El pasado 12 de julio, dos jóvenes murieron en Recimil (Lugo) al ser arrollado su vehículo por un tren en un paso a nivel sin barreras. Según los vecinos, en los últimos años ha habido hasta seis accidentes en ese paso y llevan años solicitando que se aumente su seguridad, sin éxito.
Al ciudadano le da igual que la responsabilidad sea de ADIF (Ministerio de Transportes) o de la DGT (Ministerio del Interior); lo que quiere, es que su Gobierno solucione este problema.
Llevamos años soportando a una DGT con una gestión deplorable, que tapa sus vergüenzas con anuncios "criminales", prohibiciones inquisitorias y controles y castigos crecientes.
Su actitud más vergonzosa es la de la velocidad. Todos los límites de velocidad del país están puestos para vehículos y carreteras de los años 60 y todos los conductores las incumplen (las de 20, 40, 80, 100, etc...), como se puede comprobar cada día. ¿Por qué? ¿porque son unos irresponsables? No; porque esas señales están fuera de la realidad (del coche y de la carretera) y además, si se cumplieran, el tráfico se colapsaría.
Y porque desde la óptica de la DGT, es mejor dejarlas. Así, cualquier atestado se cierra con un cómodo dictamen de "exceso de velocidad"... Sin más causas.
El Sr. Pere Navarro, actual Director de la DGT, debería emplear menos dinero de sus millonarias multas en radares, drones, helicópteros y otros métodos sofisticados y caros de acoso, y mucho más en quitar los carteles de "firme en mal estado" o "curva peligrosa" y eliminar todos los pasos a nivel sin barreras que desvergonzadamente tenemos por todo el país.
Por dignidad propia y por el bien de los ciudadanos, a los que DGT o ADIF nos da igual.