Hollywood lleva años instalado en la pereza. El riesgo y lo novedoso son algo cada vez más difícil de encontrar en la meca del cine. ¿Si algo funciona, por qué no seguir explotándolo? Eso es lo que parece que piensan los grandes empresarios que deciden qué películas se ruedan y cuáles no. Esa búsqueda de rentabilidad inmediata ha llevado a que los estudios sólo produzcan filmes de superhéroes, remakes y secuelas. Mientras los primeros reinan con cada estreno, las continuaciones han acabado este año con la paciencia del espectador. Segundas, terceras y cuartas partes de sagas interminables que muchas veces llegan tarde y mal.
Hasta ahora la fórmula funcionaba. Sacar rápidamente la secuela te aseguraba un resultado, al menos, igual de bueno que el anterior. Si la película caló en el público incluso se mejoran los resultados, como el caso de la secuela de Dando la nota que triplicó los datos de la original. Pero este año algo ha pasado, la gente ha dicho 'Basta'. Ya no quieren que se les tome por tontos. Al dicho que dice que segundas partes nunca fueron buenas, habría que añadir que tampoco exitosas. Las continuaciones hollywoodienses se han ido estrellando una a una en la taquilla de EEUU, pero también en la española.
La última en probar suerte ha sido Independence Day: contraataque, segunda parte del pelotazo de hace 20 años. Los alienígenas vuelven a la tierra y también su reparto (menos Will Smith). A nuestras salas ha llegado este fin de semana, al otro lado del charco no pudo ni conseguir la primera posición de las más vistas. Cedió ante Buscando a Dory que en su segundo asalto dejaba en ridículo a sus contrincantes. La película de Roland Emmerich abrió con 41 millones de dólares, menos de los 50 que hizo la primera parte (una cantidad que no está ajustada a la inflación) y un dato escasísimo para un presupuesto de 165 millones. Independence Day llegó a los 300 millones sólo en EEUU, su secuela tendrá suerte si pasa de los 100.
Las siguientes en la lista son Las tortugas ninja, que hace dos veranos reiniciaron la franquicia con Michael Bay (Transformers) como productor. La jugada fue un éxito y rozaron los 200 millones. La secuela estaba asegurada, con más presupuesto llegó con todo a favor para arrasar y se tuvo que conformar con 35 millones de dólares, casi la mitad que la primera en su inicio en salas. Un fracaso que hará que tenga que sudar para superar esos cien millones que marcan la separación entre éxito y fracaso. Aquí hemos tratado peor a las tortugas mutantes. Han recaudado de primeras 534.745 euros, apenas 1.130€ por sala, un dato pésimo y un descenso de más del 50% respecto al título original.
No se salva ni Disney
Hasta las productoras y distribuidoras que parecían infalibles han mordido el polvo. Que se lo digan a Disney, que si con Buscando a Dory ha marcado la excepción, con Alicia a través del espejo se ha marcado uno de los grandes batacazos del año. En EEUU su recaudación el primer fin de semana fue de 26,8 millones de dólares. Hace seis años Alicia en el país de las maravillas amasaba 116, casi cinco veces más. Esta tónica se repetía en España, donde hace un mes la secuela llegaba a los 1,25 millones de euros en 688 pantallas, es decir menos de 2.000 euros por cada una de ellas. En 2010 la original hacía 7,3 millones y más de un millón de espectadores en su primer combate. Seis veces más. Alicia es una de las pocas películas que han superado a nivel mundial los 1.000 millones de dólares. Habrá que esperar para ver si su continuación llega a los 300. Desde Disney deben estar tirándose de los pelos por haber dejado escapar una franquicia tan jugosa.
Tampoco los superhéroes han escapado a la maldición de la secuela. Mientras Capitán América ha arrasado y superado a la anterior entrega, los mutantes de X-Men han reculado. En EEUU han pasado de los 90 millones del primer fin de semana de Días del futuro pasado a los 65 de Apocalipsis, un buen resultado pero lejos de otras adaptaciones comiqueras. En España hemos demostrado estar aún más hartos de ellos, y su debut de 1,66 millones de euros supuso el peor dato para toda la saga, un promedio por sala nefasto y un dato similar al que tuvo otro de los fracasos del año pasado, el reboot de Los cuatro fantásticos.
Lo mismo ocurrió con la secuela de Blancanieves y la leyenda del cazador, que de los 3,18 millones de euros de la primera parte pasó a los 1,24 de la segunda, a pesar de contar con las incorporaciones de estrellas como Emily Blunt y Jessica Chastain. Estos datos han puesto la alarma en Hollywood, que está revisando sus próximos proyectos en los que había más de 160 secuelas. El responsable de mercado doméstico de Fox, Chris Aronson, explicaba a Hollywood Reporter que esto se debe a que cada vez hay más y mejores productos entre los que elegir. “El consumidor está constantemente bombardeado por títulos de gran calidad, da igual que sea en el cine, en streaming, en cable o en televisión en abierto. Los cinéfilos ya no son tan tolerantes”, decía al medio.
El consumidor está constantemente bombardeado por títulos de gran calidad, da igual que sea en el cine, en streaming, en cable o en televisión en abierto. Los cinéfilos ya no son tan tolerantes
Una opinión que compartía Rob Moore, viecepresidente de Paramount, que explicaba a esta misma publicación que aunque “las franquicias te dan una ventaja” el público les está pidiendo algo más. “Nos están retando para que nos aseguremos de que las historias que ofrecemos sean únicas y diferentes cada vez”, opinaba. El guante está en el lado de las productoras, que han recibido un rapapolvo de los espectadores esperando que algo cambie en el aburrido Hollywood.