Ésta es la nueva técnica que puede reducir el colesterol con una dosis cada 6 meses
Basado en la tecnología de ARN mensajero, actúa sobre genes concretos y puede evitar la producción de la proteína que eleva el colesterol.
17 septiembre, 2021 00:05Noticias relacionadas
Actualmente el tratamiento más conocido, estudiado y consumido frente a la hipercolesterolemia o exceso de colesterol sanguíneo en España son las estatinas. Se trata de fármacos capaces de reducir el colesterol bloqueando su producción corporal, aunque la mejor opción siempre sería mejorar el estilo de vida en general: comer mejor y hacer más ejercicio, entre otros factores.
Ahora, el NHS de Reino Unido ha aprobado un novedoso tratamiento contra este factor de riesgo cardiovascular: el inclisiran, un fármaco inyectable que se administraría solo dos veces al año, según explica el profesor Arístices Tagalakis, de la Edge Hill University, en el medio The Conversation.
Cabe puntualizar que este nuevo fármaco tan solo se ofrecería a unas 300.000 personas durante los próximos tres años en las islas británicas. El objetivo es prescribirlo principalmente a pacientes que sufran una enfermedad genética que les produzca un exceso de colesterol sanguíneo, o bien a pacientes que ya han sufrido un infarto de corazón o un accidente cerebrovascular y no han respondido bien a fármacos como las estatinas.
Se trataría, por tanto, de un fármaco pensado solo para casos muy específicos, y no para todo el mundo. Pero, además de llamar la atención por la forma en la cual se usaría (mediante una inyección cada 6 meses), también hay otro factor a tener en cuenta: el inclisiran usa una nueva técnica de "silenciamiento de genes".
Esencialmente, el nuevo fármaco se dirigiría a las causas originarias de la enfermedad en lugar de a los síntomas como tal. Su objetivo sería un gen en particular, cuyo bloqueo evitaría que fabrique la proteína objetivo.
Hasta ahora la mayoría de compuestos que se usan para silenciar genes han tenido como objetivo el tratamiento de las enfermedades genéticas raras. Este nuevo fármaco sería el primero usado para un tratamiento a gran escala, dado que la hipercolesterolemia afecta a gran parte de la población mundial y es uno de los factores de riesgo cardiovascular más conocidos actualmente. Por otro lado, también se está investigando el uso del silenciamiento de genes contra otro males prevalentes, como la enfermedad de Alzheimer o el cáncer.
Así funciona el silenciamiento de genes
Los fármacos silenciadores de genes se basan en la tecnología de ARNm o "ARN mensajero", tan de actualidad con las vacunas contra la Covid. El ARN se encuentra en todas las células del organismo y tiene un importante papel en el flujo de la información genética.
Sin embargo, el ARNm en especial es uno de los tipos más importantes de ARN, dado que copia y transporta instrucciones genéticas desde nuestro ADN y produce proteínas determinadas dependiendo de las instrucciones.
En el caso del inclisiran, el silenciamiento de genes se dirigiría hacia la proteína PCSK9, con el objetivo de degradarla. Esta proteína participa en la regulación el colesterol en el organismo, pero hay un exceso de la misma en las personas con niveles elevados de colesterol LDL o "colesterol malo". Evitar la producción de PCSK9 reduciría los niveles de colesterol desde su origen.
Para apuntar hacia este ARNm en especial, los investigadores crean una versión sintética de otro ARN, el ARNip o ARN de pequeña interferencia. Se trata de un tramo de ARN muy específico que se puese usar para apuntar hacia ARNm determinados.
Para el caso del nuevo fármaco, el ARNip está diseñado para apuntar hacia el ARNm que lleva instrucciones para la proteína PCSK9. Se une a este ARNm y destruye las instrucciones, reduciendo significativamente la cantidad de proteínas que se producen. Sería como una especie de "francotirador" que apunta solo y exclusivamente hacia las instrucciones para crear la proteína que fabrica colesterol en el organismo.
Habitualmente estas terapias genéticas usan virus como forma de transporte. Se trata de vectores virales que entregan genes a las células, igual que cuando producen infecciones en la naturaleza, pero sin infectarlas en este caso. Hasta el momento se han usado terapias similares para tratar trastornos sanguíneos genéticos , ceguera genética y atrofia muscular espinar.
El problema de usar vectores virales es que no es posible administrar una segunda dosis del mismo: se podrían crear reacciones inmunes adversas. Un virus, aunque no sea infectivo, no deja de ser un virus. Y estos fármacos son muy caros.
Hay muchos otros casos donde no se usan vectores virales, sino nanopartículas que lo protegen de la degradación en sangre. Así, es posible administrar la terapia varias veces, y sus efectos secundarios son más limitados. De hecho, las vacunas COVID19 que usan ARNm como Pfizer y Moderna usan este tipo de vector no-viral, y por eso es posible administrar más de una dosis.
Pero el nuevo fármaco contra el colesterol tampoco usa nanopartículas: su ARNip se ha modificado en laboratorio para resistir la degradación, y tan solo usa una molécula de azúcar que funciona como un gancho (un ligando) que le permite apuntar directamente a las células del hígado donde se forma la proteína PCSK9.
Actualmente se están investigando múltiples tratamientos silenciadores de genes para tratar una gran variedad de enfermedades, incluyendo diversos tipos de cáncer y trastornos neurológicos. El caso del cáncer en especial es muy complejo, dado que se suele hablar de él como una sola enfermedad, cuando se trata de cientos de trastornos diferentes afectando a diferentes tipos de órganos.