En el momento actual la depresión sigue siendo una enfermedad incomprendida cuyo origen no está totalmente claro. Por el momento es tratada como un trastorno mental en el que una serie de neurotransmisores dejan de interactuar correctamente a nivel cerebral. Esto se trata de corregir con fármacos antidepresivos.
Sin embargo, otras investigaciones sugieren que la depresión podría ser una consecuencia de una inflamación generalizada, y que por tanto los antiinflamatorios podrían ayudar en su tratamiento. Otros expertos han llegado a asegurar que los fármacos antidepresivos son peligrosos.
Ahora, un grupo de más de 200 investigadores afirman haber descubierto un total de 44 genes relacionados directamente con el riesgo de depresión, un hallazgo que podría clarificar por qué algunos individuos tienen una escasa o nula respuesta al tratamiento con antidepresivos, a pesar de que algunos estudios afirmen que sí son eficaces. Hasta el momento, más de 30 variantes genéticas de las mencionadas jamás se habían identificado en estudios previos.
La base genética de la depresión
Hoy en día, la depresión es una de las mayores causas de baja laboral, afectando a un 15% de la población mundial según datos de la Organización Mundial de la Salud, aunque solo el 50% de los afectos con esta enfermedad responden al tratamiento médico o psicoterápico.
Ahora, este nuevo estudio publicado recientemente en Nature Genetics podría explicar a qué se debe el mal funcionamiento del tratamiento médico. Tras analizar el genoma de más de 135.000 individuos diagnosticados de depresión mayor, y compararlos con el genoma de otras 350.000 personas sin depresión, se detectaron hasta 44 genes relacionados con la enfermedad.
Asimismo, el estudio destaca que algunos de estos genes también se relacionarían con otras afecciones psiquiátricas, tales como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, e incluso con problemas de salud externos como la obesidad o el insomnio.
Algunos de los genes identificados controlan neurotransmisores cerebrales, los "mensajeros" relacionados con la depresión, y los cuales pueden modularse con los fármacos antidepresivos como la dopamina o la adrenalina. Por otro lado, otras variantes genéticas no tienen relación alguna con dichos neurotransmisores, algo que explicaría por qué el tratamiento con antidepresivos es inútil con aproximadamente la mitad de los pacientes tratados.
Tratamiento personalizado
Según el Dr. Patrick Sullivan, autor principal del estudio y director del Centro de Genómica Psiquiátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, cada una de las variantes genéticas descubiertas podría ser una nueva diana para los futuros tratamientos contra la depresión. Aunque estas declaraciones deben procesarse con precaución, ya que Sullivan y otros de los autores del nuevo estudio genómico tienen diversos conflictos de intereses con compañías farmacéuticas o de genética médica.
Por otro lado, a pesar de los múltiples genes descubiertos, ninguna de las variantes genéticas parece ser un gran factor de riesgo para la depresión. Cada una de las variantes contribuye de forma modesta al riesgo de desarrollar la enfermedad, pero una sola de ellas no se asociaría con un aumento significativo del riesgo.
Según los investigadores, todo el mundo posee alguna de estas variantes , pero el hecho de tener una mayor cantidad de las mismas sería determinante para acabar desarrollando la enfermedad. De hecho, en anteriores estudios ya se habría vislumbrado que la genética podría explicar hasta la mitad de los casos de depresión actuales, aunque muchos otros casos se deben de forma directa a circunstancias estresantes o traumas psicológicos.
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