
Los hermanos Pedro y Felipe.
Pedro y Felipe, los hermanos que cierran su bar tras 45 años en Zaragoza: "Es un hueco que nunca se va a llenar"
Los hermanos Pradas bajan la persiana del bar La Bodega del General tras más de cuatro décadas de recuerdos.
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Tras toda una vida ligados a las paredes de su bar, llega la hora de decir adiós. Las despedidas y cerrar etapas son momentos difíciles para muchos, y no es diferente en el caso de Pedro y Felipe Pradas, dos hermanos que cierran su bar tras 45 años dedicados a este.
El bar La Bodega del General se ubica en la zona universitaria de Zaragoza (calle de Catania, 5). Allí se respira autenticidad y sabores de toda la vida, incluso con embutidos colgando en la pared. Este mítico lugar, pequeño pero acogedor, pone ahora punto y final a su trayectoria en la capital aragonesa y el pasado martes 4 de febrero de 2025 ya no abrirá al público.
Aunque seguirían más tiempo regentando el local, saben que ha llegado el momento de la jubilación. Felipe va a cumplir 65 años, mientras su hermano Pedro ya tiene 73 años y entiende que “no se puede seguir” y les toca descansar.
Sin duda, los recuerdos que guardan son muy especiales y es con lo que se quedan de todos estos años. Y es que 45 años de historia dan para mucho, todos ellos sin perder su esencia. “Tenemos muy buenos recuerdos. Es muy mal oficio, pero hemos vivido por y para el bar, y ha tenido sus frutos. Ahora estamos ya cansados”, manifestaba uno de los dueños.
Además, Felipe se mostraba muy agradecido a la clientela, aunque aseguraba entre risas que están siendo días de mucho agobio. “Tenemos una clientela espectacular, está respondiendo”, señalaba en su último día de trabajo.

Imagen del interior del bar. E.E.
Los clientes
Desde el otro lado, uno de los clientes presentes en el bar, Jesús Naval, alcalde de La Puebla de Albortón y usuario habitual en La Bodega del General, confiesa que es el “bar más auténtico de Zaragoza”, conocido en la ciudad por su patata asada.
El cariño de Jesús es el sentir de todos los clientes que pasan habitualmente por el establecimiento. “Todo pasa, pero va a ser un hueco que nunca se va a llenar”, admitía con nostalgia.
“El tiempo pasa factura. A ellos les gustaría seguir, pero todo el mundo tiene que decir un hasta luego. Eso no quiere decir que se vayan del bar, van a seguir dando vueltas por ahí”, relataba el alcalde de la localidad zaragozana.
Por último, el pequeño de los propietarios contaba que hay candidatos para hacerse con el bar, pero no hay nada cerrado por ahora.