Las cinco esculturas más originales de las rotondas de Vigo

Las cinco esculturas más "originales" de las rotondas de Vigo

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Las cinco esculturas más "originales" de las rotondas de Vigo

En Treintayseis repasamos aquellas que, a pesar de no ser las que los vigueses o visitantes tienen como referencia, tienen ese "algo" especial que las hace únicas

11 junio, 2022 06:00

Algo tienen las rotondas que llaman la atención de todos, especialmente de los políticos. Normalmente, todo radica en la obra o escultura que se sitúe en el centro de ella, para que no sea un solo elemento de distribución de tráfico, sino que se aproveche el espacio sobre el que gira la circunferencia para localizar ahí un "algo" que le dé cierta personalidad.

A veces los artistas y otras veces los gobiernos locales deciden plantar sobre el eje, ajardinado o lleno de agua, un elemento que sirva de símbolo, o de punto de referencia para ubicarse dentro de la ciudad.

La primera glorieta en España se construyó en Palmanova (Mallorca) en 1976, y a partir de finales de los años 90, todos los ayuntamientos optaron por el "pon una rotonda en tu vida". Al margen de que, aseguran, seguimos sin saber "coger" bien una, lo cierto es que se han multiplicado en las ciudades, y Vigo no es una excepción. Quizás ahí esta el quid de la cuestión: había que aprovechar tanto espacio que quedaba vacío.

Siempre rodeadas de polémica

En la ciudad, hay varios monumentos instalados en glorietas que se han convertido en referencia y casi todos han sido objeto de polémica: la fuente de los caballos de plaza de España o la Puerta del Atlántico de la plaza de América, o elementos como el Alfageme en la rotonda del Alcampo, la pantalla LED en Rosalía de Castro o la Paellera.

Pero hay muchas otras, muchas que pasan más desapercibidas, bien por el tiempo que llevan instaladas, bien porque en su momento no tuvieron tanto tirón mediático. Pero lo cierto es que hay varias que se pueden de calificar, al menos, como "originales". En Treintayseis hemos seleccionado cinco que tienen ese "algo" especial.

Pentaedro

Enfrente del tanatorio Emorvisa, al lado del cementerio de Pereiró, en la Avenida de Castrelos, se encuentra el Pentaedro. Obra de José Sobrado Balboa, se instaló en 1984, y aunque en su origen era de color amarillo, hoy luce los colores de la bandera de Vigo: rojo y blanco.

Esta figura geométrica se trata de un homenaje a Galicia y, a pesar de su nombre, que se refiere a la de cinco caras, dispone de doce, es decir, un dodecaedro. Eso sí, está formado por otros tantos pentaedros y, seguramente de ahí, el nombre.

Ventos do mar

En 2007, se instaló la escultura Ventos do mar en la rotonda entre la calle Aragón y la Travesía de Vigo, a pocos metros del centro comercial. El artista José María Barreiro la ofreció de manera gratuita al gobierno de Corina Porro durante tres años y, tras finalizar esa cesión, se pagaron 100.000 euros estipulados por el autor como valor de la obra.

Se trata de una figura de algo más de nueve metros de altura en acero naval con varios colores que hace referencia a la música y el sonido.

Como chove miudiño

Siete años después, el mismo artista, conocido como Forcarei y discípulo de Laxeiro, creó una nueva obra llamada Como chove miudiño y que se emplazó en una de las rotondas de Rosalía de Castro.

Muy similar a su anterior pieza y situada en la unión de Canceleiro con Rosalía de Castro, se trata de un homenaje a la escritora gallega y una celebración de la naturaleza, representando una gota de lluvia y que toma su nombre de un poema de Rosalía.

Monumento del Bicentenario

El 27 de octubre de 2010, y con motivo de los 200 años que cumplía Vigo con el título de "ciudad" tras la Reconquista, se inauguró en la rotonda entre la Avenida de las Camelias y la calle Venezuela, enfrente del Concello, el Monumento del Bicentenario.

Esta obra de Silverio Rivas, de acero y de cinco metros de alto y dos toneladas y media de peso, representa la simbiosis entre la torre y el olivo, símbolos del escudo de la ciudad. Cada hoja de este olivo, representa las parroquias del municipio y a modo de corona, en lo alto del árbol, se representa el mapa de Vigo.

Paraboloide

En Cánovas del Castillo, a pocos metros del Centro Comercial A Laxe, se encuentra el Paraboloide, una escultura que cedió al Puerto el Rotary Club de Vigo y que representa a gran escala, con seis metros de alto por cuatro de ancho, la figura con la que el club agasaja cada año al Premio de Excelencia y que diseñó Rafael Llano de la Concha.

Esta obra, que sustituyó a las anclas que reinaban en ese mismo lugar, generó polémica no por el diseño en sí, sino por el origen, ya que se vincula al Rotary Club con la masonería, algo que ellos siempre han desmentido. Lo cierto es que en la escultura se realizaron dos pintadas con la palabra "Masones" a modo de protesta, como se puede apreciar en la imagen.

Ya sean rotondas o la nueva fórmula de tráfico y también famosa en la ciudad olívica, las turbo rotondas, llegarán nuevos elementos con nuevas esculturas a Vigo. Quizás no se conviertan en símbolos tan relevantes para la urbe como el Dinoseto, que inició su camino en una rotonda viguesa, pero seguro que darán de qué hablar.