Los castillos recuerdan guerras, asedios y gestas medievales. Y antiguas formas de vida que se pierden en los siglos, entre nombres de reyes y aventuras de nobles y plebeyos. Construcciones robustas e inmensas capaces de desatar la imaginación de niños y mayores. España es tierra de castillos y no solo en Castilla.
Cuenca, Segovia, Jaén o Huesca conservan algunos de los castillos milenarios más espectaculares y visitados de la península. Son algunas de las cerca de 20.000 fortalezas localizadas en España.
El castillo románico mejor conservado de Europa
Su imponente silueta se alza en la Sierra de Loarre, en Huesca. El Castillo de Loarre es un magnífico ejemplo de la arquitectura civil y militar del siglo XI. Una fortaleza impresionante levantada sobre la roca, a mil metros de altura, desde la que se domina toda la llanura de la Hoya de Huesca. Fue construido por orden del rey Sancho III para dirigir los avances contra los musulmanes.
También ha sido escenario de películas como El reino de los cielos de Ridley Scott. Un complejo medieval amurallado, con edificio real, torreón de la reina, capilla, patio de armas, torre del homenaje y monasterio. San Pedro de Loarre conserva 82 hermosos capiteles, joyas del románico más simbólico, en los que se observan hombres apresados por fieras, grifos (mitad león y mitad águila), leones o sirenas, y arcos decorados con ajedrezado jaqués. El ábside del templo impresiona también desde el exterior, donde aparece como una torre semicircular, e inexpugnable, de la misma fortaleza. A espaldas del castillo se encuentran los Pirineos y el principal centro turístico del Pirineo Aragonés, Jaca.
Jaén y su gran fortaleza musulmana
El castillo medieval de Baños de la Encina, conocido como el Castillo de Burgalimar (Bury al-Hamma), fue edificado en el siglo X, en los tiempos del Califato de Córdoba. El magnífico conjunto defensivo se alza en el Cerro del Cueto, al norte del espectacular paisaje de Sierra Morena. Su situación estratégica, en el valle del Guadalquivir, lo convirtieron en objetivo militar de cristianos y musulmanes durante la Edad Media, pasando de unas manos a otras en diferentes ocasiones.
El castillo está rodeado por una gran muralla con 14 torres de defensa, además de la torre del homenaje construida por los cristianos. En el siglo XIII formó parte de la Corona de Castilla y se contaba entre las posesiones de la Orden de Santiago. También es conocido como el castillo de los siete reyes porque, aunque de manera efímera, lo habitaron desde Alfonso VII hasta Fernando el Católico.
El castillo segoviano de los cuentos de hadas
Se dice que fue castro romano y, después, fortaleza hispano-árabe. Pero, la historia cuenta que en el siglo XII, ya reconquistada Segovia, se levantó un castillo, y residencia real fortificada, conocido como El Alcázar (del árabe Alqasr). Durante la Edad Media todos los reyes de León, luego Castilla y después de Castilla y León, vivieron temporadas en este castillo.
La Torre del Homenaje actual, levantada por el padre de Isabel La Católica (Juan II) y la reconstrucción de la fortaleza se realizan a comienzos del siglo XV, aunque los cambios han continuado a lo largo de seis siglos más. La torre del homenaje ofrece las mejores vistas de la ciudad, del acueducto y la catedral. Fue prisión de nobles y sede de la Real Colegio de Artillería desde el siglo XVIII.
En el interior del Palacio Viejo, los salones y estancias están decorados en estilo mudéjar y gótico isabelino. La magnífica Sala de la Chimenea conserva la decoración mudéjar original y un espléndido mobiliario del siglo XVI. En la Sala de la Galera sorprende el maravilloso artesonado del techo, en forma de barco invertido, pero también la impresionante pintura que representa la coronación de Isabel la Católica. La leyenda más moderna cuenta que el Alcázar sirvió de inspiración a Walt Disney, que lo fusionó con un castillo bávaro, para el diseño de Disneyland.
Un castillo con recreaciones históricas
De estilo gótico-mudéjar, el Castillo de Belmonte se alza sobre el Cerro de San Cristóbal, en Cuenca. Fue construido en el siglo XV, sobre una fortaleza anterior, por el primer marqués de Villena, Juan Pacheco, uno de los nobles más influyentes de la época. La muralla exterior se une a la que se extiende hasta la villa de Belmonte. El interior luce lujosas techumbres mudéjares, en sus estancias y galerías, y mobiliario del siglo XV y del XIX.
La magnífica escalera principal, del interior, está realizada en madera y, al subir, resulta imposible no fijarse en la decoración del techo con estrellas mudéjares y figuras geométricas sobre un llamativo fondo rojizo. El castillo fue heredado por Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III. Ella se encargó de las reformas que dotaron al palacio de elegantes aires franceses en el despacho de la emperatriz, los hermosos salones o los dormitorios y sus camas con dosel.
El castillo, de propiedad privada, ha sido restaurado y reconvertido en museo. Incluso se han reconstruido 40 máquinas medievales de asedio. Las estancias de la hermosa fortaleza acogen celebraciones, torneos medievales internacionales y recreaciones históricas, en las que los visitantes conocen la historia a través de artesanos, guerreros, campesinos y personajes históricos del castillo.
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