“Calderote”, primera guerra carlista por Ferrer Dalmau.

“Calderote”, primera guerra carlista por Ferrer Dalmau. Wikipedia Commons

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¿Otra guerra civil absurda?

Sergio Vilalta
Publicada

La muerte de Fernando VII desató una desavenencia sucesoria, el rey antes de morir derogó la ley sálica la cual otorgaba un papel preponderante al varón en la sucesión del trono, lo que permitía a su hija Isabel II ser reina de España.

Poco después del fallecimiento de Fernando VII viejos voluntarios destinados a proteger las ideas absolutistas proclamaron en Talavera de la Reina al infante don Carlos como rey legítimo de España.

Así España se dividió entre carlistas e Isabelinos. Los partidarios de don Carlos eran partidarios también de volver a las instituciones del Antiguo Régimen, eran la oposición al liberalismo, tradicionalistas y absolutistas. "Dios, patria y rey" era su lema. Por otro lado los Isabelinos eran partidarios de un liberalismo moderado.

A partir de aquí comienza una guerra en España que durará siete años. La Primera Guerra Carlista (1833-1840).

Uno de los principales problemas del carlismo en aquel momento es que apenas tuvo apoyo de la alta nobleza ya que se podría decir que la nobleza fue quién más ganó con el fin del Antiguo Régimen.

El movimiento carlista tuvo fuerza especialmente en el País Vasco, Navarra, Castilla la Vieja, la Rioja, norte de Cataluña y Maestrazgo, se mantuvo en el norte de España con instituciones, moneda, academia militar, universidad y sistema tributario.

La guerra carlista fue extremadamente violenta, sangrienta y cruel. Benito Pérez Galdós reitera la barbarie, el horror y el espanto vivido aquellos años en su novela La campaña del Maestrazgo.

El punto de inflexión de la guerra carlista fue la nochebuena de 1836 cuando el general Baldomero Espartero dirigió la batalla de Luchana donde obligó a los carlistas a retirarse de Bilbao, si bien la derrota de los liberales en esta batalla y la toma de Bilbao por los carlistas les hubiera acercado mucho a la victoria de la guerra.

Seguidamente Espartero comienza a ganar terreno, en pocos meses consigue dividir a los carlistas en los que eran partidarios de la paz y los que quieren continuar la guerra con todas las consecuencias.

El 31 de agosto de 1939 se firma la paz entre carlistas y liberales con el Abrazo de Vergara. Los liberales reconocen a Isabel II como reina, la otra cara de la moneda fue que los liberales reconocieron y respetaron los fueros vascos y navarros.
Una pequeña parte del Carlismo aguanto la revolución hasta 1840 cuando finalmente fueron derrotados.

¿Otra guerra civil absurda?

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