Edurne y Lei, propietarios del restaurante Yuki + q Sushi, al lado de Julen.

Edurne y Lei, propietarios del restaurante Yuki + q Sushi, al lado de Julen. Cedida

Reportajes

El milagro de Julen: con un tuit ha puesto de moda un restaurante que "no llegaba a fin de mes"

Hace menos de dos semanas que el hijo de Edurne hizo un pedido en redes sociales que se viralizó y hoy están al máximo de trabajo.

11 septiembre, 2024 02:45

"Mis padres tienen un pequeño restaurante en Palma y este verano ha sido bastante flojete. Hoy sábado 31 de agosto no han hecho ni 20 euros de caja y me gustaría poder ayudarles a darse a conocer un poco más". Era el mensaje ayuda de Julen Collantes, que se viralizó en redes sociales.

Edurne y Lei son los propietarios del restaurante oriental Yuki + q Sushi ubicado en la calle Ramón y Cajal, en Palma de Mallorca, y su restaurante se ha salvado gracias a sus vecinos y gente de fuera que vieron el video y se han volcado al negocio. 

EL ESPAÑOL conversa con Julen, de 24 años, quien usa las redes sociales para subir contenidos relacionados con la gastronomía. La cuenta 'Cocina con Xino', tiene más de 88.000 seguidores en TikTok y casi 79.000 en Instagram. "Se puede crear una comunidad, para comunicarse y para apoyarse los unos a los otros".

"No pasó ni seis horas de aquella publicación, cuando empezó a desfilar mucha gente ese mismo día. Se llenó a la hora de la comida y luego por la tarde. También recibieron innúmeras llamadas de pedidos", cuenta emocionado el hijo de Edurne.

Edurne es de origen chino y fundó el pequeño restaurante hace diez años junto a Lei, padrastro de Julen. Ofrecen la opción de comer allí o recoger en el local. Entre los platos que preparan está el pato con mango, gyozas de lomo caseras, la sopa de udón y la gran variedad de sushi.

"Quiero agradecer todo el apoyo tanto por internet y a los vecinos que se han volcado al local. Ahora viene más gente. Algunos anteriormente pasaban por la puerta, veían el negocio, pero no entraban. Nos conocen más y es importante cuidar a tu comunidad y a tu barrio", manifiesta Julen.

Sus inicios

Edurne es de origen chino. A los 18 años vino a España. Siempre trabajó en el sector de la hostelería y la restauración. Con el tiempo conoció a un español, padre de Julen. Tiempo más tarde la relación llegaba a su fin.

Edurne en el interior de su restaurante Yuki + q Sushi en un día de trabajo.

Edurne en el interior de su restaurante Yuki + q Sushi en un día de trabajo. Cedida

Cuando Edurne conoció a Lei, su actual pareja, y decidieron mudarse a Palma de Mallorca para abrir su propio negocio en 1995. Primero fue una tienda de souvenirs, luego un restaurante que al poco tiempo cerró. Hasta que en 2014 fundaron Yuki + Q Sushi.

El nombre del restaurante es adoptado y adaptado al español. Realmente 'Yuki' es una palabra japonesa que significa 'Nieve'. Comercialmente ha venido funcionando muy bien. Solo Edurne y Lei se encargan del negocio, entre la cocina y la atención a los comensales.

Julen estudió dos años gastronomía en la Escuela de Hostelería de las Islas Baleares (EHIB). Terminó el Grado de Especialista en Servicios de Restauración y Cocina. Posteriormente un postgrado de Gestión de Restaurantes y Bares. 

Una tabla con variedad de sushi.

Una tabla con variedad de sushi. Cedida

Actualmente el hijo de Edurne trabaja como cocinero en otro restaurante y solo en casos puntuales apoya a sus padres. También es creador de contenidos relacionados a la gastronomía oriental.

Caída del negocio

Uno de los motivos principales de la caída del negocio de Edurne y Lei se debe a la subida de precios de la materia prima desde comienzos de 2024. La pareja siempre ha cuidado dar buena calidad de insumos a sus comensales.

"El alquiler del local también se incrementó", señala Julen. "Otro de los motivos es por el tipo de turista que viene a la isla últimamente. Ahora tienen un poder adquisitivo distinto y sus preferencias está en gastar en otras cosas y no necesariamente en comer".

No se han planteado cerrar pero si tuvieron un gran bajón. "Nos costaba llegar a fin de mes. A pesar de las circunstancias adversas, cuando trabajas en lo que te apasiona por vocación, sabes que van a venir tiempos buenos y malos. En dos días hicimos 1.500 euros", indica Julen.

Según datos de la patronal del sector, Hostelería de España, el 75% de los hosteleros reconocen que ha sido igual o peor que el del año pasado, y un 44,5% han percibido un descenso en las visitas a sus establecimientos.

El cambio en los turistas

Julen explica una problemática que se está suscitando relacionado a los dos tipos de turista: "El que viene al restaurante son familias, parejas, o mayores, que están encantados de abonar, se quedan contentos con el servicio, dejan propina incluso".

La otra vertiente de turista a la que se refiere el cocinero: "Son en su mayoría gente joven, la cual tiende a compartir mucho, hasta el punto de traer su propia bebida de otros establecimientos y no todos son educados. No me refiero a alguna comunidad o nacionalidad, va de la persona".

Uno de los platos que sirven en el restaurante Yuki + q Sushi, de Palma de Mallorca.

Uno de los platos que sirven en el restaurante Yuki + q Sushi, de Palma de Mallorca. Cedida

En el restaurante de Edurne y Lei, la media de gasto de un cliente suele rondar entre los 15 y 17 euros. Es una cocina casera donde prima los productos frescos de la región. Ellos lo sacan adelante con sus habilidades y su estilo.

Ahora descansan solo los martes, debido a la gran afluencia de comensales, por todo el efecto mediático que han tenido. 

La gestión en la hostelería

"Lo más difícil hoy en la hostelería es la gestión del personal. Al fin y al cabo, el empresario acaba pecando de no saber o no tener las herramientas para lidiar con humanos, porque no son máquinas, son personas", manifiesta Julen.

Otro de los aspectos es la complejidad de saber diferenciar y entender que las personas también tienen una vida fuera del trabajo. "Los colaboradores no están únicamente para desvivirse por el puesto", indica.

"He podido comprobar que las redes sociales no están únicamente para ser demonizadas o rechazadas completamente", explica Julen. "Lo importante es el uso adecuado que le podemos dar. Es posible crear una comunidad que puede servir de apoyo a los demás", dice Julen en conversación telefónica con este diario.