La organización SEO/BirdLife advirtió este jueves de que los incendios de Cáceres y Salamanca están destruyendo algunos de los mayores bosques de coníferas de ambas provincias. Según la ONG, el fuego está afectando a zonas de “alto valor ecológico”, incluyendo espacios de la Red Natural 2000 y hábitats protegidos por la Unión Europea.
SEO/Birdlife incluye en su análisis preliminar el mayor incendio, el desatado el lunes por la tarde en la comarca cacereña de Las Hurdes y que al día siguiente se extendió a Las Batuecas en Salamanca. Casi simultáneamente comenzó otro fuego en las laderas de la Sierra de Béjar, muy cerca de Candelario, extendido hacia Extremadura ante las condiciones desfavorables de viento y temperatura. Finalmente, el miércoles se reactivó un incendio apagado la semana pasada en la Sierra de Dios Padre, junto a Las Hurdes, que complica aún más la situación de los medios de extinción.
Según sus datos, este conjunto de incendios está asolando más de 5.000 hectáreas de zonas forestales y matorral de alta montaña afectando a siete espacios de la Red Natura 2000 que albergan media docena de hábitats de alto valor ecológico protegidos por la normativa de la Unión Europea, y a más de 20 especies de vertebrados, incluyendo buitre negro, cigüeña negra, milano real, alimoche común, águila real, halcón peregrino, azor común, gavilán común, águila calzada, abejero europeo, bisbita campestre, roquero rojo, pico menor, ruiseñor pechiazul, lagartija de las Batuecas o narciso asturiano, entre otras.
Preocupa el impacto sobre las crías de muchas especies
La organización añade mediante un comunicado que “preocupa especialmente” el impacto sobre especies que aún tienen a sus pollos en los nidos incapaces de volar, como el caso del buitre negro, con más de 30 nidos en las proximidades de los incendios o ya directamente afectados por los mismos. Además, se teme la pérdida completa de todos los pollos nacidos este año, dado que los adultos probablemente habrán abandonado la zona ante la magnitud del suceso.
En “idéntica situación” se encuentran las poblaciones de alimoche común y de cigüeña negra, otras especies que suelen tener todavía a sus pollos en los nidos, por lo que podrían haber muerto allí por causa del incendio o por el abandono de los adultos. Destaca la organización que se trata de dos especies “muy amenazadas”, catalogadas a nivel estatal como ‘Vulnerables’ en el Libro Rojo y con poblaciones en declive.
Nueva realidad climática
Según SEO/Birdlife, el cambio climático está ampliando el periodo en el que, por altas temperaturas, sequías, tormentas y vientos, el riesgo de incendios se convierte en crítico. “Ya no se puede acotar la temporada de incendios exclusivamente a los meses de verano, y es preciso que las comunidades autónomas, los servicios de apoyo del Gobierno de España y los ayuntamientos, adapten sus sistemas de respuesta contra el fuego a la nueva realidad climática, que ya está aquí”, sostuvieron.
Así, manifestaron que “un espacio natural en buen estado de conservación y con una adecuada gestión durante todo el año es clave para prevenir y minimizar las consecuencias del fuego, y puede ser fundamental para hacer frente a grandes incendios, los llamados incendios de sexta generación”.
“Es imprescindible avanzar en la gestión preventiva de las masas forestales en espacios protegidos. Debe prestarse especial atención al fomento de un mosaico forestal que rompa la continuidad de las masas uniformes, en especial en zonas de coníferas”, apuntó Marcelino Cardalliaguet, delegado de SEO/BirdLife en Extremadura, quien añadió que “una buena gestión de estos espacios debe también apelar a la participación de la población local en aprovechamientos regulados, que puedan mejorar el estado preventivo de las masas forestales, pero siempre manteniendo sus valores ambientales y la biodiversidad”.
Ahora toda la prioridad está en la extinción de estos devastadores incendios. "Desde SEO/BirdLife y en nombre de nuestros socios mandamos un emocionado apoyo al enorme esfuerzo de las brigadas de extinción y esperamos que no se produzcan graves daños materiales en los pueblos afectados. Después tocará analizar lo que ha ocurrido y dedicar un esfuerzo muy importante a políticas preventivas y a medidas de restauración de los bosques y hábitats que se han perdido, creando un modelo forestal adaptado al cambio climático y a las condiciones naturales de la zona", concluyó Cardiallaguet.
Para ello, la ONG señaló que debe contarse con la participación de expertos, pero también de agentes sociales y de los municipios y vecinos del entorno. “Entre todos, deben restaurarse los valores naturales perdidos, pero también debe forjarse un modelo de aprovechamiento y gestión preventiva de estas masas forestales”.
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