Los debes del Real Valladolid
Choque de emociones que se están viviendo estos días en el Real Valladolid. Ante la ilusión que ha despertado la llegada de Ronaldo, tanto en lo institucional como en lo deportivo, con las renovaciones de dos puntales como son Óscar Plano y Sergio González; ha llegado el sopapo de realidad con la derrota a última hora ante el Deportivo Alavés.
Tras cuatro jornadas y sin haber ganado, los pucelanos ocupan los puestos de descenso, algo que podría considerarse ‘normal’ por el valor de la plantilla, la inexperiencia de muchos de sus jugadores y la vitola de candidato al descenso. Sin embargo, las sensaciones han ido transformándose en malos augurios por el cómo han transcurrido los últimos encuentros.
Pocas ocasiones, pocas opciones de victoria y ningún gol anotado. En las dos primeras jornadas de liga, no era tan preocupante. Pero a día de hoy, y después de poder haber completado dos encuentros con los últimos jugadores ofensivos ya acoplados a la disciplina del equipo, el gol sigue sin llegar y las dudas comienzan a aflorar, más incluso con el daño que puede hacer la última derrota.
Pólvora mojada
Tirando de tópico en el mundo del fútbol, y al contrario que diría cierto pensador moderno, el Real Valladolid tiene la pólvora mojada, y eso no es positivo. Ha quedado sobradamente demostrado que Sergio ha construido una gran defensa, quizá en mucho tiempo, y con jugadores que meses atrás condecían un sinfín de ocasiones. Con las mismas piezas, el entrenador milagro ha situado una parcela defensiva fuerte, con múltiples ayudas y dos capitanes generales en el eje de la misma.
Pero evitando encajar no se ganan los encuentros. Ante el FC Barcelona se vieron conatos de la capacidad ofensiva blanquivioleta, algo que estuvo desaparecido frente al Getafe. El Alavés parecía el rival adecuado para perforar mallas ajenas por primera vez, pero el gol tampoco llegó. Y no lo hizo porque el Real Valladolid apenas tiene ocasiones reales, disparos a puerta que puedan llevar peligro. Tan solo puede rescatarse el mano a mano de Keko como verdadera oportunidad.
Los albivioletas logran dominar, especialmente ante un rival que se echó descaradamente atrás, construyendo el juego desde su propio campo con constantes cambios de juego, muchos de ellos saliendo de las botas de Calero y Kiko Olivas. Eso demuestra la necesidad de un futbolista ofensivo en el centro del campo, ya que ni Borja ni Anuar tienen la clarividencia de Alcaraz y, sobre todo, Michel. No por ello hacen un mal trabajo, ni mucho menos; el ceutí recupera balones sin descanso y rompe líneas en conducción; mientras que Borja mantiene al equipo. Pero no son hombres de pase peligroso.
Encontrar a los puntas
Ahí aparece el primer debe pucelano. Conseguir llegar hasta Ünal o Cop, dos jugadores que apenas han tocado balones en sus minutos, quedando relegados a pelearse con los defensas rivales y luchar por balones aéreos. Según el portal de estadísticas Whoscored, el Real Valladolid, cuando tiene el cuero en su posesión, lo juega un 46% en el centro del campo, mientras que tan solo aparece con un 22% en línea de tres cuartos y área contraria. Traduciendo los datos al lenguaje real, el conjunto de Sergio González arranca bien las jugadas, pero no encuentra opciones cerca del balcón del área.
Jugadores como Keko, Plano y Toni no están sabiendo traducir sus oportunidades con el balón a ocasiones claras de gol. Falta una chispa, un pase filtrado, un centro bien puesto o un regate acertado en los últimos metros. El propio Toni lo ha explicado en rueda de prensa esta semana, indicado que les falta atreverse más con los pases para encontrar al turco y al croata. Porque sino, como está sucediendo, los delanteros quedan aislados del juego.
La importancia de la segunda línea
Otro de los debes blanquivioletas están siendo los centros laterales y los rematadores que entran a buscar la opción. Tanto Ünal como Cop, que en numerosas ocasiones caen a banda, están muy solos en el área cuando llegan los centros desde las bandas, y en pocas ocasiones se llega desde la segunda línea a buscar esos centros. Lo hizo Keko ante el FC Barcelona y logró marcar, aunque en fuera de juego. En pocas ocasiones se ha vuelto a ver, perdurando la sensación de ‘no hay nadie para rematar’.
Ya sea llegando desde la medular o en diagonales desde los jugadores de banda, el Real Valladolid necesita que se sumen futbolistas para buscar el remate, pues su juego está muy basado en el desborde en banda y centro, y con solo un jugador en el área será muy complicado imponerse a los dos centrales.
El balón parado
Una de las consignas que se ha podido ver en el Pucela en estas primeras cuatro jornadas es el intentar aprovechar cada balón parado. Lo hizo en Getafe con una gran jugada de estrategia que a punto estuvo de transformarse en el primer tanto del curso, y lo lleva haciendo en cada falta en campo rival que puede ser centrada. Sin embargo, más allá del remate de Moyano, no está habiendo excesiva suerte en el balón parado.
Los blanquivioletas cuentan con magníficos lanzadores de faltas y saques de esquina como son Alcaraz o Plano, y con rematadores potentes como los dos citados puntas, Calero o Kiko Olivas. En 22 corners lanzados hasta el momento, apenas se han podido ver más ocasiones que la de Moyano, con muchos de ellos quedándose cortos y otros traduciéndose en un gol en contra en los últimos minutos.
Es el tercer debe, el saber aprovechar el balón parado, un apartado en el que se igualan las fuerzas dentro del terreno de juego y en el que los aciertos castigan los errores. Con buenos lanzadores, portentosos rematadores y la acertada pizarra de Sergio, el primer tanto blanquivioleta podría llegar por esta vía. El gol, más pronto que temprano, deberá aparecer.