Opinión

La generación que no vivió: sólo aparentó que vivía

Redes sociales en un móvil.

Redes sociales en un móvil.

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Seremos recordados como la generación que no vivió, sino que sólo aparentó que vivía, si la inteligencia artificial no acaba con el mundo antes.

Las redes sociales son la gran madre de todos los engaños, de todos los paripés habidos y por haber. En Facebook todos somos guapos, siempre estamos de vacaciones y ¡cómo hacemos gala de las efemérides impuestas por otros! El día de no sé qué y el día de no sé cuánto, cuando el día de los enamorados o de tu madre puede ser cualquiera. Y de escoger uno, escoge el de su nacimiento, que es sólo de ella, o escoge el día de vuestra boda, o de cuando empezó el noviazgo, que es sólo vuestro. Y aparte de poner palabras tan bonitas y elegoisas, ve a verla, que es lo que ella quiere y es lo más provechoso.

Qué pena de gente que vive y aparenta su vida según el Facebook. Si uno se fijara en el Facebook diríamos que vivimos una época dorada y muy próspera, de las más solidarias y altruistas de la historia. Pero es mentira, la gente sigue muriendo de hambre el mundo, sigue habiendo guerras y si miramos más cerca, ni nos fijamos en el vagabundo, ni estamos ahí para ese amigo que nos necesita. Si algo han hecho las redes sociales es aumentar el individualismo egoísta, dividirnos. Aumentando la competencia y las envidias, haciéndonos creer que el de enfrente es mejor que nosotros y tiene una vida más feliz. Bajandonos el autoestima y haciendo que cuando tengamos ese instante corto de vacaciones pongamos esa foto de la cascada que no disfrutamos porque estamos con el móvil. O ese concierto que ni estamos escuchando porque estamos pendiente del encuadre.

Porque hemos llegado a un punto que preferimos impresionar a emocionarnos con la vida.