Los obscenos mensajes del presunto cura abusador de Getafe a su víctima: "Quiero cariño de mujer"
La denunciante, afincada en Cartagena, tiene unos SMS donde el párroco le pide "llegar a un acuerdo, sin necesidad de comparecer ante un juez".
22 noviembre, 2022 04:01De la Justicia ordinaria y no de la divina dependerá el determinar si pecó el padre Óscar, mintiendo durante su declaración en sede judicial, por un presunto delito de abusos sexuales sobre una mujer a la que alquiló una habitación de su piso en Getafe. EL ESPAÑOL ha accedido al testimonio que el religioso prestó en los juzgados y algunas afirmaciones que realiza a la magistrada chocan con el contenido de unos mensajes tórridos de WhatsApp que el cura envió a la propia víctima de este caso que ha levantado ampollas en la Iglesia Católica.
Este religioso acudió a declarar al Juzgado de Instrucción número 7 de Getafe, luciendo alzacuellos, a pesar de que en diciembre de 2021 fue suspendido del sacerdocio por la Diócesis de Toledo a la que pertenece, a raíz de la denuncia canónica que una feligresa le interpuso por abusos económicos y pastorales. Poco le importó tal sanción al padre Óscar porque se puso el hábito para testificar ante la juez y explicarle -como hombre de Dios- que desde que se instaló en la ciudad madrileña, cuando se jubiló a los 65 años, siempre ha alquilado una habitación de su piso entre miembros de la comunidad católica.
[El pecado del padre Óscar: alquilaba habitaciones a mujeres y después intentaba abusar de ellas]
"Esa casa es de alquiler y como no me llega la nómina, arrendo habitaciones: siempre he tenido a gente", según relata este cura jubilado, antes de afirmar en el juzgado que nunca aprovechó esa situación para satisfacer sus presuntos deseos libidinosos con su inquilina. "Siempre me he dedicado de manera prioritaria a ayudar a los pobres".
Para ofertar el cuarto que tenía libre en su pisito de Getafe, solía enviar un anuncio escueto a un par de chats de WhatsApp al que pertenecen jóvenes católicos: "Mandé mensajes a dos grupos de oración, diciendo que tenía una habitación en alquiler, y a Ainhoa le llegó la noticia. Le alquilé el cuarto y le dije que por el dinero no era problema".
En el inmueble se instaló Ainhoa [nombre falso de la víctima]. Esta sudamericana se trasladó desde el Campo de Cartagena hasta Madrid, con el objetivo de lograr su sueño de trabajar como productora de televisión y así regularizar sus papeles en España. Los supuestos abusos sexuales se produjeron cuando Ainhoa comenzó a ayudar al cura en los quehaceres diarios del inmueble. Así lo expone en su denuncia ante la Policía Nacional que motivó la apertura de diligencias judiciales: "Mientras cocinaba, me abrazaba por detrás y empezaba a sentirme incómoda".
Después, el religioso empezó supuestamente a abalanzarse sobre ella para darle besos, cuando estaban hablando a solas en el piso, o le cogía de la mano por el supermercado. La sensación de acoso en la víctima fue en aumento, hasta el punto de que le confesó al religioso que le gustaban las mujeres para tratar de calmarlo. Pero el padre Óscar niega categóricamente esos episodios: "En absoluto la he tocado, nunca le he dado besos y abrazos en la cocina [...]. Alguna vez hicimos la compra, pero nunca le di la mano: yo sabía que ella era lesbiana". De hecho, el cura afirma a la juez que tampoco le escribió mensajes a la inquilina con tono sexual ni a modo de coacción.
"Nos escribimos mensajes, pero nunca fueron mensajes acosadores. Tampoco es cierto que le escribiera por internet diciendo que me sentía atraído por su cuerpo, ni que tenía la necesidad de una mujer", tal y como subraya tajante el padre Óscar hasta en dos ocasiones. "No puedo tocar a ninguna mujer públicamente porque daría mal ejemplo, dada mi condición de sacerdote". Sin embargo, tales afirmaciones contrastan con el contenido de unos whatsapps que Ainhoa tiene grabados y que la jueza le ha solicitado que conserve por si son incorporados a la investigación judicial.
Esos mensajes se produjeron cuando esta mujer ya había regresado al Campo de Cartagena, después de que el cura la amenazase con llamar a la Policía Nacional si no abandonaba el piso, ya que necesitaba su habitación para acoger a una mujer peruana, con una hija, en situación de necesidad. Esta inmigrante se marchó de forma apresurada del inmueble, debido a que está sin papeles en el país y no quería toparse con las Fuerzas de Seguridad, de modo que se dejó varios libros, uno de ellos era su 'Biblia de la Iglesia en América'. En octubre de 2021, Ainhoa le escribió al padre Óscar para recuperar esa edición porque es católica practicante.
- Ainhoa: Hola. Me he dejado la biblia en su casa, necesito recuperarla.
- Padre Óscar: Creo que sí: te dejaste 2 o 3 libros. Cuando quieras quedamos, o vienes, o voy a donde tú me digas. Mejor vienes, tomamos un café, y me cuentas cómo te va […].
- Padre Óscar: Me acuerdo siempre de ti porque eres buena y guapa. Qué pena que no pudimos entendernos, pero yo estaba a gusto contigo. Siempre echas en falta la figura 'femenina', y tú la tienes en gran medida. Aunque tengas tu orientación muy respetable, tus rasgos externos son marcadamente 'femeninos' y con mucho atractivo.
- Padre Óscar: Tú podrías hacer muy feliz a un 'hombre'. Eres completa, en lo físico y en lo afectivo. Pero respeto de corazón y con sinceridad, tu 'orientación' [sexual].
- Padre Óscar: Tengo que reconocerte que me hizo algo de 'bien' el que decidieses irte, pues, alguna vez, te miraba como mujer, y me atraías bastante. Cuando vengas a por tu Biblia, tendré que controlarme, pues estoy necesitado del cariño de una mujer. Y debo respetarte al máximo. Yo nunca cruzo una 'línea' si no me lo permiten.
- Padre Óscar: Yo soy 'varón-varón', pero en el amor y la sexualidad, soy tan fino, dulce, y delicado, como una mujer.
- Padre Óscar: Disculpa mi 'atrevimiento', pero justo me coges en un momento 'débil'. Pero tú eres madura, no te escandalizas y prefieres mi 'sinceridad'.
- Padre Óscar: Como estoy oficialmente 'jubilado', tengo mucho tiempo 'libre'. Puedes venir cuando puedas y desees y a la mejor hora para ti: mañana, tarde o anochecer.
Ni que decir tiene que Ainhoa jamás subió a Madrid a por su Biblia, debido a que el tono subliminal de esos mensajes no tenía nada que ver con la espiritualidad que emanaba el primer WhatsApp que este religioso peruano le envió, cuando ella le dijo que pasaba por apreturas económicas y le interesaba quedarse el cuarto que alquilaba en su piso de Getafe. Prueba de ello es que el cura jubilado le dijo a la mujer que no le pagase nada por alojarse en su piso de Getafa y ella aceptó:
- Padre Óscar: "He pensado que no debes preocuparte en absoluto hasta que no tengas trabajo remunerado, a que me ayudes a pagar el alquiler mensual de la vivienda; ni 150 euros, ni nada. Hay cosas que tienen más valor que el dinero. Tú debes estar muy justa. Tus poquitos ahorros, úsalos para ti. Dios proveerá, ya que cada día oramos en 'plural' el Padre Nuestro. No nos debe faltar el pan de cada día, ni a ti, ni a mí. Para nada eres una simple 'inquilina'. Te siento más como amiga y 'hermana' en Cristo.
La delicada situación económica de Ainhoa la ha obligado a solicitar el Servicio de Justicia Gratuita del Colegio de Abogados de Murcia, con el objetivo de que le asignen un abogado sin coste para personarse como acusación particular en los juzgados de Getafe. Esta mujer pretende aportar a las diligencias judiciales, los whatsapps subidos de tono, así como otras conversaciones donde le pide al cura jubilado que no le escriba más porque se siente acosada ante el aluvión de mensajes que le está enviando, incluso misas grabadas, después de haberle denunciado por presuntos abusos sexuales.
De hecho, de la lectura de uno de estos SMS se desprende que el padre Óscar (Lima, 1952) le propone presuntamente a la denunciante llegar a un acuerdo para evitar la vía judicial.
- Padre Óscar: Dios te bendiga. Dios te guarde. Creo que el tiempo que estuviste en mi domicilio, acogida, nos tratamos con respeto mutuo. Ni yo te falté al respeto, ni tú me faltaste el respeto. Si hubiera alguna denuncia en contra de esto: o estás mal de la cabeza o no obras con rectitud [...].
- Padre Óscar: Soy capaz de no defenderme, en absoluto, pues el Señor dice: 'Dichosos cuando os persigan y calumnien por mi nombre'. Al final, todo concurre para mi santificación; y ahora, el Señor se sirve de ti, para purificarme, para humillarme, para liberarme, y unirme más a él [...].
- Padre Óscar: No sé de qué me denuncias, si solo me porté bien contigo desde que te alojaste en mi domicilio. Está claro que algo pretendes [...].
- Padre Óscar: Si persistes en tu denuncia, todos perdemos, porque nada bueno produce el odio y la venganza. Todo, menos la felicidad verdadera, la del alma, la felicidad de la Paz y el amor a Dios.
- Padre Óscar: Si te animas, quedamos un día y hablamos. Y si lo deseas, te vienes con un amigo o amiga para que te sientas más segura, por si no te fías de mí [...].
- Padre Óscar: Te animo a que des gracias a Dios por la temporadilla que estuviste en mi domicilio, compartiendo vivienda, oración y comida. Nos llevamos bien y a veces tuvimos tensiones, por incompatibilidad de caracteres. Y gracias por tu ayuda doméstica. Yo no te guardo rencor por nada. Tú tampoco deberías reaccionar mal conmigo, denunciándome sin fundamento.
- Ainhoa: De verdad, no me escriba más. Esto es un acoso. No quiero bloquearlo otra vez. No es necesario que me escriba.
- Padre Óscar: Lo siento, no pretendo acosarte. Solo busco aclaración. Podríamos vernos un día, por el metro en Sol, y llegar a un acuerdo, sin necesidad de comparecer ante un juez. Y vienes acompañada, por si te sientes más a gusto.
La víctima de este supuesto caso de abusos sexuales podría ampliar la denuncia contra el cura jubilado, para introducir el delito de acoso, en caso de que se le asigne un abogado del Servicio de Justicia Gratuita para ejercer una acusación particular. Todo ello, en base a que no solo guarda mensajes de WhatsApp, también tiene una conversación telefónica donde el padre Óscar llama a Ainhoa pidiéndole una explicación por denunciarle en la Comisaría de la Policía Nacional en Cartagena.
- Padre Óscar: Hola. ¿Cómo estás? ¿Cómo te va?
- Ainhoa: Bien, bien, padre. Dime. ¿Qué necesitas?
- Padre Óscar: ¿Te puedo hacer una pregunta? Por favor. Tengo aquí un documento que me ha llegado de un juzgado y la verdad es que no sé quién es la persona que me hace una demanda.
- Ainhoa: Ya, claro [con tono irónico].
- Padre Óscar: ¿Parece que a tu nombre me has hecho una denuncia?
- Ainhoa: Sí, pero yo eso no lo puedo hablar si no es con la Policía.
- Padre Óscar: Algo que te dije o que te escribí te incomodó y te has sentido ofendida. ¿Y por eso me has denunciado?
- Ainhoa: Sí, entre varias cosas.
- Padre Óscar: Pero no te hice más, ¿no?
- Ainhoa: Mira, yo creo que eso lo tenemos que hablar con la Policía. Contigo no tengo nada más que hablar. Las cosas que pasaron, pasaron.
- Padre Óscar: Yo solo te pido que pienses un poquito. Creo que aunque te dije que te fueras de mi casa, yo creo que te asistí cuando llegaste. En principio, hice una obra buena contigo. Entonces: ¿Pretendes hacerme daño? ¿Sacar algún interés? ¿Hacer Justicia?
- Ainhoa: No, ninguna de las anteriores. Yo lo único que quiero es que lo que a mí me pasó, no le ocurra a ninguna otra persona.
- Padre Óscar: ¿En mi casa te he hecho daño?
- Ainhoa: Eso no tengo que hablarlo contigo. Eso ya lo sabes tú.
- Padre Óscar: A lo mejor te habré mandado algún mensaje, quizás no fui delicado. ¿Por eso me denuncias?
- Ainhoa: Eso lo vamos a arreglar allí [en los juzgados].
- Padre Óscar: De acuerdo bonita. Yo te pido solamente que pienses el demandar a una persona que te tuvo varios días acogida. Primero, como persona y como sacerdote, me haces daño, porque me difamas [...].
El cura jubilado mantiene en sede judicial que la denuncia presentada por Ainhoa, obedece a roces que tuvieron durante el mes y medio que estuvieron conviviendo, al tiempo que niega con rotundidad los presuntos episodios de abusos sexuales. "Al principio, todo estaba bien, pero luego impuso su carácter dominante e imperativo: ella me daba lecciones de Dios", tal y como sostiene el religioso peruano, de 70 años.
"Yo insistía en que ella se fuera porque mantenía conversaciones religiosas que a mí me alteraban mucho, porque ella se creía que sabía más que yo".
El conocido abogado murciano Eduardo Muñoz Simó se encarga de llevar la defensa del padre Óscar y desmiente la veracidad de la versión de Ainhoa. "Tengo más información de los hechos que denuncia la víctima, a través de los medios de comunicación, que de las propias actuaciones judiciales", reflexiona el penalista, al tiempo que se muestra confiado "en demostrar la inocencia" de su cliente.
"De los únicos mensajes que tengo conocimiento son los facilitados por el padre Óscar, todos ellos de carácter espiritual y sin ningún tipo de insinuación sexual. Si hay otros, más allá de ahí no tengo conocimiento".