Davide Nahmias en la puerta de su hotel.

Davide Nahmias en la puerta de su hotel. Cedida

Reportajes

El drama de Davide, dueño del hotel más pequeño del mundo en El Hierro: "Quieren echarme"

El dueño del hotel más pequeño del mundo denuncia que vive una situación insoportable con sus vecinos, guardias civiles y políticos.

17 junio, 2024 01:27

"Pintan las marquesinas de las guaguas que cogen mis hijas para ir al colegio —"Davide, mafia, cabrón"—; me pintan el hotel —"Lárgate", "vete al diablo"—, que es un delito contra el patrimonio; y dos guardias civiles me paran y me dicen un día: 'Tienes que acostumbrarte a la idiosincrasia herreña'...". Estos hechos los narra Davide Nahmias al borde del colapso. Hace años que vive un infierno en la isla canaria de El Hierro: sus vecinos quieren que abandone el lugar, donde rige el hotel Puntagrande, el más pequeño del mundo.

Es la película As Bestas, de Sorogoyen, hecha realidad en Canarias, afirma este ciudadano italiano. "Estoy a punto de cerrar e irme a vivir a Gran Canaria. Estoy cansado", apunta Nahmias, que asegura haber recibido amenazas de todo tipo en conversación con EL ESPAÑOL.

Hace años que llegó al lugar junto a su mujer y sus tres hijas. Desde 2018 regenta el hotel Puntagrande, declarado Bien de Interés Cultural y situado en el muelle con su mismo nombre, en una especie de lengua de lava de la isla de El Hierro, en el municipio de Frontera.

Todo parecía ir bien para Davide hasta la llegada de la pandemia de la Covid-19. Un problema con unos pescadores habría sido el detonante del infierno que sufre. "Ellos venían, me dejaban el pescado y, a cambio, yo les invitaba a alguna copa. Eran amigos y cogieron familiaridad, hasta que un día suben al baño del restaurante, bajan y me dicen: te hemos dejado un regalo. Subo, veo una raya de cocaína, bajo y les digo que se marchen. Fue una ida de cabeza. Ahí empiezan los problemas, porque ven que no soy uno de ellos".

Ese episodio desata otros como los narrados en el primer párrafo. Davide denuncia indefensión, porque agentes de la Guardia Civil le dijeron que debía acostumbrarse "a la idiosincrasia herreña" cuando avisó de lo que ocurría.

Pintadas en la puerta de Davide Nahmias.

Pintadas en la puerta de Davide Nahmias. Cedida

Nuevas pintadas en las puertas de Davide Nahmias.

Nuevas pintadas en las puertas de Davide Nahmias. Cedida

Una lengua de lava

El hotel más pequeño del mundo está situado sobre una antigua lengua de lava. La entrada a este muelle es estrecha y cualquiera puede comprobar cómo el perímetro del hotel empieza en una zona donde las rocas comienzan a ganarle terreno al mar. La propiedad privada queda en el flanco izquierdo, el terreno público en el derecho. El hotel cuenta con una estructura de seis habitaciones y una terraza. A través de Google Maps, cualquiera puede visualizar claramente la situación.

La pelea por el territorio parece subyacer de fondo. A Davide los vecinos le reprochan haber cerrado la terraza de su restaurante e imposibilitar la entrada de los herreños en un lugar declarado Bien de Interés Cultural.

Él apunta que lo hizo después de descubrir que muchos utilizaban la terraza para pescar y, también, trapichear. "Muchos pescaban de noche y yo puse la cancela y dije que no, porque molestaban el descanso de mis huéspedes", apunta. "Ellos dicen que yo no les dejo disfrutar del muelle. No es verdad, cualquier herreño puede venir aquí y pagar el hotel".

Si no pagan, también pueden estar en el flanco derecho, donde existe otro problema.

Vista aérea del hotel de Puntagrande en el Hierro.

Vista aérea del hotel de Puntagrande en el Hierro.

Vista aérea del muelle de Puntagrande.

Vista aérea del muelle de Puntagrande. Google Earth

El lugar es pequeño y hay zonas en las que solo entra un coche. Tras su llegada al hotel más pequeño del mundo, Davide pidió al Ayuntamiento un informe sobre la idoneidad de que los vehículos accedieran a Puntagrande. Asegura que primero pusieron una señal de prohibido el paso. "La cortaron los vecinos y la tiraron al mar", apunta el italiano. Luego, otra cayó al agua: esta vez era de carga y descarga.

Los vehículos siguen accediendo de manera regular. Nahmias insiste en que ha llegado a decir a la policía que debían multar a un alemán que fue allí a pescar. Fue él quien recibió la multa, apunta, por desórdenes públicos. Su hotel sufrió, a posteriori, el lanzamiento de un bote de pintura.

Idiosincrasia herreña

Davide está desesperado. Tanto que dispara contra todos sin importarle nada, acusando de corruptos a los políticos herreños o de permitir la entrada de drogas a la isla por parte de la Guardia Civil. 

Cuando se le advierte de que las acusaciones vertidas sin pruebas son muy graves, que exponerlas públicamente sin pruebas es un delito, Davide dice que no le importa: "Que me denuncien. ¿Por qué no me denuncian? Que me denuncien. Ellos piensan que esto es Las Vegas: lo que pasa en El Hierro se queda en El Hierro".

Compara lo que le está ocurriendo con la mafia, pero "sin código de honor. Peor que los albaneses. Ahí si quieres entrar en su terreno entras y si no, no. La norma es que El Hierro es de los herreños y a todo el que no sea de allí se lo bajan".

Pintadas en la entrada del hotel más pequeño del mundo.

Pintadas en la entrada del hotel más pequeño del mundo. Cedida

Las críticas son muchas. Una de ellas va dedicada al primer edil de Frontera. "En la fiesta del Orgullo escupieron a una persona trans y salió el alcalde enfadado a decir que eso estaba mal. Qué diferencia hay entre escupir a un trans y pintarle las marquesinas a unas menores de edad", se queja esperando también una respuesta para sus niñas.

"Te sientes indefenso. Yo te digo que he escrito al rey, a todos los partidos políticos... El próximo año cierro, lo transformo en casa privada, lo alquilo a mis clientes de siempre, gano mi dinero y me voy a vivir a Gran Canaria", asegura.

Denuncias

"Yo tengo una denuncia por prevaricación al alcalde", dice Davide. "Nunca llegaba al juzgado, hasta que un día fui y la secretaria llamó a la Guardia Civil. ¿Dónde está la denuncia? Ellos le contestan: 'Manda al italiano al cuartel'".

Davide apunta que, cuando llegó, le dijeron: "Nosotros elegimos las denuncias que van al juzgado". Asegura que la misma llegó meses después al juzgado, tras interceder el ínclito coronel Tienda de la Guardia Civil. Apareció en una caja con otros papeles, cuenta Davide, en octubre de este pasado año.

Imagen de las marquesinas con pintadas contra Davide.

Imagen de las marquesinas con pintadas contra Davide. Cedida

Sin embargo, el empresario hotelero no es el único que denuncia. A él le han caído inspecciones de todo tipo en el hotel. "Menos mal que lo tengo todo en regla", dice aliviado. 

El episodio más desagradable ocurrió el pasado mes de agosto, durante la celebración de una boda en el hotel más pequeño del mundo. La entrada de los novios fue seguida por la de la Benemérita. Tres patrullas del Seprona de otra isla comienzan a hacer una inspección y a decir que el hotel no tiene licencia para las festividades.

Davide se altera y profiere incluso algún insulto a los agentes, por lo que termina denunciado y pagando una multa por desobediencia. A posteriori, hablando con otros agentes, le aseguran que la inspección debía hacerse con carácter previo y no el día del evento, lo que enfada aún más a Davide, que no entiende nada.

Solo con una pequeña búsqueda en internet se pueden encontrar quejas de los vecinos hacia Davide. Algunos de ellos se ofrecen incluso a mediar en el conflicto mientras le piden al italiano que cese una guerra en la que ha recibido pintadas en su negocio y el garaje de casa, insultos y hasta inspecciones en momentos complicados.

Davide asegura que también tiene muchos amigos herreños, pero está cansado. Quiere cerrar el hotel e irse a Gran Canarias.

EL ESPAÑOL contactó con el Ayuntamiento de La Frontera, que rechazó hacer declaraciones al respecto del conflicto en su localidad.

Una amputación

El pasado 15 de febrero se produjo el enésimo problema para Davide. La cacatúa de su empleada Elizabeth se escapó y cayó al mar. Para rescatarla se lanzó la mujer al agua, entrando en pánico y estando a punto de ahogarse. 

Davide se lanzó entonces al agua a rescatarla. Apunta que hubo pasividad por parte de la Guardia Civil, que esperó a los servicios de rescate.

Finalmente fue un helicóptero del GES (Grupo de Emergencias y Salvamento del Gobierno de Canarias) quien les rescató. Primero a ella. Uno de los miembros del equipo de rescate le puso un arnés para subirla. Sin embargo, en la subida, un cable metálico le seccionó un dedo (corazón) y le rompió otros de la mano izquierda (índice y anular).

Davide Nahmias en la puerta de su hotel.

Davide Nahmias en la puerta de su hotel. Cedida

Fueron trasladados al hospital de La Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife. Ella fue operada durante varias horas.

Davide no tuvo mayores problemas, salió por su propio pie. Se encontró entonces a los guardias civiles que habían estado en el lugar. Él les insultó y ellos le pusieron una multa por valor de 150 euros