Leopardo de Arabia, la misteriosa especie que España ayuda a salvar tras los pasos del lince ibérico
Investigadores españoles han publicado por primera vez el genoma de una de las especies más amenazadas y menos conocidas del mundo.
3 septiembre, 2023 02:21El leopardo de Arabia es un icono en la península arábiga, como demuestra que cada 10 de febrero se celebre en toda la región el Arabian Leopard Day. En este día no sólo se rinde homenaje a la emblemática subespecie, sino que también se pone de relieve la situación crítica en la que se encuentra: tan sólo quedan 200 de estos felinos en el mundo, según las últimas estimaciones que se han realizado.
Ahora, un grupo de investigadores españoles ha secuenciado por primera vez el genoma completo de dos ejemplares de leopardo de Arabia. "Es bastante sorprendente que en 2023 no tuviéramos la información genómica de una especie tan icónica", señala Gabriel Mochales, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), el centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Pompeu Fabra que ha liderado esta investigación internacional.
En realidad, su grupo de investigación estudia desde hace más de 20 años reptiles de la península arábiga y del norte de África. "Fue a través de uno de los colaboradores de Salvador Carranza [responsable del estudio e investigador principal del IBE], quien nos propuso trabajar en un proyecto que está intentando conservar el leopardo árabe", explica Mochales. "Lo teníamos que hacer porque es una especie icónica que está en peligro de extinción".
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Del leopardo de Arabia (Panthera pardus nimr) se sabe muy poco, por no decir prácticamente nada. De hecho, la única información que existía hasta la fecha —una publicación del año 2001— era incorrecta. "Con el ADN mitocondrial reconstruyeron la historia evolutiva de esta especie y se pensaba que el leopardo árabe tenía un mayor parentesco con el leopardo africano que con el asiático. Ahora hemos comprobado que esto no es así", asegura el investigador del IBE en declaraciones a EL ESPAÑOL.
Un hábitat en guerra
En base a estos genes mitocondriales, las especies se mezclan con individuos que sean genéticamente más cercanos. "Esto podría haber supuesto un problema genético para el leopardo de Arabia", valora Mochales. Por ello considera que el trabajo en el que ha participado puede ser imprescindible para evaluar su vulnerabilidad a la extinción y gestionar acciones de conservación.
Aunque se tuviera un conocimiento erróneo sobre su genética, lo cierto es que un programa de conservación de Arabia Saudí ya ha ofrecido resultados esperanzadores para el leopardo árabe, uno de los animales más amenazados del planeta. Fue en agosto de 2019 cuando, con motivo de la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), Arabia Saudí anunció que en abril de aquel año nacieron dos crías de esta subespecie.
Además del reino saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen también han registrado ejemplares de esta subespecie. Aunque cada vez resulta más infrecuente su presencia. "Son zonas donde no se puede prospectar, por lo que la situación es incierta", indica Mochales, "hay ONGs que están haciendo un trabajo intenso intentando encontrarlo sin resultado alguno".
Las causas del declive de esta especie son principalmente antrópicas. "Hasta hace muy poco el leopardo era perseguido y cazado en las diferentes regiones en las que se encuentra, debido a la competencia por el ganado", expone Mochales. En la actualidad, uno de los elementos que más afecta a esta población es la guerra civil en la que está sumida Yemen desde 2014.
Semejanzas con el lince ibérico
Este biólogo también cree que el cambio climático puede jugar en su contra. "Aunque es una especie muy plástica, que está bastante adaptada a condiciones áridas", matiza. Pese a que en el citado estudio no ha quedado recogido, a Mochales le gustaría analizar qué mecanismos genéticos ha utilizado el leopardo de Arabia para adaptarse al clima árido en el que se halla. Además, es la más pequeña de todas las ocho subespecies de este leopardo que existen.
Para Mochales, el siguiente paso sería intentar secuenciar información genómica del máximo número de individuos posibles para tener una idea clara de cuál es la diversidad genética de la subespecie. "Además de que recibir muestras es difícil por todos los permisos que se necesitan al ser una especie que está muy protegida, somos un grupo de investigación centrado en reptiles. Éste ha sido un proyecto secundario", recuerda.
Aun así, anhela con que esta investigación abra la puerta y se empiecen a hacer estudios genómicos con los individuos que hay en los ocho centros de conservación del leopardo árabe. "En España, por ejemplo, hemos sido pioneros en este sentido con el lince ibérico porque los programas de conservación siempre se han ligado con proyectos muy potentes a nivel de genómica", destaca Mochales. Basta con echar un vistazo al número de ejemplares en los últimos 20 años, que ha pasado de unos 100 a 1.105 adultos, para comprobar cómo las dos acciones en paralelo han servido para obrar el 'milagro'.
El investigador del IBE cree que el leopardo de Arabia también se puede 'salvar'. "Todos los países arábigos están haciendo un gran esfuerzo para la conservación de esta especie. Ahora bien, por muchos estudios ecológicos y genómicos que se hagan, al final es una animal; igual los cruzas y ellos mismos no se quieren reproducir", apunta Mochales en referencia a la baja capacidad reproductiva de esta subespecie.
Y es que otro de los motivos por los que hay tan pocos ejemplares de esta subespecie es que se encuentra en poblaciones separadas y son individuos muy solitarios. Así, al no vivir en comunidad, la reproducción es mucho menor que la de otras especies que conviven en manada.