Jason Lee Beckwith con el poblado al fondo

Jason Lee Beckwith con el poblado al fondo Instagram

Zamora

El empresario estadounidense que compró el poblado del Salto de Castro no fue el primero: uno de ellos se arruinó

Una serie de catastróficas desdichas han provocado que ningún proyecto turístico se haya materializado en este pueblo fantasma.

Más información: El empresario estadounidense que compró el poblado del Salto de Castro pide dinero a través de Internet para rehabilitarlo

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La historia del poblado del Salto del Castro encadena una serie de catastróficas desdichas en lo que a su explotación económica y turística se refiere. Hace unos meses, el popular pueblo abandonado volvía a la actualidad al ser adquirido por el empresario estadounidense Jason Lee Beckwith por 310.000 euros. Este se lo había comprado al empresario toledano Óscar Torres, que a su vez se había hecho con él en noviembre de 2022 pagando 300.000 euros a un hombre de 85 años, que lo compró allá por el año 2000 a Iberdrola con a intención de hacer un hotel rural, pero que nunca llegó a materializarse.

Tres dueños en menos de 25 años y ninguno ha logrado el repetitivo sueño de convertirlo en un complejo turístico. De hecho, en los últimos días, Jason Lee Beckwith pedía a través de Internet colaboración económica para iniciar su restauración. El empresario norteamericano solicitaba donaciones a través de Gofundme, donde pretende recaudar 300.000 dólares (unos 275.529 euros). 

Cuando compró el pueblo abandonado, el estadounidense calculaba que su rehabilitación costaría entre tres y seis millones de euros. En declaraciones a EL ESPAÑOL Noticia de Castilla y León explicaba que su intención era abrir el complejo en fases, siendo la primera a finales de 2026. Pero parece que su proyecto, o al menos su inicio, depende de la voluntad de sus benefactores.

Y no es la primera vez que un empresario ve truncado su sueño de hacer del Salto del Castro un complejo turístico. Resulta que apenas un año después desde que el empresario toledano Óscar Torres comprara el antiguo poblado de Iberdrola por 300.000 euros y tras un revuelo mediático nacional, este volvía a estar a la venta por 580.000 euros.

Poco se supo de las razones de Óscar Torres para deshacerse tan rápido del pueblo zamorano. Apenas trascendió que no podía continuar con el proyecto "por temas de salud". Pero aún así, el toledano deseaba darle una buena salida al poblado y que alguien tuviera la oportunidad de acabar lo que él empezó. y ahí llegó Jason Lee Beckwith.

Abandonado desde hace 36 años

Pero la fatídica historia del Salto de Castro no acaba aquí. El pueblo fue construido por Iberduero (hoy Iberdrola) en la zona de Arribes del Duero, con el fin de alojar a las familias de los trabajadores encargados del mantenimiento de la presa de Castro, cuya construcción se realizó entre 1946 y 1952.

Inaugurado en 1957, el poblado estuvo habitado hasta 1989, cuando fue abandonado tras el traslado del personal y el cierre del puesto de la Guardia Civil que vigilaba las presas de la zona. En el año 2000, Iberdrola vendió el poblado a un hombre, que quería hacer un hotel rural, pero que se arruinó por el camino. Así que en 25 años no logró sacar adelante ningún proyecto y lo dejó abandonado. 

Este pueblo fantasma tiene 44 viviendas, un bar, una iglesia, un cuartel de la Guardia Civil y una hospedería con proyecto para alojar 14 habitaciones, salón y lavandería, con posibilidad de adquirir una licencia de turismo rural, y con una piscina y zonas deportivas.