte del pantano, con su puerto, su Club Náutico y sus bañistas textiles. Ahí sí que dejan entrar los coches cerca. Ahí sí parece disfrutar la gente.
La bajada se ha acabado y la playa ya está ahí: una calita de arena donde sólo hay hombres. Ocho conmigo. Pasan algunos mirones en lancha que hoy no tienen demasiado que rascar. El agua, aunque es verde (verde pantano), es lo suficientemente transparente para ver los enormes peces con los que voy a compartir baño. Creo que son carpas, pero no tengo ni idea de peces y podrían ser pirañas que me daría igual, porque llego deshidratado y me tiro. Los peces ni se inmutan. La temperatura del agua, muy buena.
La subida de vuelta es algo de no desearle a nadie. A nadie. Otra hora de pateo casi vertical hasta llegar al coche. Pero en mi familia nadie tiene lanchas y me toca regresar así. Me voy parando en alguna sombrita en mitad del monte a tomar aire. Me sobrevuelan aves de rapiña. "Ya están ahí los buitres, esperando a que me muera" pienso, entre trago y trago de agua caliente. Tampoco entiendo de pájaros.
Al culminar la montaña y volver al camino rural, reparo en que hay un aparcamiento. Está vacío desde que pusieron las cadenas. Al coche llego muerto. A 800 metros de la carretera hay un bar donde cobran los refrescos pequeños 2,50 eurazos y ahora entiendo por qué. La cala nudista está muy bien, pero por la logística igual te renta más irte a Gandía.
Vado de las Carretas
Municipio: Colmenar Viejo
Distancia desde el centro de Madrid: 45 km
Dificultad de acceso: Media (Si le haces caso a Google Maps, entre alta e improbable)
El Vado de las Carretas es uno de los puntos de paso habituales de los senderistas de Madrid. Se encuentra por debajo del Embalse de Santillana, a algo más de 40 minutos en coche desde el centro de Madrid y aquí no hay desniveles, es un terreno bastante llano. Promete ser más sencillo que lo del pantano, pero el Maps se empeña en complicarlo.
Para empezar, lo sitúa en la dirección "unnamed road" (carretera sin nombre). Muy mal comienzo. Me lleva a un camino de tierra por el que tampoco se puede acceder en coche. Me meto andando por donde me dice el GPS hasta que me señala un secarral. "Aquí está el agua", me indica. Ahí no hay agua
Pasen del Maps. A la Hoya se llega preguntando a los senderistas, que son los que se conocen el camino. Una pequeña poza del río Manzanares, muy profunda y con hierba y árboles que hacen sombra en el entorno. Uno de los lugares más frecuentados por los naturistas madrileños. Un espacio ideal para bañarse, si es que estuviera permitido. Como está prohibido y no hay nadie, ni vestido ni desnudo, me voy al siguiente destino.
Hoya Encavera
Municipio: Lozoya
Distancia desde el centro de Madrid: 99 km
Dificultad de acceso: Baja (Si no llevas 5 euros en metálico para pagarle al implacable aparcacohes municipal, dificultad extrema)
Hoya Encavera es el enclave nudista más alejado del centro de Madrid. Casi 100 kilómetros de trayecto para llegar a Lozoya. También es el destino nudista más accesible de los cuatro para llegar a pie. El problema viene justo antes de empezar esa caminata.
El aparcamiento, de tierra, es municipal. Lo custodia un paisano con gorra y un peto fluorescente. Está sentado en una mesa de bar y tiene un talonario de tickets en la mano. El parking está completamente vacío. Detengo el coche a la entrada y le explico al señor que soy periodista y que vengo a hacer un reportaje de la zona nudista. Me dice que vale, que son 5 euros. Le voy a pagar en tarjeta y me dice que en metálico. No llevo nada y me dice que qué mala suerte.
"Si es que voy a tirar sólo un par de fotos. Un minuto, jefe", le ruego. Me dice que en un minuto no se llega. Se lo pido por favor y me dice que ya, que por él sí, pero que si vienen los forestales qué. "Qué", le pregunto. Pues que te multarán, contesta impasible. "¿Los forestales multan por no pagar parking?". Él me contesta en silencio, medio asintiendo. "Pero hombre, si usted le dice que estoy tirando una foto...". No, no, si yo por mí sí, pero es que son 5 euros.
Además, concluye, no vas a ver a nadie. Ni vestido ni desnudo. Porque el baño está prohibido. Como en el resto de la Comunidad de Madrid. Son medidas contra la Covid-19, que se han renovado este año. Solamente es legal bañarse en el Pantano de San Juan. No obstante, la gente sigue yendo al río en Lozoya. El aparcamiento está habilitado y muchos de los que van allí a pasar el día, se bañan. También lo hacen algunos nudistas, que me chivan que ellos se siguen remojando si no les ven. De hecho, mucha gente lo hace y me lo recuerda el aparcacoches mientras me largo: "Ven en fin de semana y sí que verás a gente. Y tráete 5 euros".
La Pedriza
Municipio: Manzanares el Real
Distancia desde el centro de Madrid: 70 kms
Dificultad de acceso: Baja
La Pedriza es, técnicamente, un gran batolito granítico situado en la vertiente sur de la sierra de Guadarrama. En otras palabras, una enorme peña de un curioso aspecto (a los catalanes nos podría recordar a la montaña de Montserrat) en la que en los años 60 se rodaban westerns.
Está rodeada de arroyos, bosques, manantiales o charcas. En una de ellas se lleva practicando nudismo desde hace muchos años. Ha sido, para los naturistas, el enclave más popular de Madrid en la última época. Un acceso fácil y un entorno natural ideal, con pocos mirones (que es algo que se evalúa en las review de las páginas nudistas).
Aquí no hay anécdotas ni nada divertido que rescatar: un guarda a la entrada del parque que no me permite entrar porque aún no son las 6 de la tarde y recordándome, muy seco, que ahí "no se puede bañar nadie ni ahora ni nunca más. No es por el coronavirus, es de antes. Hace 6 años ya. Porque es un parque natural, un espacio protegido. Aquí no hay más baños", concluye y se da la vuelta.
Libertad
Hay nudistas en Madrid. Se estima que unos 300.000. Hemos querido actualizar la cifra intentado contactar durante toda la semana con AANUMA, (Asociación de Amigos del Nudismo en Madrid), la entidad de referencia en la comunidad, pero no hemos obtenido respuesta.
También hubiéramos querido preguntarles qué tal ven la situación del naturismo en Madrid. Antes había 4 playas y al menos 3 piscinas donde se podían desnudar. Ahora, entra la Covid, la protección de los parques y la clausura de las zonas nudistas en las piscinas de toda la provincia, la comunidad naturista está cada vez más arrinconada.
Madrid, aunque no lo parezca, tiene numerosas zonas de baño natural. Y el nudismo era una actividad al alza. Pero está en retroceso. La presidenta Ayuso prometía libertad. Pero al nudismo, que es la forma más libre de baño, lo tiene encorsetado. Nudismofobia, podría decir algún woke avispado. Y pedir subvenciones. Causas más raras se han pagado.