Los arrastreros, en jaque por el plan de la UE de reducir la pesca de 133 a 27 días: "Es el fin, importaremos de Marruecos"
- Entre el 9 y el 10 de diciembre se celebra en Bruselas el Consejo de Agricultura y Pesca para debatir una medida que pretende reducir hasta casi un 80% la actividad de la pesca de arrastre en favor de la sostenibilidad de las especies.
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Reducir los días en los que se permite practicar pesca de arrastre de los actuales 133 de media a tan sólo 27, limitar las toneladas de captura de gamba roja hasta 551 toneladas al año y establecer una talla mínima tanto para esta especie como para la cigala. Son tres de las medidas que la Comisión Europea pretende imponer en el Mediterráneo de cara a 2025 para "garantizar un futuro sostenible y rentable". Una decisión que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, Luis Planas, considera "inaceptable" y que ha causado una profunda conmoción en el sector pesquero litoral, que lo considera "una sentencia de muerte".
Mientras los ministros europeos se reúnen en Bruselas para delimitar, entre el lunes y el martes, el reparto de las capturas de pesca en aguas comunitarias, cientos de pescadores, patrones de cofradías y marineros han amarrado sus botes en señal de protesta y se han echado a las calles de Madrid para reclamar sus derechos y presionar para que la medida no salga adelante. Entre ellos se encuentra el patrón mayor de la cofradía de Vilanova i la Geltrú, Jaume Carnicer.
"La sorpresa ha sido enorme, porque durante los últimos cuatro años ya habíamos reducido un 40% la pesca de arrastre", denuncia Carnicer a EL ESPAÑOL. "Pasamos de unos 220-240 días al año a una media de 133. Esta nueva medida pretende reducir casi un 80% lo que puede trabajar un barco de pesca. Que me cuenten qué trabajador sobrevive con eso. ¿Acaso un eurodiputado llegaría a fin de mes trabajando 27 días al año?", se pregunta.
Los manifestantes que lo acompañan exigen la dimisión de la directora general de Asuntos Marítimos y Pesca de la Comisión Europea, la búlgara Charlina Vitcheva, cuyo equipo fue el impulsor de esta medida, y piden al nuevo comisario de Pesca y Océanos, el chipriota Costas Kadis, que apenas lleva un mes en posesión del cargo, que detenga la iniciativa de "inmediato".
"Esto parte del equipo del anterior comisariado", explica Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (CEPESCA) y presidente de Europeche. "Cuando eligieron a Kadis, supuso un cambio de perfil por su experiencia previa en Chipre. Va a estar siendo observado por toda la pesca europea, porque su decisión va a marcar su mandato. Por lo que nos ha dicho, está bastante fastidiado por encontrarse con este marrón. Ha lamentado tener que defender la propuesta, que no era suya. Es un regalo envenenado".
Minoría de bloqueo
"Nos dirigimos a usted con una mezcla de urgencia y desesperación", puede leerse en la carta que los pescadores le han remitido a Kadis y que el secretario de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, José Antonio Díez, ha leído esta mañana ante la sede de la Comisión Europea en Madrid, donde se han concentrado la mayoría de protestantes. "Es imperativo que tome medidas inmediatas para detener este plan que, de aprobarse, marcará el fin de un legado cultural, social y económico de incalculable valor".
España, Francia e Italia se han aliado para rechazar frontalmente la medida, pero necesitan un cuarto país para bloquearla, al menos hasta 2026. Es lo que se conoce como minoría de bloqueo. "Si finalmente consiguen ponerse de acuerdo los tres, necesitaríamos algún país más que nos apoyara. Así podríamos posponer la aplicación hasta 2026", continúa Javier Garat. "Esta mañana existía dicha minoría, pero ya nos ha pasado otras veces que se rompe porque uno de los países recibe algo que está buscando".
Si, finalmente, no existiese consenso, el mazazo golpearía a los pescadores en enero de 2025 y significaría la erradicación, prácticamente total, de al menos 550 barcos que componen la flota de arrastre en el litoral mediterráneo, así como la destrucción directa de 17.000 puestos de trabajo vinculados al sector.
"Es imposible sobrevivir con eso", considera el representante de CEPESCA. "Venimos de una flota que hace 5 años faenaba 200 días al año. Se redujo un 40% y se aprobaron mallas de red de una selectividad mayor para que las especies pequeñas escapen, entre otras muchas medidas. Ya se han hecho sacrificios y el sector está al límite".
Las medidas, aduce Jaume Carnicer, van a llevar a la destrucción de la pesca costera. "Olvidaos de que las cofradías puedan mantenerse. Es la muerte del sector. Todo el marisco fresco de proximidad va a desaparecer al instante. Después, las pescaderías de proximidad de los pueblos y los mercados públicos con sus lonjas. Dañará también a la restauración. En el Mediterráneo hay mucho restaurantes de alta gama que trabajan con productos excelentes. ¿De dónde los van a sacar?", se pregunta el marinero.
Cofradías, astilleros de mantenimiento, empresas auxiliares que prestan servicios a los arrastradores, los armadores de los barcos, los mayoristas que compran en las lonjas y hasta los productores de hielo podrían verse gravemente afectados. "Sería el fin del pescado fresco, que acabaría siendo sustituido por importaciones", augura Garat. "El 70 % de la media de la UE proviene de importaciones, aunque en España es menor. Al final acabaría entrando producto de China, de Marruecos, de Argelia, de Túnez o de Libia. Países que podrán pescar en el Mediterráneo sin verse sujetos a las normas comunitarias".
Recuperación de los mares
La propuesta de la Unión Europea para reducir la pesca de arrastre de 130 a 27 días forma parte del Plan Plurianual de Pesca en el Mediterráneo Occidental, adoptado en 2019 y en vigor desde enero de 2020. Con él se busca regular la pesca de fondo y lograr que en 2025 haya un rendimiento máximo sostenible (RMS) de varias especies amenazadas.
Pescadores como Carnicer aseguran que con las actuales reducciones ya aplicadas "los informes del CSIC marcaban una recuperación de los stocks bastante alta, y prácticamente dentro de los parámetros del rendimiento máximo sostenible". Las cofradías y asociaciones de pescadores, asegura, pensaban que iban a tener un poco más de pulmón tras estos cuatro años de sacrificio. "Nos la han metido doblada", se lamenta.
"Hemos estado al lado del CSIC, los hemos acompañado a sus pruebas de campo, así que no sabemos de dónde ha sacado las conclusiones en la Unión Europea, porque todo iba mejor", señala el patrón mayor de la cofradía, que recuerda que, respecto a 2021, han mejorado algunas de las poblaciones que estaban especialmente dañadas, como las de la cigala o las del salmonete.
"¿Dónde está la transparencia? ¿Y los informes técnicos? ¿Acaso todos los problemas del Mediterráneo son culpa nuestra? Nuestras cofradías no paran de sacar basura de los mares. Cada vez hay más plásticos, hasta un punto que llega a ser obsceno. ¿Y el problema de que se deterioren es del pescador? ¡Somos los únicos que cuidamos nuestro medio! ¡Es nuestro hogar!".
El RMS, asegura Garat, ha sido puesto en entredicho por los científicos, que desde un primer momento aseguraban que era poco realista que en cinco años se consiguiera una recuperación de ciertas especies que requieren de un poco más de tiempo para experimentar mejoras en su reproducción, como la merluza.
"El problema es que el RMS no ha tenido en cuenta los impactos socioeconómicos y muchos de los datos no reflejan la realidad, sino que retratan la que había hace 1 o 2 años. La situación es mejor de la que se está diciendo", afirma el representante de CEPESCA y Europeche. "Por eso le pedimos al nuevo comisario que coja este año para analizar la situación a fondo y nos dé un respiro hasta 2026".
De lo contrario, lo único que pide a la CE es que sea "flexible" y proponga medidas alternativas para paliar un golpe que se prevé devastador para la economía pesquera del Mediterráneo. "Que compensen los días de pesca con medidas selectivas de artes, vedas; que se pongan puertas voladoras, que se exploren medidas similares que permitan compensar con días el hecho de añadir mejoras en los procesos y trabajos".
Para Carnicer eso no es suficiente. Cualquier empeoramiento de la vida de unos pescadores ya asfixiados implica "la rebelión". "Todas las familias tendremos que seguir viviendo de algo. No nos valen las reducciones ni las medias tintas. No nos sirve que hoy nos amenacen con una reducción del 80% para que mañana digan digan que ceden y que va a ser un porcentaje menor. Un día menos de trabajo al año ya es inaguantable. No lo vamos a aceptar. Esta medida nos hunde como trabajadores y empresarios. Basta ya de dañar la agricultura y la pesca".