Castilla y León crece diez puntos en electromovilidad en 2021

Castilla y León continúa dando pasos hacia un parque móvil sostenible, pero de forma lenta. El indicador global de electromovilidad, es decir, el resultado de la media del Indicador de Penetración de Vehículo Electrificado y el Indicador de Infraestructura de Recarga, apunta a que la Comunidad experimentó un crecimiento de 15,4 puntos en 2020 a 24,9 a cierre del año pasado, una cifra por encima de la media nacional (8,9 puntos).

Los objetivos que se marca el Gobierno para que en 2035 ya no haya un vehículo de combustión en las carreteras del país, pasa por mejorar de manera considerable las infraestructuras que permitan al usuario acceder al repostaje. Es precisamente el mercado, la fabricación de los vehículos eléctricos y la demanda de estos, los dos indicadores que van un paso por delante de la infraestructura de recarga.

El indicador de penetración del vehículo electrificado (vehículo eléctrico puro y eléctrico enchufable) sitúa a Castilla y León entre las comunidades que están por debajo de la mitad de la tabla, con un incremento de 24,6 puntos a 26,6, lo que supone cuatro puntos menos de desarrollo con respecto a la media nacional, liderada por la Comunidad de Madrid que pasa de 45,7 puntos a 63 en 2021.

Sobre el mercado total

El barómetro sobre electromovilidad que maneja ANFAC sitúa el indicador de vehículo electrificado sobre el mercado total de la automoción en Castilla y León en la decimosegunda posición del ránking nacional, con un incremento de 37,9 puntos a 63,8. Un despegue de 26 puntos que se sitúa a cuatro del experimentado en España, que continúa a la cola en el ránking europeo, sólo por detrás de Hungría y de la República Checa.

Como referencia, en Reino Unido este indicador cerró 2021 con 185 puntos, casi 80 más que en 2020. Países como Finlandia o 

Indicador de Infraestructura de Recarga: que mide el grado de desarrollo de la infraestructura de recarga publica según el número de puntos de recarga.
Noruega encabeza el listado como el país donde más ha penetrado la movilidad eléctrica con casi 862 puntos, 115 más que en el ejercicio anterior.

Los puntos de recarga, la asignatura pendiente

Es uno de los principales problemas con los que se enfrenta el consumidor que se plantea optar por la adquisición de un vehículo eléctrico en estos momentos, y no sólo en Castilla y León sino, también, en el resto de España. 

El indicador de infraestructura de recarga global en España ha mejorado ligeramente en España en 2021, si bien es cierto que ha aumentado más el número de puntos de recarga lenta que los rápidos. En la actualidad recargar un vehículo eléctrico puede llevar de seis a ocho horas, y un híbrido enchufable entre dos y cuatro horas.

Sin embargo, es en este indicador de recarga en el que Castilla y León se encuentra en los primeros puestos en toda España. Si la media nacional creció hasta los 9 puntos en 2021, la Comunidad es ya la tercera que más lo hace pasando de 6,2 puntos a 13,1 al cierre del pasado ejercicio, sólo por detrás de las Islas Baleares y Cataluña.

En infraestructuras de recarga rápida Castilla y León encabeza el crecimiento experimentado en 2021 pasando de 5,6 a 12,1 puntos, muy por encima de la media nacional que creció en 2,6 puntos.

La infraestructura de recarga de acceso público ha aumentado en 709 puntos en el cuarto trimestre de 2021. A lo largo del año se han instalado 4.866 puntos, un
crecimiento cuatro veces inferior al necesario para acompasar el crecimiento del mercado. Adicionalmente, este crecimiento se produce en niveles potencia asociados a carga lenta, con potencia de como mucho 22 kW.

En Castilla y León había a cierre de 2021 un total de 737 puntos de recarga de acceso público para este mercado eléctrico. Sólo cuatro comunidades autónomas (Madrid con 1.601, Comunidad Valenciana con 1.661, Andalucía con 1.327 y Cataluña con 3.549) se sitúan por delante.

Sólo dos de las instaladas en Castilla y León son de recarga ultra rápida, con un tiempo de espera de entre 15 y 27 minutos. La mayoría de ella exigen un tiempo de recarga de más de tres horas.

Aunque cada vez son más los consumidores que dan el salto al vehículo 'verde', el mercado está aún lejos de cumplir los objetivos marcados por las Administraciones públicas, con un horizonte marcado aún por la crisis de los semiconductores y la inestabilidad tanto económica como política.