Un cementerio gallego, entre los más bonitos de España
El cementerio de Os Eidos, en Redondela (Pontevedra) está considerado a día de hoy cementerio histórico por la Deputación de Pontevedra y aspira a entrar en la lista de cementerios singulares de Europa
7 septiembre, 2022 10:35Tras un par de años de parón por la pandemia, la revista Adiós Cultural retoma su tradicional Concurso de Cementerios de España y convoca la VII edición. Tendrá cinco categorías en las que se premiará al mejor cementerio, mejor iniciativa medioambiental, mejor monumento, mejor actividad pública realizada en el cementerio y al cementerio más bonito, este último por votación popular.
El valor de los premios totales asciende a 5.000 euros y el objetivo fundamental es impulsar a los cementerios como recurso artístico, patrimonial y turístico.
Entre los nominados de este año se encuentra el cementerio de Os Eidos, en Redondela (Pontevedra). Recientemente rehabilitado, está considerado a día de hoy cementerio histórico por la Deputación de Pontevedra y aspira a entrar en la lista de cementerios singulares de Europa.
Cementerio romántico del siglo XIX
En la época de su construcción, en el siglo XIX, Redondela vivía una edad de oro por el comercio internacional y la creación de empresas, sobre todo las dedicadas a la conserva y al tratamiento del pescado. Os Eidos, construído alrededor de 1830, alberga en su interior parte de la historia de la ciudad, oculta tras los nombres de las personas que aquí yacen, algunas trasladadas del cementerio que estaba en el atrio de la iglesia de Santiago y del que ya no quedan restos.
El lugar escogido para su ubicación estaba en la zona de Os Eidos (de ahí el nombre), más concretamente donde se encontraba el hospital de pobres y peregrinos, cerca del Campo das Redes y extramuros de la ciudad, un lugar donde se venía celebrando el mercado todos los primeros de mes desde 1752.
Los panteones y mausoleos, hechos con intención de perpetuar la memoria de los difuntos, pronto se distinguieron en Os Eidos por un gusto burgués y libre, lo que permite la individualización de cada familia a través de propuestas eclécticas que diseñaban los arquitectos que por fin podían dar rienda suelta a su creatividad y que tan bien plasmaron posteriormente los canteros locales que llevaron las obras a cabo, obras que a día de hoy siguen causando fascinación a quien las contempla.