Matarse en el gimnasio, sí, pero sólo 20 minutos a la semana. Así se podría resumir el entrenamiento con electroestimulación eléctrica de cuerpo completo (WB-EMS, por sus siglas en inglés), el deporte de moda que prolifera en gimnasios y centros específicos como alternativa para personas que no tienen tiempo para ponerse en forma.
La polémica ha acompañado a esta modalidad deportiva desde que se popularizó, principalmente por un motivo: ¿eran ciertos los reclamos publicitarios que la avalaban como una opción equivalente a otras más costosas, al menos en tiempo?
Pero otra controversia ensombrecía al nuevo deporte, ésta mucho más preocupante. Hablamos de su seguridad, un asunto que vuelve a salir a la luz tras la publicación reciente en The BMJ de una carta firmada por médicos israelíes y suizos, que asocian esta práctica a un efecto adverso muy concreto: la rabdomiliosis, o destrucción del tejido muscular por un estímulo excesivo del mismo.
Esto es lo que cuentan los médicos en la revista británica: El 4 de agosto de 2015, un hombre de 20 años acudió al Centro Médico Kaplan, en Rehovot (Israel) con mucho dolor muscular tras haberse sometido en un gimnasio a una sesión de WB-EMS con entrenador personal. Se le diagnosticó este trastorno muscular, que se trató con una solución salina al 0,9% por vía intravenosa durante cinco días.
Meses después, el médico que le había tratado y el director del Human Perfomance Lab de Zurich, Suiza, eran entrevistados para un documental de la televisión pública israelí, en el que advertían de que el uso inapropiado de la técnica podía causar ese efecto secundario y pedían a las autoridades regulatorias que se involucraran en su aplicación.
El documental se emitió en diciembre de 2015 y, según cuentan los dos especialistas en la carta recién publicada, varias personas más contactaron con el centro hospitalario israelí en busca de consejo: les dolían los músculos tras haberse puesto en forma con WB-EMS, y se diagnosticaron dos nuevos casos de rabdomiliosis.
"Creemos que el número real de heridos por esta forma de ejercicio puede ser mucho más alto, pero están sin diagnosticar", escriben los autores, que continúan el relato de los hechos. En enero de este año, el ministro de Salud israelí emitió una advertencia de seguridad oficial y recomendó que las máquinas utilizadas para este tipo de ejercicio no se utilizaran en gimnasios y sin supervisión médica.
Los médicos alaban en The BMJ el papel de las autoridades sanitarias del país hebreo y creen que deberían "servir de ejemplo" para otros países.
¿Y en España?
Azael Herrero es probablemente uno de los mayores expertos en WB-EMS de España. Primer firmante del artículo Posicionamiento de la National Strength and Conditioning Association - Spain. Entrenamiento con electroestimulación de cuerpo completo, publicado el año pasado en la Revista Andaluza de Medicina del Deporte, el vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad Europea Miguel de Cervantes hizo su tesis precisamente sobre este sistema, sobre el que lleva estudiando desde 2001, cuando sólo se aplicaba en consultas para tratar las lesiones y no era un reclamo para conseguir ejercitarse en menos tiempo.
Herrero, crítico con el mal uso de la electroestimulación, se resiste sin embargo a ser calificado como "anti" este procedimiento. De hecho, él imparte clases sobre cómo entrenar con el mismo y hacerlo de forma correcta, algo que, a su juicio, dista de ser la norma en la mayoría de los centros donde se ofrece esta alternativa.
En el posicionamiento antes mencionado, los autores ya reconocen el problema de la rabdomiliosis cuyo primer síntoma, advierte, es la presencia de sangre en la orina. Para este especialista, hay varios problemas relativos a la seguridad de esta técnica, siempre que se utilice mal. El problema, comenta, es que esto no es excepcional.
"Es verdad que no puedo hablar en términos generales, pero lo que vi en mi experimento práctico fue gente sin preparación para entrenar y una aplicación que dista de ser ideal", comenta a EL ESPAÑOL.
¿En qué debemos de fijarnos?
Para este experto, lo ideal es aplicar la electroestimulación cuando el músculo no se están elongando ni acortando, es decir cuando está estático. Es justo lo contrario de lo que se hace en la mayoría de los centros. Tampoco los parámetros en intensidad y frecuencia son los adecuados. "No se trata de generar fatiga en exceso", señala.
Con respecto a la seguridad para la salud, Herrero va más allá de los médicos israelíes y apunta a que la rabdomiliosis puede acompañarse de una elevación de la concentración plasmática de creatincinasa (CK), lo que puede implicar un fallo renal agudo.
Pero entonces ¿es misión suicida apuntarse a uno de estos centros? El especialista no va tan allá. Pero cree, eso sí, que el usuario debe de fijarse en algunos parámetros a la hora de optar por esta opción; el principal: que se haga acompañado de un entrenador personal cualificado específicamente para esta técnica.
Además, subraya, es importante transmitir el mensaje a los posibles inversores, personas que adquieren un aparato de electroestimulación sin saber cómo aplicarlo.
Por último, aviso a los usuarios: aunque siempre es mejor "que no hacer nada", esta práctica no es la forma más eficaz ni de perder peso ni de ganar fuerza. Para ello, se remite a los "pocos" estudios científicos realizados al respecto. "El problema no es si es eficaz o no, sino si es la forma óptima; ahora mismo la ciencia nos dice que el ejercicio voluntario es más efectivo", concluye.