El célebre músico e intérprete británico Fredie Mercury ya está en el cielo, literalmente. El asteroide "Freddiemercury", recientemente bautizado así en su honor, se localiza en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
La Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) brinda de esta manera homenaje al genial artista. La medida fue anunciada por el guitarrista del mítico grupo, el astrofísico Brian May, en un emotivo vídeo.
Este asteroide mide unos tres kilómetros y medio de ancho, y su superficie refleja sólo un 30% de la luz del sol.
Es un objeto oscuro, más parecido a una mota de ceniza en el espacio; difícilmente se puede ver a simple vista, se necesita un telescopio de buen tamaño para verlo y por ello no fue descubierto hasta principios de los años 90 del siglo pasado. "Es sólo un punto de luz, pero es un punto muy especial", afirma May.
El cuerpo rocoso fue descubierto por el astrónomo belga Henri Debehogne en 1991, precisamente el año en el que el artista murió de una bronconeumonía complicada por el sida.
El triste fallecimiento de Mercury, que dejó huérfano al mundo del pop rock, tuvo lugar el 24 de noviembre de ese año, solo dos días después de comunicar oficialmente que padecía sida, lo que le convirtió en una de las primeras celebridades en hacer público que sufría esa dolencia, aún estigmatizada.
Ahora, su meteórica carrera, así como su legado humano y artístico, también están en el espacio y permanecerán allí para todos nosotros. Como dijo él mismo al mundo en su última canción grabada, compuesta por su amigo Brian May durante los últimos meses de vida del artista: The show must go on (El espectáculo debe continuar).
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