Dentro de la complejidad de la conducta de un asesino en serie hay patrones que se repiten. Según una investigación de psicólogos españoles, uno de ellos es que cuando han sufrido algún tipo de maltrato o abusos sexuales de niños, la mayoría de estos criminales viola a sus víctimas antes de matarlas.
Así lo recoge un estudio publicado en la revista European Psychiatry por investigadores de la Universidad de Salamanca. "El germen de estas conductas está basado en lo que les sucede a los futuros asesinos cuando son niños, el momento en el que la persona es más vulnerable y situaciones de maltrato y abusos pueden tener graves consecuencias", señala Javier de Santiago, uno de los autores.
La investigación encuentra una relación significativa entre haber sufrido maltrato infantil y la agresión sexual a las víctimas antes de su asesinato. Para llegar a esta conclusión, analiza casos de varios países extraídos de fuentes muy variadas, como sentencias judiciales, informes policiales, entrevistas personales y material periodístico.
Un asesino en serie es alguien que mata a tres o más personas en el transcurso de un extenso periodo de tiempo, al menos un mes, con un intervalo entre cada muerte y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona su acción. Por lo tanto, no es fácil determinar que un caso cumple con todas estas características ni ocurre con frecuencia.
En España, en el transcurso del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI oficialmente se han registrado 24 asesinos en serie, desde Enriqueta Martí, 'la vampira del Raval', hasta Alfredo Galán, 'el asesino de la baraja'. A la hora de investigar los casos, el principal inconveniente es que la mayoría de ellos ya han muerto, así que hay que acudir a fuentes documentales para estudiar su personalidad, aunque los investigadores también cuentan con la ayuda de la Universidad de San Buenaventura de Cartagena de Indias (Colombia), que recoge datos de Latinoamérica.
La figura del serial killer "es mucho más habitual en Estados Unidos", señala el experto, y también es mucho más fácil obtener información de allí "porque hay poco respeto por las víctimas". Mientras que en Europa las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación son más comedidos, los americanos no dudan en convertir cualquier suceso de este tipo en un espectáculo televisivo.
Muchos factores
Sin embargo, en este caso, el exceso de datos es positivo para investigaciones como la de Javier de Santiago y su equipo. "Que una persona se convierta en asesino en serie tiene que ver con muchos canales, no se explica sólo por una predisposición genética, pero tampoco se puede achacar exclusivamente a factores ambientales como los acontecimientos que haya vivido en su niñez, es una combinación", aclara.
Este grupo de investigadores, que ha formado la Unidad de Análisis de la Conducta Criminal, pionera de este estilo en el ámbito universitario en España, y colabora estrechamente con la Policía Nacional, comienza a cambiar la percepción que existe acerca de lo que es un psicópata. "Habitualmente, se entiende como una enfermedad crónica, pero nosotros no creemos en el ser sino en el estar, es decir, no se es psicópata, sino que se puede estar en un momento dado", señala.
De lo contrario, no se entendería que en muchas ocasiones sean estupendos padres de familia y tengan amigos y personas queridas. Aunque es cierto que les falta empatía y que mienten y manipulan, no lo hacen constantemente, porque sería insostenible, según los expertos.
El componente sexual, aunque es frecuente, no siempre está presente en los asesinos en serie y, a pesar de los resultados del estudio, no todos los que han sufrido abusos o maltrato infantil agreden sexualmente a sus víctimas. Es decir, "no existe una causa-efecto", aunque sí una tendencia significativa que puede ayudar a las fuerzas de seguridad a trazar perfiles más específicos de este tipo de criminales.
Ayuda en la investigación policial
"La principal aplicación de nuestro trabajo es que puede ayudar a eliminar sospechosos en una investigación policial", apunta el especialista. Aunque los casos de asesinos en serie en España son casi anecdóticos, el mismo procedimiento se puede aplicar a violadores o terroristas. "Sabemos que sus perfiles van cambiando, no tiene nada que ver el modus operandi del 11-S con lo que está sucediendo en la actualidad", así que hay que analizar continuamente los nuevos perfiles.
De hecho, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil cuentan con unidades de análisis de conducta o grupos de "perfiladores criminalísticos" dignas de las mejores series policíacas, pero las aportaciones que pueden hacer desde las universidades grupos como el Javier de Santiago siempre son originales y valiosas.
Además, conviene que este tipo de equipos estén integrados por una amplia gama de profesionales: psicólogos, criminólogos, abogados, informáticos, médicos y antropólogos, entre otros. A través de congresos y jornadas, todos los expertos ponen en común sus avances y los comparten con las fuerzas de seguridad. Nunca se sabe cuál puede ser el rasgo que ayude a atrapar al próximo criminal.